HOUSE OF LORDS - INDESTRUCTIBLE
64/100
DISCOGRÁFICA: FRONTIERS RECORDS
ESTILO: HARD ROCK
PRODUCTOR: JAMES CHRISTIAN
MÚSICOS:
JAMES CHRISTIAN: CANTANTE
JIMI BELL: GUITARRAS
CHRIS MCCARVILL: BAJO
BJ ZAMPA: BATERÍA
TRACKLIST
GO TO HELL
INDESTRUCTIBLE
PILLAR OF SALT
100 MPH
CALL MY BLUFF
WE WILL ALWAYS BE ONE
DIE TO TELL
ANOTHER DAWN
EYE OF THE STORM
AIN’T SUICIDAL
STAND AND DELIVER
Le he dado vueltas al disco hasta cansarme, literalmente; lo he sacado y no lo he escuchado más. He procurado deshacerme de la sensación de decepción que me ha causado el nuevo trabajo de los de James Christian, pero es que creo que hasta ellos mismos están más aburridos que yo. Jimi Bell, el tan aclamado guitarrista de la banda, toca sin ganas. Ya sé que eso no lo puedo saber, pero es una sensación difícil de evitar. La pena es que el comienzo del disco es inmejorable con esas dos estupendas canciones que son “Go to hell” y “Indestructible”. Pero después de eso no encuentro una sola canción que me entusiasme. Sólo después de varias escuchas consigo ver brotar, como si hubiese estado escondida en anteriores escuchas, “Another dawn” a la que le encuentro más ganas que al resto, más inspirada; el estribillo entra con más fluidez y está muy bien cantado.
Los solos de guitarra de Bell son un continuo tributo a la velocidad y poco más, con unos acabados difíciles de justificar. Muy sensacionalistas pero poco inspirados. Para compensar tanta desidia está Chris McCarvill iluminando parajes oscuros de inercia musical.
Indestructible es muy contundente, quizás más crudo y elemental en las construcciones pero adornado, como es habitual, por muchos detalles vocales que lo hacen entretenido. Sin embargo, la distancia entre las estructuras musicales sencillas y la diversidad del trabajo vocal dejan un hueco que deriva en abismo. Mucho arreglo para poca chicha. La sensación de rutina y lugares comunes es continua. Ejemplos tenemos en la anodina “We will always be one” (¿puede haber estribillo más típico?) o en la muy similar a “Can’t let you go” de Rainbow “Call my bluff”. “Pillar of salt” podría estar bien si no hubiese un montón parecidas a ella. Tres cuartos de los mismo para “Eye of the storm”. “Die to tell” está trabajada en los coros durante toda la canción, adelantándose a la voz solista, eso la hace más atractiva junto al trabajo de McCarvill.
Que James Christian siga cantando más que bien no justifica una colección de canciones repetitivas, repletas de riffs típicos, ritmos machacadísimos, melodías que entran en regresión desde el primer compás y ejecuciones instrumentales rutinarias.
Es posible que la escucha del adelanto “Go to hell” me haya hecho esperar algo mejor, y por ello me he sentido tan decepcionado con el resto del disco. He disfrutado con todos sus anteriores álbumes y he defendido a la banda ante los que criticaban su falta de evolución. No me ha importado pues, a pesar de que esas críticas no eran injustificadas, siempre han mantenido un buen nivel compositivo y han cuidado las interpretaciones. Aquí ya solo queda la eficiencia del profesional, y para la música eso no basta.
Los solos de guitarra de Bell son un continuo tributo a la velocidad y poco más, con unos acabados difíciles de justificar. Muy sensacionalistas pero poco inspirados. Para compensar tanta desidia está Chris McCarvill iluminando parajes oscuros de inercia musical.
Indestructible es muy contundente, quizás más crudo y elemental en las construcciones pero adornado, como es habitual, por muchos detalles vocales que lo hacen entretenido. Sin embargo, la distancia entre las estructuras musicales sencillas y la diversidad del trabajo vocal dejan un hueco que deriva en abismo. Mucho arreglo para poca chicha. La sensación de rutina y lugares comunes es continua. Ejemplos tenemos en la anodina “We will always be one” (¿puede haber estribillo más típico?) o en la muy similar a “Can’t let you go” de Rainbow “Call my bluff”. “Pillar of salt” podría estar bien si no hubiese un montón parecidas a ella. Tres cuartos de los mismo para “Eye of the storm”. “Die to tell” está trabajada en los coros durante toda la canción, adelantándose a la voz solista, eso la hace más atractiva junto al trabajo de McCarvill.
Que James Christian siga cantando más que bien no justifica una colección de canciones repetitivas, repletas de riffs típicos, ritmos machacadísimos, melodías que entran en regresión desde el primer compás y ejecuciones instrumentales rutinarias.
Es posible que la escucha del adelanto “Go to hell” me haya hecho esperar algo mejor, y por ello me he sentido tan decepcionado con el resto del disco. He disfrutado con todos sus anteriores álbumes y he defendido a la banda ante los que criticaban su falta de evolución. No me ha importado pues, a pesar de que esas críticas no eran injustificadas, siempre han mantenido un buen nivel compositivo y han cuidado las interpretaciones. Aquí ya solo queda la eficiencia del profesional, y para la música eso no basta.
AUTOR: Joserra
