<<CRÓNICA>> FOREIGNER (10/06/2009) Sala La Riviera (Madrid)

Hace un par de años, vivíamos una alegría con la llegada de Journey por primera vez a España. Es curioso, bandas que son una leyenda no habían pasado por aquí jamás de los jamases, y ahora que están muy lejos de las glorias pasadas, deciden acabar con ciertas injusticias históricas. Foreigner se apuntan al carro, y visitan por primera vez Madrid, armados con un puñado de canciones que forman parte de nuestra vida, y con uno de los directos más apabullantes que he visto en mucho tiempo.



La Riviera no andaba mal de público, a pesar de la fecha. Un miércoles no es precisamente un día para que reviente una sala, aunque el jueves fuese fiesta. Mucha gente que se hubiese desplazado hasta allí de otras provincias, se quedó en casa al no tener puente en sus respectivas comunidades (aunque otros no, como comprobamos al hablar con algunos asistentes, que se pondrían sospechosamente enfermos al día siguiente, a la hora de acudir al trabajo). Los Foreigner salen al escenario, y no esconden sus cartas. Artillería pesada desde el principio, y una puesta en escena sencilla, pero que se centra en la banda, que viene dispuesta a merendarse el momento. "Double Vision" y "Head Games", para empezar.



La gente está inmersa en el concierto desde el primer segundo, y los miembros del grupo se crecen. Jeff Pilson está hecho un chaval, no para ni un segundo; corre de un lado a otro, hace coros, se implica con el público… las tablas y la experiencia, sazonadas con el sentimiento de fiesta que se vivía en la sala. Continúa la descarga, y Cold As Ice consigue el efecto deseado. La gente canta completo uno de los temas emblemáticos de la banda. El sonido roza la perfección, de los mejores que he escuchado en la Riviera. Nítido, limpio, con cada instrumento en su sitio, sin saturar ni comerse al resto. Todo un muro en el que Kelly Hansen es gran protagonista. Excelente elección como frontman de la banda, estuvo impecable toda la noche, y consiguió que las ganas de ver a Lou Gramm en el escenario se diluyesen un poco. "Blue Morning", y llega otro de los momentazos de la noche.


Para cantar en Foreigner, se necesita un feeling especial, una habilidad para cambiar el tono de los momentos más roqueros, a la sensibilidad que piden los exigentes medios tiempos, y Hansen se lució con “Waiting for a girl like you”. "Too late", la fiestera "Dirty White Boy", y un pequeña parada de decibelios para la versión acústica de "Say You Will", uno de mis temas favoritos de la banda, y que queda muy bien en esta versión a pelo. Como siempre, los coros de la banda, espectaculares. De nuevo consiguieron meterse al público en el bolsillo. Viaje en el tiempo para recuperar "Stormrider", con Mick Jones ejerciendo de líder del grupo, y que cantó la mayoría del tema. Por cierto, que tiene más años que la tana, y ahí está, aguantando el tipo, con ese toque y elegancia que le caracterizan como guitarrista. "Feels Like The First Time", una canción que venía al pelo, y otra fiesta en forma de canción. Para cerrar el chiringuito, dos pelotazos: "Urgent", uno de los clásicos imprescindibles, y "Jukebox Hero", espectacular, con la sencilla puesta en escena explotada al máximo, Hansen que se dejaba la garganta, y la banda en plena explosión de energía. Entre medias, un recuerdo a los clásicos, Whole gotta love de los Zeppelín se fundía con Jukebox Hero, para completar la intensidad del momento.



Después de un pequeño descanso, vienen los bises, y no podían irse sin regalar al público "I Want To Know What Love Is". Allí había lágrimas, amigos, y mucha gente agarradita, porque esto es más una canción. Forma parte de la vida de más de uno de los que allí estaban, y la emoción estaba a flor de piel. Momento mágico para muchos, y excelente interpretación, con todo el sentimiento que se esperaba por parte de la banda. Y fin de fiesta con otro clásico, "Hot Blooded", que ponía punto y final de manera magistral a un concierto inolvidable. Banda compacta y sin fisuras, energía y sentimiento, fuerza y elegancia. Los adjetivos que uno espera poner en un concierto de Foreigner, ganados con sudor y buenos temas.

He de reconocer que nunca han sido una de mis bandas imprescindibles, pero desde el concierto, no me he podido quitar de la cabeza un par de temas, que canturreo sin parar, y sin darme cuenta, para desesperación de familiares y compañeros de trabajo. Y eso sólo lo consiguen los grandes, meterse en tu cabeza y quedarse grabados a fuego.

Esperemos que vuelvan, porque si no los habéis visto, es algo que tenéis que solucionar.