BLACK SABBATH - 13
80/100
Discográfica: Vertigo
Estilo: Heavy Metal
Productor: Rick Rubin
Formación:
Ozzy Osbourne: Cantante
Tony Iommi: Guitarra
Geezer Butler: Bajo
Brad Wilk: Batería
Track List:
01. End Of The Beginning
02. God Is Dead?
03. Loner
04. Zeitgeist
05. Age Of Reason
06. Live Forever
07. Damaged Soul
08. Dear Father
09. Methademic (Bonus Track)
10. Peace Of Mind (Bonus Track)
11. Pariah (Bonus Track)
35 años han pasado desde que los BLACK SABBATH de la era Ozzy editasen su último disco de estudio titulado “Never say die”.
En aquel momento la despedida del cantante del resto de sus compañeros de banda no fue todo lo cordial que a él le hubiese gustado. Sobretodo y básicamente por las formas en que se produjo.
Pero bueno, como ya he dicho, 35 años después aquí los tenemos a todos, o casi todos, de vuelta.
Digo casi todos porque en este caso el que fuera el batería del grupo en aquellos años, Bill Ward, no está presente en esta nueva aventura emprendida por el resto de sus ex-compañeros.
Según las malas lenguas por diferencias económicas con el resto.
Según Ozzy porque ya no está para tocar hora y media de concierto.
Que cada uno se quede con la opción que mejor le parezca y extraiga sus propias conclusiones.
Su sustituto en este disco y la consiguiente gira, Brad Wilk, lo hace francamente bien, de sobresaliente diría yo, ya que el que fuera batería de los RAGE AGAINST THE MACHINE cumple a la perfección con su labor respetando escrupulosamente las formas y la manera de tocar la batería que tenía Bill Ward en los discos en los que fuera el batería de la banda.
Bueno, pero vamos ya a lo que realmente interesa. El disco.
¿Qué nos vamos a encontrar una vez desprecintemos la caja e introduzcamos el cd en el reproductor?
Pues nos vamos a dar de frente con un disco de BLACK SABBATH puro y duro. Pero no un disco de las épocas de Ronnie James DIO o de Tony Martin, no. Nos vamos a encontrar con los BLACK SABBATH más primerizos, aquellos que en los primeros años de la década de los setenta inventaron el Doom y el Heavy Metal. Un disco de ritmos pesados y machacones y riffs de guitarra extraídos de los mismísimos infiernos del Heavy Metal más primitivo. El mismo Heavy Metal que inventaron los propios BLACK SABBATH.
Pero no nos echemos las manos a la cabeza pensando que esto va a sonar a un refrito de los antiguos discos porque no va a ser así. El disco suena fresco, actual y a la vez clásico y eso es debido en gran parte a la labor de producción que ha realizado Rick Rubin tras la mesa de mandos en el estudio de grabación.
Una labor de sobresaliente diría yo ya que el disco suena poderoso y con fuerza, un disco en el que incluso la maltrecha voz de Ozzy suena francamente bien.
Otra cosa serán luego los directos, pero eso ya es otra historia.
Ocho son los temas que forman el disco, once si contamos los extras de la edición de lujo, pero estos los comentaré a parte.
De los ocho cinco sobrepasan la barrera de los siete minutos con lo que eso conlleva en un grupo como BLACK SABBATH, ritmos machacones, tempos acompasados y riffs extraídos desde las mismísimas profundidades del infierno de Dante. Y para rematar, todo ello acompañado con la malévola e inquietante voz de un Ozzy que canta francamente bien y en un tono bajo recomendado acertadamente, creo yo, por el productor Rick Rubin.
Esto por lo que respecta a los temas de larga duración.
No creo que merezca la pena diseccionarlos tema a tema porque sería repetir una y otra vez las mismas cosas y los mismos adjetivos para cada uno de los temas.
No quiero decir con esto que todos sean iguales porque no es así, simplemente quiero decir que las estructuras de los temas son parecidas aunque por supuesto cada uno tiene su propia personalidad.
Luego están los temas con un minutaje más convencional. Son tres y los tres magníficos.
El primero “Loner” posee el mejor riff de guitarra de todo el disco, y si no es el mejor si uno de los más comerciales y que mejor entran a la primera. Un riff digno heredero de aquellos riffs monumentales que formaban parte de temas como “Iron man”, “N.I.B.” o “Sweet leaf”.
Quizás no llegue a la excelencia de aquellos pero se queda muy cerca.
Le sigue “Zeitgeist” que viene a ser una balada que recuerda poderosamente a “Planet caravan” del disco “Paranoid”. Incluso está interpretada con percusión, algo que ayuda a aumentar tal sensación.
Y para terminar está “Live forever”, el tema más movido y dinámico de todo el disco. Tema que en su riff y tempo recuerda a “Children of the grave” pero que evidentemente, y pese a que es un buen tema, está a años luz de la mencionada canción.
Y ya para terminar definitivamente con el análisis del disco comentaré los bonus.
Son tres y poco o nada tienen que ver con el resto de los temas ya que aunque suenen a BLACK SABBATH la verdad es que suenan a otros BLACK SABBATH.
Los tres son tres temazos, incluso el primero de ellos “Methademic” habría sido una buena forma de empezar el disco ya que es un tema muy cañero y dinámico.
Los otros dos van más en consonancia con los tempos del resto de canciones pero la guitarra de Tony Iommi no suena como en el resto del disco. No tiene ese sonido tan clásico como lo tienen las otras canciones si no que en estos tres casos suena más actual y con otra afinación diferente.
Como ya he dicho son tres temazos y para nada dan la sensación de ser las sobras de un disco.
Resumiendo, el nuevo disco de BLACK SABBATH es un gran disco a mi entender. Pero claro, te tienen que gustar los BLACK SABBATH más primigenios que es a lo que suena este disco si no es mejor que te olvides de él y que te dediques a escuchar otra cosa.
Un disco que estoy convencido que con los años ganará y que como al buen vino hay que dejarle envejecer porque va a ser ahí donde más y mejor vamos a saber apreciarlo y disfrutarlo.
En aquel momento la despedida del cantante del resto de sus compañeros de banda no fue todo lo cordial que a él le hubiese gustado. Sobretodo y básicamente por las formas en que se produjo.
Pero bueno, como ya he dicho, 35 años después aquí los tenemos a todos, o casi todos, de vuelta.
Digo casi todos porque en este caso el que fuera el batería del grupo en aquellos años, Bill Ward, no está presente en esta nueva aventura emprendida por el resto de sus ex-compañeros.
Según las malas lenguas por diferencias económicas con el resto.
Según Ozzy porque ya no está para tocar hora y media de concierto.
Que cada uno se quede con la opción que mejor le parezca y extraiga sus propias conclusiones.
Su sustituto en este disco y la consiguiente gira, Brad Wilk, lo hace francamente bien, de sobresaliente diría yo, ya que el que fuera batería de los RAGE AGAINST THE MACHINE cumple a la perfección con su labor respetando escrupulosamente las formas y la manera de tocar la batería que tenía Bill Ward en los discos en los que fuera el batería de la banda.
Bueno, pero vamos ya a lo que realmente interesa. El disco.
¿Qué nos vamos a encontrar una vez desprecintemos la caja e introduzcamos el cd en el reproductor?
Pues nos vamos a dar de frente con un disco de BLACK SABBATH puro y duro. Pero no un disco de las épocas de Ronnie James DIO o de Tony Martin, no. Nos vamos a encontrar con los BLACK SABBATH más primerizos, aquellos que en los primeros años de la década de los setenta inventaron el Doom y el Heavy Metal. Un disco de ritmos pesados y machacones y riffs de guitarra extraídos de los mismísimos infiernos del Heavy Metal más primitivo. El mismo Heavy Metal que inventaron los propios BLACK SABBATH.
Pero no nos echemos las manos a la cabeza pensando que esto va a sonar a un refrito de los antiguos discos porque no va a ser así. El disco suena fresco, actual y a la vez clásico y eso es debido en gran parte a la labor de producción que ha realizado Rick Rubin tras la mesa de mandos en el estudio de grabación.
Una labor de sobresaliente diría yo ya que el disco suena poderoso y con fuerza, un disco en el que incluso la maltrecha voz de Ozzy suena francamente bien.
Otra cosa serán luego los directos, pero eso ya es otra historia.
Ocho son los temas que forman el disco, once si contamos los extras de la edición de lujo, pero estos los comentaré a parte.
De los ocho cinco sobrepasan la barrera de los siete minutos con lo que eso conlleva en un grupo como BLACK SABBATH, ritmos machacones, tempos acompasados y riffs extraídos desde las mismísimas profundidades del infierno de Dante. Y para rematar, todo ello acompañado con la malévola e inquietante voz de un Ozzy que canta francamente bien y en un tono bajo recomendado acertadamente, creo yo, por el productor Rick Rubin.
Esto por lo que respecta a los temas de larga duración.
No creo que merezca la pena diseccionarlos tema a tema porque sería repetir una y otra vez las mismas cosas y los mismos adjetivos para cada uno de los temas.
No quiero decir con esto que todos sean iguales porque no es así, simplemente quiero decir que las estructuras de los temas son parecidas aunque por supuesto cada uno tiene su propia personalidad.
Luego están los temas con un minutaje más convencional. Son tres y los tres magníficos.
El primero “Loner” posee el mejor riff de guitarra de todo el disco, y si no es el mejor si uno de los más comerciales y que mejor entran a la primera. Un riff digno heredero de aquellos riffs monumentales que formaban parte de temas como “Iron man”, “N.I.B.” o “Sweet leaf”.
Quizás no llegue a la excelencia de aquellos pero se queda muy cerca.
Le sigue “Zeitgeist” que viene a ser una balada que recuerda poderosamente a “Planet caravan” del disco “Paranoid”. Incluso está interpretada con percusión, algo que ayuda a aumentar tal sensación.
Y para terminar está “Live forever”, el tema más movido y dinámico de todo el disco. Tema que en su riff y tempo recuerda a “Children of the grave” pero que evidentemente, y pese a que es un buen tema, está a años luz de la mencionada canción.
Y ya para terminar definitivamente con el análisis del disco comentaré los bonus.
Son tres y poco o nada tienen que ver con el resto de los temas ya que aunque suenen a BLACK SABBATH la verdad es que suenan a otros BLACK SABBATH.
Los tres son tres temazos, incluso el primero de ellos “Methademic” habría sido una buena forma de empezar el disco ya que es un tema muy cañero y dinámico.
Los otros dos van más en consonancia con los tempos del resto de canciones pero la guitarra de Tony Iommi no suena como en el resto del disco. No tiene ese sonido tan clásico como lo tienen las otras canciones si no que en estos tres casos suena más actual y con otra afinación diferente.
Como ya he dicho son tres temazos y para nada dan la sensación de ser las sobras de un disco.
Resumiendo, el nuevo disco de BLACK SABBATH es un gran disco a mi entender. Pero claro, te tienen que gustar los BLACK SABBATH más primigenios que es a lo que suena este disco si no es mejor que te olvides de él y que te dediques a escuchar otra cosa.
Un disco que estoy convencido que con los años ganará y que como al buen vino hay que dejarle envejecer porque va a ser ahí donde más y mejor vamos a saber apreciarlo y disfrutarlo.
AUTOR: Alvaro Kintana (MAZINGER)
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