PLACE VENDOME - THUNDER IN THE DISTANCE
70/100
Discográfica: Marquee Avalon Records/Frontiers Records
Estilo: Rock Melódico
Productor: Dennis Ward
Formación:
Michael Kiske: Cantante
Dennis Ward: Bajo, Coros, Guitarra Rítmica
Dirk Bruineberg: Batería
Gunter Werno:Teclados
Uwe Reitenauer: Guitarra Solista
Track List:
01. Talk To Me
02. Power Of Music
03. Broken Wings
04. Lost In Paradise
05. It Can't Rain Forever
06. Fragile Ground
07. Hold Your Love
08. Never Too Late
09. Heaven Lost
10. My Heart Is Dying
11. Breakout
12. Maybe Tomorrow
13. Thunder In The Distance
14. Maybe Tomorrow (Orchestral Version)
...Pues no era para tanto, ni los deseos de que este disco tuviese la misma calidad musical que el debut se han cumplido (aunque a decir verdad y después de escuchar los samples me esperaba algo peor), ni es tan malo o infumable como para solo oirlo una vez y borrarlo del disco duro o tirar el CD por la ventana.
Que el sonido general del disco y esta fórmula están casi agotados y es muy parecido al de la mayoría de las producciones de Dennis Ward y muchas otras de Frontiers, sí, que Kiske canta como los mismísimos angeles (aunque si no eres fan te puede saturar con sorprendente facilidad), también, pero que la calidad de algunas de las canciones contenidas en este "Thunder in the distance" es incuestionable también... vale que algunas no resisten ni una sola escucha, y otras pocas son del montón, pero el resto transmiten tanto o más que las que seleccionaron para "Streets of fire", por lo tanto, se puede decir que en la selección, el ínclito Perugino ha ido a lo fácil; menos mal que el concurso de compositores fue un globo sonda promocional y quedó en nada y visto desde la distancia que proporcionan los meses transcurridos desde aquel esperpento, aparece ahora como algo ridículo y más teniendo en cuenta la abundante nómina de compositores (algunos un poco destajistas, también es cierto) que tiene Don Serafino.
Como he dicho, el sonido del disco es muy similar al de los anteriores, y si me apuráis incluso mejor en algunos aspectos. Sigue existiendo una gran pomposidad en voces y teclados, pero en cuanto al tratamiento de la batería y las guitarras se ha mejorado, aunque las diferencias son casi imperceptibles... y las voces de Kiske están por todas partes, presidiendo el cotarro, pero sin aplastar a sus compañeros de terna a los cuales se oye alto y claro, aunque a cada disco se hace más evidente que Place Vendome es un vehículo concebido para el lucimiento del pelado voceras teutón.
El nuevo baterista Dirk Bruineberg que sustituye al muy ocupado Kostas Zafiriu es el único cambio (obligado) con respecto a las alineaciones de trabajos previos, pero toca prácticamente igual, lo cual es bueno porque el estilo de Zafiriu me gusta, y malo por perder la oportunidad de aportar novedad en los tambores, pero es un asalariado y el jefe manda.
Pasemos pues a diseccionar cual rana en clase de ciencias, lo que este disco tiene en su interior tras unas cuantas escuchas, que nos permiten separar el grano de la paja.
"Talk to me" abre fuego con un refrito de riffs y arreglos de "Cross the line" y "Streets of fire" digno de la papelera de reciclaje. Suena bien, pero es un autoplagio en toda regla... y Don Serafino lo coloca en la "pole" para abrir boca. Siquiera el punteo de Uwe (un tipo de un gusto impresionante con la guitarra) tiene chispa alguna. Patinazo.
Como a peor no se puede ir, nos quedamos al mismo nivel, con otra canción que ya "suena" de los otros discos titulada "Power of music"; curioso título para una canción que tiene de todo menos poder. Segundo patinazo y pulsamos next sin dejarla ni acabar...
Probamos a ver si "Broken Wings" nos aporta algo más que las precedentes y así es; los teclados suenan a cosas de "Nighwish" y similares pero no a canciones anteriores de Place Vendome, por lo que, y sin ser una obra maestra, mejora considerablemente el nivel. Aquí el simplista punteo sí que tiene mérito y encaja como un guante en la melodía. Potente.
Seguimos con una intro discotequera similar a la de Reckless Love en "Dance" que no se sabe muy bien a que viene, aunque cual Guadiana, aparecerá y se irá a lo largo de la canción) donde unas tranquilas y desnudas estrofas dan paso a un estribillo tan manido como su título, que no es otro que "Lost in paradise"... en esto de los títulos se necesita una renovación urgente. Vulgar.
"It can't rain forever", o como decía mi abuela, "siempre que ha llovido ha escampao", es un tranquilo tema con una delicada aportación vocal de Kiske que tiene un pase, salvo por el estribillo que va al "gingle" fácil. Bonito punteo de Reitennauer. En la media.
Más máquinas cibernéticas abren paso a "Fragile ground" donde se mantiene la sensación a "ya oído" aunque atenuada por algunos arreglos modernetes y un giro en el estribillo bastante agradable. Pasable.
Miedito da la intro de piano de "Hold your love" por aquello de la cacofonía, pero afortunadamente, parece que iniciamos el despegue hacia castillos melódicos construidos con buena cimentación y basados en algo de frescura, aunque reconozco que si no fuese fan de Kiske, ya estaría rozando el hartazgo. Buena.
Seguimos cogiendo altura con "Never too late" (tiene que haber al menos 100 canciones tituladas igual) donde Kiske se pone el mono de trabajo para subir a unos tonos imposibles para otros cuarentones de su quinta en un tema completo que tiene todos los ingredientes para ser destacable. Buen trabajo del teclista.
Hace 4 temas estábamos en "Lost in paradise y ahora en "Heaven Lost", (es lo que tiene la falta de comunicación entre compositores), que no es un dechado de originalidad en la intro, pero afortunadamente para nuestros oídos, es sólo la intro, después se transforma en un homenaje a las polifonías vocales y el abigarramento sonoro... y luego aparece Uwe para hacer magia digital con las seis cuerdas. Notable.
Más modernidades para comenzar "My heart is dying" que es de lo mejor del disco. No hay mucha variación en cuanto a estilo, pero suena fresca.
"Breakout" hace honor a su nombre y rompe con lo anterior siendo muy original en cuanto a arreglos y cumple en estrofas, estribillo y punteo. Deslumbra lo fácil que lo hace Kiske en el estribillo, lo cual le da margen para lucirse.
"Maybe tomorrow" no es una versión del temazo homónimo de Stereophonics, sino un medio tiempo baladístico pleno de delicadeza, por sus teclas simulando cuerdas y por un Kiske que se sale... ¡¡qué "sobrao"!!. Notable.
Intro con teclados ochenteros para el tema que da título al disco "Thunder in the distance" y que siendo la mejor canción del disco es también la esencia de "Place Vendome", como ésta tenían que haber sido todas, espectaculares coros de Ward, precioso estribillo, y opulencia musical por todas partes. Sobresaliente y al nivel del debut.
Y nos despedimos con el bonus, una versión de "Maybe tomorrow" para orquesta y Kiske, donde se aprecia como puede cambiar una canción en función de una modificación radical de arreglos. Aunque la otra es buena, me quedo con el sentimiento que transmite ésta, aunque la aportación de Reitennauer se vea reducida a unos arpegios básicos.
Bonito colofón para un disco que te transporta de la frustración al disfrute sin solución de continuidad y que me genera sentimientos terriblemente encontrados.
En resumen:
Para que este disco te guste hay que ser fan incondicional de Kiske, te tiene que gustar la obra previa y tienes que ser capaz de hacer de tripas corazón; si una de esas tres patas falla... es posible que en una primera escucha quieras usar el CD para calzar una mesa, aunque con las escuchas mejora y se hace más amable, apreciándose detalles de calidad. En mi caso las dos primeras se dan, y he conseguido hacer de tripas corazón (escuchándolo bastantes veces), pero no lo suficiente como para osar compararlo con su irrepetible debut, desde el cual y en mi subjetiva opinión, la calidad de las obras de Place Vendome ha ido en descenso. Kiske sigue cantando igual o mejor que hace 8 años, pero eso no es suficiente, todo lo demás está, el grupo que le acompaña muestra la misma cohesión, pero faltan más canciones como la que da título a este álbum y la frescura que sí había en el debut y que sin duda se ha perdido por el origen de las mismas, como ocurrió en "Streets of fire".
Pero como me gusta como canta Kiske y con él no puedo ser imparcial, que menos que darles un notable tan "pelao" como su craneo, aun escuchando una vocecilla en mi cabeza que me dice ¡¡Qué flojo que eres, Mendoza!!.
Otra mala tarde la tiene cualquiera...
Que el sonido general del disco y esta fórmula están casi agotados y es muy parecido al de la mayoría de las producciones de Dennis Ward y muchas otras de Frontiers, sí, que Kiske canta como los mismísimos angeles (aunque si no eres fan te puede saturar con sorprendente facilidad), también, pero que la calidad de algunas de las canciones contenidas en este "Thunder in the distance" es incuestionable también... vale que algunas no resisten ni una sola escucha, y otras pocas son del montón, pero el resto transmiten tanto o más que las que seleccionaron para "Streets of fire", por lo tanto, se puede decir que en la selección, el ínclito Perugino ha ido a lo fácil; menos mal que el concurso de compositores fue un globo sonda promocional y quedó en nada y visto desde la distancia que proporcionan los meses transcurridos desde aquel esperpento, aparece ahora como algo ridículo y más teniendo en cuenta la abundante nómina de compositores (algunos un poco destajistas, también es cierto) que tiene Don Serafino.
Como he dicho, el sonido del disco es muy similar al de los anteriores, y si me apuráis incluso mejor en algunos aspectos. Sigue existiendo una gran pomposidad en voces y teclados, pero en cuanto al tratamiento de la batería y las guitarras se ha mejorado, aunque las diferencias son casi imperceptibles... y las voces de Kiske están por todas partes, presidiendo el cotarro, pero sin aplastar a sus compañeros de terna a los cuales se oye alto y claro, aunque a cada disco se hace más evidente que Place Vendome es un vehículo concebido para el lucimiento del pelado voceras teutón.
El nuevo baterista Dirk Bruineberg que sustituye al muy ocupado Kostas Zafiriu es el único cambio (obligado) con respecto a las alineaciones de trabajos previos, pero toca prácticamente igual, lo cual es bueno porque el estilo de Zafiriu me gusta, y malo por perder la oportunidad de aportar novedad en los tambores, pero es un asalariado y el jefe manda.
Pasemos pues a diseccionar cual rana en clase de ciencias, lo que este disco tiene en su interior tras unas cuantas escuchas, que nos permiten separar el grano de la paja.
"Talk to me" abre fuego con un refrito de riffs y arreglos de "Cross the line" y "Streets of fire" digno de la papelera de reciclaje. Suena bien, pero es un autoplagio en toda regla... y Don Serafino lo coloca en la "pole" para abrir boca. Siquiera el punteo de Uwe (un tipo de un gusto impresionante con la guitarra) tiene chispa alguna. Patinazo.
Como a peor no se puede ir, nos quedamos al mismo nivel, con otra canción que ya "suena" de los otros discos titulada "Power of music"; curioso título para una canción que tiene de todo menos poder. Segundo patinazo y pulsamos next sin dejarla ni acabar...
Probamos a ver si "Broken Wings" nos aporta algo más que las precedentes y así es; los teclados suenan a cosas de "Nighwish" y similares pero no a canciones anteriores de Place Vendome, por lo que, y sin ser una obra maestra, mejora considerablemente el nivel. Aquí el simplista punteo sí que tiene mérito y encaja como un guante en la melodía. Potente.
Seguimos con una intro discotequera similar a la de Reckless Love en "Dance" que no se sabe muy bien a que viene, aunque cual Guadiana, aparecerá y se irá a lo largo de la canción) donde unas tranquilas y desnudas estrofas dan paso a un estribillo tan manido como su título, que no es otro que "Lost in paradise"... en esto de los títulos se necesita una renovación urgente. Vulgar.
"It can't rain forever", o como decía mi abuela, "siempre que ha llovido ha escampao", es un tranquilo tema con una delicada aportación vocal de Kiske que tiene un pase, salvo por el estribillo que va al "gingle" fácil. Bonito punteo de Reitennauer. En la media.
Más máquinas cibernéticas abren paso a "Fragile ground" donde se mantiene la sensación a "ya oído" aunque atenuada por algunos arreglos modernetes y un giro en el estribillo bastante agradable. Pasable.
Miedito da la intro de piano de "Hold your love" por aquello de la cacofonía, pero afortunadamente, parece que iniciamos el despegue hacia castillos melódicos construidos con buena cimentación y basados en algo de frescura, aunque reconozco que si no fuese fan de Kiske, ya estaría rozando el hartazgo. Buena.
Seguimos cogiendo altura con "Never too late" (tiene que haber al menos 100 canciones tituladas igual) donde Kiske se pone el mono de trabajo para subir a unos tonos imposibles para otros cuarentones de su quinta en un tema completo que tiene todos los ingredientes para ser destacable. Buen trabajo del teclista.
Hace 4 temas estábamos en "Lost in paradise y ahora en "Heaven Lost", (es lo que tiene la falta de comunicación entre compositores), que no es un dechado de originalidad en la intro, pero afortunadamente para nuestros oídos, es sólo la intro, después se transforma en un homenaje a las polifonías vocales y el abigarramento sonoro... y luego aparece Uwe para hacer magia digital con las seis cuerdas. Notable.
Más modernidades para comenzar "My heart is dying" que es de lo mejor del disco. No hay mucha variación en cuanto a estilo, pero suena fresca.
"Breakout" hace honor a su nombre y rompe con lo anterior siendo muy original en cuanto a arreglos y cumple en estrofas, estribillo y punteo. Deslumbra lo fácil que lo hace Kiske en el estribillo, lo cual le da margen para lucirse.
"Maybe tomorrow" no es una versión del temazo homónimo de Stereophonics, sino un medio tiempo baladístico pleno de delicadeza, por sus teclas simulando cuerdas y por un Kiske que se sale... ¡¡qué "sobrao"!!. Notable.
Intro con teclados ochenteros para el tema que da título al disco "Thunder in the distance" y que siendo la mejor canción del disco es también la esencia de "Place Vendome", como ésta tenían que haber sido todas, espectaculares coros de Ward, precioso estribillo, y opulencia musical por todas partes. Sobresaliente y al nivel del debut.
Y nos despedimos con el bonus, una versión de "Maybe tomorrow" para orquesta y Kiske, donde se aprecia como puede cambiar una canción en función de una modificación radical de arreglos. Aunque la otra es buena, me quedo con el sentimiento que transmite ésta, aunque la aportación de Reitennauer se vea reducida a unos arpegios básicos.
Bonito colofón para un disco que te transporta de la frustración al disfrute sin solución de continuidad y que me genera sentimientos terriblemente encontrados.
En resumen:
Para que este disco te guste hay que ser fan incondicional de Kiske, te tiene que gustar la obra previa y tienes que ser capaz de hacer de tripas corazón; si una de esas tres patas falla... es posible que en una primera escucha quieras usar el CD para calzar una mesa, aunque con las escuchas mejora y se hace más amable, apreciándose detalles de calidad. En mi caso las dos primeras se dan, y he conseguido hacer de tripas corazón (escuchándolo bastantes veces), pero no lo suficiente como para osar compararlo con su irrepetible debut, desde el cual y en mi subjetiva opinión, la calidad de las obras de Place Vendome ha ido en descenso. Kiske sigue cantando igual o mejor que hace 8 años, pero eso no es suficiente, todo lo demás está, el grupo que le acompaña muestra la misma cohesión, pero faltan más canciones como la que da título a este álbum y la frescura que sí había en el debut y que sin duda se ha perdido por el origen de las mismas, como ocurrió en "Streets of fire".
Pero como me gusta como canta Kiske y con él no puedo ser imparcial, que menos que darles un notable tan "pelao" como su craneo, aun escuchando una vocecilla en mi cabeza que me dice ¡¡Qué flojo que eres, Mendoza!!.
Otra mala tarde la tiene cualquiera...
AUTOR: Óscar L. González (Mendo)
