Como ya sabeis, no es precisamente Darren Aronofsky santo de mi devoción, más bien lo contrario, pero dado que ya me sorprendió agradablemente cambiando su discurso tan modernito como pedante e irritante con la tan bella como triste "The Wrestler", decidí echarle un vistazo a "Black swan".
Aunque en principio lo poco que sabía de la película me hacía temer lo peor, he de reconocer que la historia de esa bailarina (perfectamente interpretada por Natalie Portman) cuya vida está dedicada en cuerpo y alma a la danza, que consigue el papel más importante de una carrera cuyo fin se acerca peligrosamente, que vive con una madre (Barbara Hershey) que fue bailarina fracasada y que lejos de ser un apoyo es una carga psicológica para su cada vez más peligrosamente inestable hija, me ha enganchado y ha captado toda mi atención.
¿El motivo?, la película lejos de ser un drama al uso por lo que se puede deducir de su sinopsis, es turbia, psicológica, tiene gotas de thriller y hasta algo terrorífico (para buscar una referencia, quien haya visto "Repulsión" de Polanski puede hacerse una idea).
Visualmente también me ha gustado mucho, y yo que el ballet es algo que me aburre, he disfrutado con el montaje de las escenas de baile.
¿La pega?, que a Aronofsky en la parte final se le va un poco el asunto de las manos.
El que no quiera pasar por taquilla (se estrena a principios del próximo mes), ya la puede pescar en v.o.s. Yo haré como con "The wrestler" y pese a haberla visto ya, iré al cine.
