DARE KIP WINGER PUSSY&MONEY (14/11/2008) Sala Coliseum
La preciosa ciudad de Burgos se convirtió por unas horas en la capital del rock melódico estatal. No era para menos; dos leyendas del estilo como Kip Winger y los Dare de Darren Wharton nos visitaban dentro de su minúscula gira europea.
En primer lugar me gustaría aplaudir a la sala Coliseum por apostar por una gira minoritaria en una zona donde los tours internacionales no suelen ni acercarse. Eso sí, tengo que reconocer que la primera impresión al llegar a la sala no fue del todo buena. Acostumbrados a las salas de primera línea de Euskadi/Madrid la Coliseum se nos antojaba pequeña y nos presentaba dudas en cuanto a su acústica. Pero lo cierto es que el buen ambiente del local, la amabilidad de los presentes y los precios terrenales de la bebida acabaron por hacerme cambiar de opinión. Pequeño pero idóneo para unos 200 privilegiados –no oficial- que disfrutamos de la espectacular noche melódica.
Los locales Pussy&Money amenizaron la espera con sus versiones de Mötley Crüe. Pese a la sobria estética, adjetivo que pocas veces encontraremos cerca de los Crüe, cumplieron sobradamente con su propósito de animar al personal. Excelentes interpretaciones, muy fieles a las originales y con toda la fuerza que se les debe exigir. Soberbio papel del guitarrista -motor fundamental de la banda- y una interpretación vocal que con toda seguridad no tendrá nada que envidiar a la que veremos en la próxima gira de Vince Neil. ¿El set list? Los temas de toda la vida, repasando su carrera cronológicamente desde la inicial “Too fast for love”, pasando por “Shout at the devil", “Girls, Girls, Girls”, “Wild Side”, hasta “Kickstart my Heart” entre otras. Jugaban en casa y el calor del público se noto. Buen entrante.
Especiales ganas tenía de disfrutar de Kip Winger. Me declaro fan incondicional de sus trabajos en solitario, los cuales aprovecho para reivindicar a voz en grito. Tanto “This Conversation…” como “Songs from the ocean floor” muestran el lado más introspectivo y personal de Kip con delicias como "Sure was a wildflower’, "Resurection", "Daniel", "How far will we go" y un largísimo etc. Lamentablemente para mis intereses el bueno de Kip ofreció lo que la mayoría de los allí presentes deseaban, y únicamente cayeron "Nothing", de su último trabajo y la preciosa "Free". Armado exclusivamente con su acústica, Kip tiró de la artillería pesada de Winger para tratar de animar al personal y lo cierto es que lo consiguió. Mucha clase y un vozarrón tremendo que llenaba los temas con maestría. Los problemas de sonido en el único instrumento sobre el escenario empañaron ligeramente la actuación, incluso interrumpiéndola durante un par de minutos, pero las tablas de Kip ayudaron a que todo acabara en buen puerto. De esta forma fueron cayendo la especialmente acertada "Rainbow in the Rose", "Madeleine", "Seventeen" (con chiste incluido cambiando la edad), "Can’t get enough", "Easy come, Easy go", "Loosen Up", "Headed for a Heartbreak", "Down Incognito", "Blind Revolution Mad", "Hungry" o la triunfadora de la noche "Miles Away". Me hubiera gustado que se trajera a un teclista de apoyo o incluso una base rítmica para enriquecer el acústico, pero supongo que el dinero manda. En cualquier caso todos quedamos satisfechos. Excelente primer plato.
Pero el plato fuerte de la noche estaba aún por llegar. Lejos quedaba ya el excepcional concierto de Dare en Santander (2005) y el aliciente de la vuelta de Vinny Burns a la banda convertía la cita en ineludible para cualquier fan del rock melódico.
Desde la inicial “Silent Thunder” me embaucaron por completo. Qué manera de saltar a escena, qué clase y qué delicia para nuestros oídos. No encuentro palabras para definir la voz de Darren Wharton y la pasión que trasmite en cada una de sus notas. Llevando el lenguaje de la música a su máxima expresión, convirtió de la sala Coliseum en un trocito de los verdes campos galeses. El viaje por las tierras británicas continuó con otro corte del Belief “Dreams of fire”, para desembocar en hasta la fecha último disco de estudio de la banda, el sensacional “Beneath the shining Water”. Demostrando que no necesita vivir del pasado interpretó cuatro temazos (“Sea of Roses”, “Storm Wind”, “Where Darkness ends” y “Beneath the shining water”) que quedarán para la posteridad, únicamente interrumpidas por el ya convertido en clásico “Someday”. La labor de Richard Dews es fundamental en la banda. Indudablemente lleva junto a Darren todo el peso de la actuación, dotando de alma a los temas con su acústica y acompañando con sus magníficos coros. Si ya me gustó hace 3 años, el viernes se le vio aún más confiado y protagonista que entonces. Me quito el sombrero y espero que Richard continúe muchos años junto a Darren formando ese genial binomio.
Prácticamente todo lo contrario podríamos decir de Vinny Burns. Su vuelta fue acogida calidamente por muchos fans, pero en la primera parte del show su presencia fue prácticamente testimonial. Había momentos en los que literalmente no se le escuchaba y únicamente cuando llegaba el solo cobraba protagonismo. Sé que mis palabras crearán controversia pero la sensación que se me queda es que la vuelta de Vinny ha sido innecesaria. No parece tener hoy día demasiado peso en las decisiones de la banda y el papel de guitarra solista ya lo cumplía Andrew Moore con idéntico resultado. Que nadie se lleve a engaños, no quiero deslegitimar a Vinny. Él es miembro fundador de Dare y es lógico que siempre haya un hueco disponible para él; pero cuando pienso en Vinny Burns me vienen a la cabeza los guitarrazos del Blood From The Stone, de Ten, de Gary Hughes o de Bob Catley. Y ese Vinny no tienen sentido en un Beneath de Shining Water o un Belief. Pese a todo, fue de los más aclamados de la noche y cumplió con su recatado papel con suma corrección.
Volviendo al concierto en sí, el sonido no fue todo lo nítido que esperábamos. La excesiva distorsión emborronó ligeramente los temas, además de tapar en demasía los teclados. Lo cierto es que este despropósito provocó que esta primera parte del show sonara más potente y quizás los que temían dormirse con las calmadas melodías lo incluso lo agradecieron, porque el público respondió mucho más enérgicamente que en Santander.
La mítica intro de “Abandon” dio paso a la fase nostálgica de la noche con la interpretación de varios de sus hits del admirado “Out of the Silence”. Vinny dio un paso adelante y se encontró más cómodo en las AOReras “Into the fire”, la citada “Abandon” o incluso en la hímnica “Raindance”, a la que prosiguió una preciosa versión semiacústica del “Emerald” de Thin Lizzy que personalmente no me esperaba. Magnífica adaptación, personal y emotiva, con una majestuosa parte acústiva inicial de Richard acompañando a Darren. Soberbia.
Por todos es sabido el rechazo que el señor Wharton profesa por el Hard Rockero “Blood From The Stone”, y “Chains” pilló de sorpresa a más de uno. Ni es el tema más representativo del disco ni el mejor, pero no se le puede negar el detallito de incluir al menos un tema de todos los discos.
El retorno a otro futuro clásico, “Silent Hills”, dio paso a uno de los momentos estelares de la noche. Las palabras de recuerdo al gran Phil Lynott introdujeron al mejor de los homenajes dedicados al irlandés. “King of Spades” es uno de esos temas especiales que consiguen hermanar y unir a todos los presentes. Y como cierre la sublime “Return the Heart” al son del “I will return” que deseamos de todo corazón que suceda en no demasiado tiempo. Como bis, de nuevo versión de Thin Lizy, "Rosalie", con toda la sala volcada y definitivo adiós.
Noche inolvidable en Burgos, buena música y ambiente inmejorable.
En primer lugar me gustaría aplaudir a la sala Coliseum por apostar por una gira minoritaria en una zona donde los tours internacionales no suelen ni acercarse. Eso sí, tengo que reconocer que la primera impresión al llegar a la sala no fue del todo buena. Acostumbrados a las salas de primera línea de Euskadi/Madrid la Coliseum se nos antojaba pequeña y nos presentaba dudas en cuanto a su acústica. Pero lo cierto es que el buen ambiente del local, la amabilidad de los presentes y los precios terrenales de la bebida acabaron por hacerme cambiar de opinión. Pequeño pero idóneo para unos 200 privilegiados –no oficial- que disfrutamos de la espectacular noche melódica.
Los locales Pussy&Money amenizaron la espera con sus versiones de Mötley Crüe. Pese a la sobria estética, adjetivo que pocas veces encontraremos cerca de los Crüe, cumplieron sobradamente con su propósito de animar al personal. Excelentes interpretaciones, muy fieles a las originales y con toda la fuerza que se les debe exigir. Soberbio papel del guitarrista -motor fundamental de la banda- y una interpretación vocal que con toda seguridad no tendrá nada que envidiar a la que veremos en la próxima gira de Vince Neil. ¿El set list? Los temas de toda la vida, repasando su carrera cronológicamente desde la inicial “Too fast for love”, pasando por “Shout at the devil", “Girls, Girls, Girls”, “Wild Side”, hasta “Kickstart my Heart” entre otras. Jugaban en casa y el calor del público se noto. Buen entrante.
Especiales ganas tenía de disfrutar de Kip Winger. Me declaro fan incondicional de sus trabajos en solitario, los cuales aprovecho para reivindicar a voz en grito. Tanto “This Conversation…” como “Songs from the ocean floor” muestran el lado más introspectivo y personal de Kip con delicias como "Sure was a wildflower’, "Resurection", "Daniel", "How far will we go" y un largísimo etc. Lamentablemente para mis intereses el bueno de Kip ofreció lo que la mayoría de los allí presentes deseaban, y únicamente cayeron "Nothing", de su último trabajo y la preciosa "Free". Armado exclusivamente con su acústica, Kip tiró de la artillería pesada de Winger para tratar de animar al personal y lo cierto es que lo consiguió. Mucha clase y un vozarrón tremendo que llenaba los temas con maestría. Los problemas de sonido en el único instrumento sobre el escenario empañaron ligeramente la actuación, incluso interrumpiéndola durante un par de minutos, pero las tablas de Kip ayudaron a que todo acabara en buen puerto. De esta forma fueron cayendo la especialmente acertada "Rainbow in the Rose", "Madeleine", "Seventeen" (con chiste incluido cambiando la edad), "Can’t get enough", "Easy come, Easy go", "Loosen Up", "Headed for a Heartbreak", "Down Incognito", "Blind Revolution Mad", "Hungry" o la triunfadora de la noche "Miles Away". Me hubiera gustado que se trajera a un teclista de apoyo o incluso una base rítmica para enriquecer el acústico, pero supongo que el dinero manda. En cualquier caso todos quedamos satisfechos. Excelente primer plato.
Pero el plato fuerte de la noche estaba aún por llegar. Lejos quedaba ya el excepcional concierto de Dare en Santander (2005) y el aliciente de la vuelta de Vinny Burns a la banda convertía la cita en ineludible para cualquier fan del rock melódico.
Desde la inicial “Silent Thunder” me embaucaron por completo. Qué manera de saltar a escena, qué clase y qué delicia para nuestros oídos. No encuentro palabras para definir la voz de Darren Wharton y la pasión que trasmite en cada una de sus notas. Llevando el lenguaje de la música a su máxima expresión, convirtió de la sala Coliseum en un trocito de los verdes campos galeses. El viaje por las tierras británicas continuó con otro corte del Belief “Dreams of fire”, para desembocar en hasta la fecha último disco de estudio de la banda, el sensacional “Beneath the shining Water”. Demostrando que no necesita vivir del pasado interpretó cuatro temazos (“Sea of Roses”, “Storm Wind”, “Where Darkness ends” y “Beneath the shining water”) que quedarán para la posteridad, únicamente interrumpidas por el ya convertido en clásico “Someday”. La labor de Richard Dews es fundamental en la banda. Indudablemente lleva junto a Darren todo el peso de la actuación, dotando de alma a los temas con su acústica y acompañando con sus magníficos coros. Si ya me gustó hace 3 años, el viernes se le vio aún más confiado y protagonista que entonces. Me quito el sombrero y espero que Richard continúe muchos años junto a Darren formando ese genial binomio.
Prácticamente todo lo contrario podríamos decir de Vinny Burns. Su vuelta fue acogida calidamente por muchos fans, pero en la primera parte del show su presencia fue prácticamente testimonial. Había momentos en los que literalmente no se le escuchaba y únicamente cuando llegaba el solo cobraba protagonismo. Sé que mis palabras crearán controversia pero la sensación que se me queda es que la vuelta de Vinny ha sido innecesaria. No parece tener hoy día demasiado peso en las decisiones de la banda y el papel de guitarra solista ya lo cumplía Andrew Moore con idéntico resultado. Que nadie se lleve a engaños, no quiero deslegitimar a Vinny. Él es miembro fundador de Dare y es lógico que siempre haya un hueco disponible para él; pero cuando pienso en Vinny Burns me vienen a la cabeza los guitarrazos del Blood From The Stone, de Ten, de Gary Hughes o de Bob Catley. Y ese Vinny no tienen sentido en un Beneath de Shining Water o un Belief. Pese a todo, fue de los más aclamados de la noche y cumplió con su recatado papel con suma corrección.
Volviendo al concierto en sí, el sonido no fue todo lo nítido que esperábamos. La excesiva distorsión emborronó ligeramente los temas, además de tapar en demasía los teclados. Lo cierto es que este despropósito provocó que esta primera parte del show sonara más potente y quizás los que temían dormirse con las calmadas melodías lo incluso lo agradecieron, porque el público respondió mucho más enérgicamente que en Santander.
La mítica intro de “Abandon” dio paso a la fase nostálgica de la noche con la interpretación de varios de sus hits del admirado “Out of the Silence”. Vinny dio un paso adelante y se encontró más cómodo en las AOReras “Into the fire”, la citada “Abandon” o incluso en la hímnica “Raindance”, a la que prosiguió una preciosa versión semiacústica del “Emerald” de Thin Lizzy que personalmente no me esperaba. Magnífica adaptación, personal y emotiva, con una majestuosa parte acústiva inicial de Richard acompañando a Darren. Soberbia.
Por todos es sabido el rechazo que el señor Wharton profesa por el Hard Rockero “Blood From The Stone”, y “Chains” pilló de sorpresa a más de uno. Ni es el tema más representativo del disco ni el mejor, pero no se le puede negar el detallito de incluir al menos un tema de todos los discos.
El retorno a otro futuro clásico, “Silent Hills”, dio paso a uno de los momentos estelares de la noche. Las palabras de recuerdo al gran Phil Lynott introdujeron al mejor de los homenajes dedicados al irlandés. “King of Spades” es uno de esos temas especiales que consiguen hermanar y unir a todos los presentes. Y como cierre la sublime “Return the Heart” al son del “I will return” que deseamos de todo corazón que suceda en no demasiado tiempo. Como bis, de nuevo versión de Thin Lizy, "Rosalie", con toda la sala volcada y definitivo adiós.
Noche inolvidable en Burgos, buena música y ambiente inmejorable.
Autor: Bilboker
DARE SET LIST
Silent Thunder
Dreams on Fire
Sea of Roses
Storm Wind
Someday
Where darkness ends
Beneath the shining water
Abandon
Into the Fire
Raindance
Emerald
Chains
Silent Hills
King of Spades
Return the heart
Rosalie
GALERÍA DE FOTOS DEL CONCIERTO
Silent Thunder
Dreams on Fire
Sea of Roses
Storm Wind
Someday
Where darkness ends
Beneath the shining water
Abandon
Into the Fire
Raindance
Emerald
Chains
Silent Hills
King of Spades
Return the heart
Rosalie
GALERÍA DE FOTOS DEL CONCIERTO
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