MANIC EDEN
Manic Eden (SPV,1994)
Tras la exitosa gira que Whitesnake llevaría a cabo por todo el mundo presentando el álbum ‘Slip Of The Tongue’ llegaría la escisión del combo de Coverdale, de ahí que su guitarrista Adrian Vandenberg se embarcase en un nuevo proyecto custodiado por sus compañeros en la serpiente blanca, el espectacular y aguerrido batería Tommy Aldridge y el fascinante bajista Rudy Sarzo. En un principio James Christian de House Of Lords fue el elegido para hacerse cargo del micro, pero su prematuro abandono según él, por no gustarle las composiciones que Vandenberg había creado, otorgaría la oportunidad al fantástico y versátil Ron Young de Little Caesar, quien acabaría escribiendo la mayoría de las letras junto al espigado guitarrista holandés.
En vez de súper grupo se quedaron en banda de culto consiguiendo tan solo editar este fabuloso trabajo que triste e inexplicablemente pasaría inadvertido, y que sería el preludio de lo que más tarde el guitarrista crearía junto a David Coverdale en el genial ‘Restless Heart’. Una banda que hace lo que realmente siente sin someterse a ninguna tendencia de moda dando forma a 10 temas de blues rock fuertemente arraigados al sonido de los 70 donde la guitarra y la voz son los protagonistas principales del disco, y en los cuales se ve reflejada la esencia de clásicos como Bad Company, Led Zeppelin o los primeros Aerosmith, como bien muestra el primer corte ‘Can You Feel It’, un poderoso inicio con una desgarradora interpretación vocal y una guitarra sobria y punzante. En esta misma tesitura se encuentra el cadente ‘Gimme A Shot’ con un marcado aire Whitesnake.
El tranquilo e intimo inicio de ‘Fire In My Soul’ desemboca en un atrayente sonido funk rock en el que Sarzo muestra sus condiciones con las cuatro cuerdas y en el que el solo de guitarra resulta admirable convirtiendo el tema en una de las joyas del disco. La primera balada es ‘Do Angels Die’, con una soberbia interpretación de Ron Young que nos pone los pelos como escarpias. Un penetrante bajo nos introduce en la sólida, pegadiza y correosa ‘Pushing Me’, un corte aparentemente sencillo, pero irremediablemente adictivo. Una acústica vibrante nos propone entrar en una balada excepcional y emotiva en la que el solo de guitarra es nuevamente imponente. ‘Keep It Coming’ nos devuelve la energía en un ritmo fresco con una labor de Rudy Sarzo impecable. ‘When The Hammer Comes Down’ marca el punto álgido del álbum con esa entrada Zeppelin, la susurrante melodía vocal desemboca en un desgarrador y sólido torbellino rockero. De nuevo una bonita acústica nos devuelve el sentimiento en ‘Ride The Storm’, otra sublime y espectacular interpretación del irreverente Ron Young con la que logra tocar el cielo. Para cerrar de manera animada ‘Can´t Hold It’, una nueva pieza de rock correoso en la que la aplastante batería de Aldridge lleva el peso, mostrándonos que la esencia de la serpiente blanca sigue intacta en la composición de Vandenberg.
Un disco quizá falto de un hit single que sirviera como gancho comercial, pero compensado con la consistencia de unos temas que capturan la esencia de los 70 y la solidez de los 80 reflejados en una constante habilidad instrumental y con la calidad en primer plano.
