<<CRÓNICA>> SWEDEN ROCK 2010

JUEVES 10 DE JUNIO

TREAT (Dio Stage)

A los buenos de Gary Barden y Michael Schenker les tocó descargar a una hora temprana, las 13:30, en el escenario principal del festival, justo en uno de los momentos en los que la lluvia más arreció en todo el fin de semana. Aún así, el concierto del alemán afincado en USA se hizo ameno y entretenido, aunque bastante falto de emoción o de entrega. Como no podía ser de otra forma el set list se basó en la primera etapa de la banda, obviando, como viene siendo habitual, la etapa McAuley. Comenzaron con varios clásicos básicos “Armed and Ready”, “Cry For The Nations” y “Ready to Rock”, entre otros. El sonido era limpio y la flecha del germano acaparaba el volumen más alto casi eclipsando al resto de los instrumentos.


Schenker miraba al público y hasta sonrió en algún momento puntual, cosa poco habitual en él. Parece ser que ha dejado el look de “skater” a un lado y, aunque físicamente está tocado y la mala vida la lleva plasmada en el rostro, al menos en esta ocasión se le veía en mejor estado de forma. Barden, por su parte, salió con camisa y gorra y aunque alguna gente se empeña en afirmar que está en horas bajas, lo cierto es que en este Sweden Rock 2010 cumplió perfectamente su papel.

Con respecto al set list comentar que interpretaron también “Into The Arena”, la genial “On and On”, “Attack of the Mad Axeman “ y las ya inevitables versiones de UFO, a saber, “Lights Out”, “Rock Bottom” y “Doctor Doctor”. En definitiva, que el que escribe se reconcilió con Schenker tras la nefasta impresión de aquel Atarfe de hace unos años…


Los daneses Disneyland After Dark son muy grandes en Escandinavia y así lo atestiguó la ingente presencia de público frente al escenario Rock Stage. De momento la puesta en escena y el montaje que llevaban era de lo más atractiva ya que usaron la cabeza de buey del “No Fuel” con luces tras la batera, llamaradas de fuego durante algunos temas y un look bastante llamativo, aunque toda la atención la concentraba el bajista Stig Pedersen con sus trajes futuristas y sus bajos imposibles de dos cuerdas, uno en forma de cohete americano, otro de parte trasera de Cadillac, otro transparente con luces de led en el interior, otro forrado de pelo a lo ZZ Top, etc.


La entrega de la banda fue total y los fans lo agradecieron con creces y continuas ovaciones. Entre los temas que pudimos disfrutar citar, por ejemplo, “Evil Twin”, “Jihad”, “Point Of View”, “Everything Glows, “Monter Philosophy” o las populares “ Bad Craziness”, “Sleeping My Day Away” o “Marlboro Man”.


La banda de los hermanos Troy era uno de las golosinas más apetecibles de ver en esta edición 2010 dada la dificultad de disfrutar de ellos en directo, pues como bien sabéis tocan de forma muy puntual a lo largo del año; además presentaban un genial y flamante nuevo álbum “Sanctuary” y a su último fichaje, el vocalista Mike Freeland. Para aderezar su show se sirvieron de un telón con el llamativo logo de la banda.


Tino Troy tuvo muchos problemas con los amplificadores antes de comenzar, pero eso no fue óbice para que luciera su mejor sonrisa durante la actuación. Comenzaron con “Children Of The Earth” y “Panic In The Streets”. El problema fue que apenas había un puñado de fans viendo su concierto y eso repercutió en que la entrega del grupo fuera limitada. Freeland demostró ser un gran vocalista, solvente, que encaja a la perfección en la estructura de la banda. La única pega que les puedo poner es que la actuación estuviera carente de pasión, algo fría, la imagen madura de los miembros tampoco contribuía demasiado y, pese a que en los últimos años han editado unos álbumes geniales (Nowhere To Hide, The Journey Goes On), apenas dieron cabida a temas de los mismos.


Sin embargo, si pudimos escuchar “Cry For The New World”, “Captured City”, etc aunque la palma se la llevó el impresionante baladón del último disco, “Turn The Tide”, que fue lo mejor de Praying Mantis en este Sweden 2010.


Rick Springfield, el conocido cantante y actor australiano, era otro de los claros alicientes de esta edición. Parece increíble que a sus sesenta años pueda mantener un aspecto tan jovial y semejante entrega. Al “Doctor Noah” lo pudimos ver en el escenario principal, algo que en España hubiera sido impensable. Debido al leve solapamiento con Praying Mantis nos perdimos los tres primeros temas, pero llegamos justo en el momento adecuado, cuando comenzaba a sonar la alucinate “Living In Oz”.


Quizás el concierto sonó excesivamente Pop-Rock para lo que es el festival, pero aún así, fue un concierto entretenido, aunque tampoco apasionante, lo que parecía ser la tónica general en lo que llevábamos de jornada. El set list incluyó también cortes como “What’s Victoria’s Secret?”, “Venus In Overdrive”, la versión del “Crossroads Blues” de Robert Johnson, “Don’t Talk To Strangers” o el hit “Jessie’s Girl”, por citar algunos representativos.
Bonito mientras duró, pero lo mejor estaba por llegar…


Hablar del concierto de los norteamericanos Steel Panther es hacerlo del mejor concierto de todo el festival, así de sencillo. El único show que de verdad me enganchó, que disfruté al 100% y que mantuvo la intensidad durante todo su transcurso. La ladera colindante al Sweden Stage estaba a reventar, había muchos miles de personas, y lo más sorprendente es que el público era muy joven y se sabía las letras de memoria, otra cosa que en España sería inimaginable a todas luces.

Así que, directamente desde Los Angeles y del Key Club, llegaban Michael Starr, Satchel, Lexxi Foxx y Stix Zadinia, luciendo un inmenso telón con el logo en tonos morados y rosados para descargar prácticamente todo su álbum “Feel The Steel”. Si alguien tenía dudas sobre su directo, sobre si sólo eran un grupo de pose y de escarnio, etc todo quedó aclarado tras unos breves minutos sobre el escenario.


Comenzaron con la brutal y heavymetalera “Eyes of a Panther”, coreada por todo el público, para a continuación atacar con “Asian Hooker”. Enseguida comenzaron a alternar temas con sus breves discursos sarcárticos, para quien no controle de inglés tiene un serio hándicap, pero lo único cierto es que la gente se tronchaba de risa con los comentarios, con las poses y con las caras de los músicos. La clave es que no se excedían con la charla y sabían fijar bién los tiempos. Luego cayeron “Fat Girl - Thar She Blows”, la aclamadísima y coreada “The Shocker”, seguidas de una versión de Backstreet Boys, “I Want It That Way”, que no desentonó, y el breve solo de guitarra de Satchel, un músico muy solvente. Para entonces Vikki Foxx se había ya contemplado en su espejo de mano mil veces mientras ponía morritos o se echaba laca en el pelo.


El show no daba tregua y pudimos disfrutar de temazos como “Party All Day, Fuck All Night”, con el público plenamente entregado ya a la magia de los Panther, el hit “Community Property”, la potente “Turn Off The Lights”, la melódica “Girl From Oklahoma” y las brutales “Eatin’ Ain’t Cheatin” y “Hell’s On Fire”. Era la hora del bis, losfans no paraban de silbar, pidiendo más y fue entonces cuando atacaron con “Death To All But Metal”, que sonó brutal y “Kickstart My Heart” de Motley Crue, que sonó clavada, Michael Starr parecía el mismísimo Vince Neil en sus mejores años.

Así que, lo dicho, sorpresa mayúscula, quien quiera criticarlos gratuitamente debería sellar su boca para siempre, Steel Panther iban de tapado y fueron los claros triunfadores del Sweden 2010.


Lo que a priori era uno de los acontecimientos históricos de este verano, la venida de Cinderella a Europa, devino en una de las decepciones más sonadas, un grupo que pasó sin pena ni gloria por el escenario principal. El grupo lucía un llamativo telón con el logo, pero el resto de las tablas quedaron excesivamente despobladas, sólo ocupadas por un puñado de amplificadores. Jeff Labar tuvo problemas de sonido desde el principio, durante cuatro o cinco temas y el enfado que tenía era monumental, el público estaba más preocupado de este detalle que de centrarse en el concierto y para colmo fue el único grupo que sonó mal, embarullado, cuando cualquier grupúsculo suena a gloria hasta en la carpa más pequeña; otro factor que no ayudó fue la distancia del grupo al público y la pasarela saliente tan tremenda, que distancia aún más a la gente y parte en dos la explanada.



Comenzaron con “Second Wind”, “Push Push”, “Somebody Save Me” y “The Last Mile”, que como digo, pasaron casi desapercibidas. Cinderella estaban distantes, fríos como un témpano, en ningún momento se entregaron, iban a lo suyo y la sensación que daban no era la de aquellos años gloriosos donde eran uno de los grupos más punteros que llegaron a tocar en Donnington o en el Moscow Peace Festival. Luego fueron cayendo “Night Songs”, “Falling Apat At The Seems”, “Heartbreak Station”, “Coming Home”, “Shelter Me”, “Nobody’s Fool” y “Gypsy Road”, la cosa mejoró un poco, a Keifer no se le vió tan mal como esperábamos tras varias operaciones de garganta y, aunque tampoco estuvo muy lúcido, al menos no destrozó los temas. Para el bis quedaron “Don’t Know What You Got Till It’s Gone” y “Shake Me”.El público a duras penas coreaba los temas, con lo que la sensación agridulce y las malas vibraciones se acrecentaban y me dejaban un peor sabor de boca.


En resumidas cuentas, demasiados años esperando para toparnos con unos Cinderella venidos a menos y poco entregados, otro grupo visto que tachar de los de la lista de los más anhelados, los temazos siempre estarán ahí, pero fueron una de las decepciones de este año, sin duda.


El concierto del mítico Billy Idol fue otro de los que pasó sin excesiva pena ni gloria por los prados de Norje; sí, por supuesto que cuenta con un gran listado de hits muy apetecibles y con la presencia de Steve Stevens, pero todo esto no fue suficiente para que podamos hablar de una gran descarga. Para colmo, justo cuando el show daba comienzo, la lluvia más fuerte hizo acto de presencia y la incomodidad del chubasquero se hizo notar.

De todas formas, siempre es grato ver a este mito, aunque sea bajo un pertinaz aguacero y disfrutar de temas como “Dancing With Myself”, “White Wedding”, “To Be A Lover”, “Eyes Without A Face”, “Rebel Yell” o la versión de The Doors, “L.A.Woman”. Idol es muy sobrio sobre el escenario, camina, se mueve, pero no se deja la piel sobre las tablas y menos ante un público atenazado por el frío y el agua cuando caía la noche.

Una sensación extraña, seguro que en otras condiciones el bueno de Billy daría mucho más de sí, esta vez nos tocó la de arena.


Había muchísimas ganas de ver al “renegado” (dicho con cariño) de Gary Moore, por fin anunciaban el anhelado concierto de Hard Rock que tantos años habíamos soñado, la zanahoria estaba colgando del palo y todos los burritos picamos como tontos. La noche era muy fría, el escenario estaba desnudo, apenas un amplificador por músico, las luces eran tenues, pobres, escasas, amarillentas, la mitad de la banda salía vestida de traje, sin look rockero alguno y Gary se situó en el lado izquierdo del escenario frente al micro. El evento no empezó mal, “Dunluce”, “Over The Hills And Far Away”, “Thunder Rising” y “Military Man”, pero ahí se acabó el sueño. La cierta fuerza que se imprimió en el comienzo fue una fugaz visión, enseguida comenzaron a interpretar canciones más pausadas, más bluesies. Ojo, a mí me encanta todo lo que toca Gary, tanto de Hard como de Blues, pero la mayoría del público se sintió defraudado; si no se hubiera anunciado un show especial, nadie habría visto defraudadas sus expectativas.

El Sr. Moore interpretó de forma impecable “Days Of Heroes”, “Where Are You Now”, “So Far Away”, “Empty Rooms”, “Old Wild One”, “Out In The Fields”, “Still Got The Blues”, “Walking By Myself” y la deliciosa “Parisienne Walkways”, respecto a este enorme musicazo no se puede decir nada en contra, nos quedamos hasta el final del show, pero la sensación con la que me quedo es agridulce y, sinceramente, me fastidia.

La última jornada del SRF se abría con los suecos Dream Evil quienes congregaron a un par de miles de espectadores en la colina anexa al Sweden Stage. Su propuesta ya es conocida quizás demasiado arquetípica y su show se podría calificar de correcto y entretenido, el sol brillaba por fin y la gente yacía recostada en la hierba mientras terminaba de despertar.

La banda sigue comandada por Niklas Isfeldt, aunque la pareja formada por el bajista Peter Stalfors y el guitarra Fredrik Nordstrom, ex batera y fundador de la banda, es la concentra la mayoría de la atención del público. Entre los temas que pudimos escuchar destacaría “United”, “Made Of Metal”, “Bang Your Head”, “Heavy Metal In The Night” , “Fire, Battle, In Metal”, “Chasing The Dragon” o “The Book Of Heavy Metal”. No llevaron ni montaje ni telón, pero sus temas pegadizos fueron suficientes para comenzar el día y dejarnos una buena impresión.


La actuación de los británicos era de las más esperadas por el que escribe y lo cierto es que la experiencia fue decepcionante.Uno es consciente de que ya nada es lo mismo, que los años han pasado, pero es que los Skyclad de 2010 han perdido toda su presencia a nivel escénico, aunque su música me siga encantando. La falta de Martin Walkyer es demasiado notoria y a eso hay que sumar una banda sin trajes medievales ni montaje alguno; lo que me encontré fue a un grupo de gente madura, muy sonriente, todos vestidos con pantalón y camiseta negra, con pelo corto (excepto el bajista) y que parecían más una orquesta de feria de pueblo que una banda de folk metal.



Otros factores que restaron mi interés fue que se concentraron en los temas de la nueva etapa en detrimento de los grandes clásicos y, por qué no decirlo, la escasa presencia de público, como se dice coloquialmente “cuatro gatos”, no había ni dos filas de gente en la valla, así que la impresión con la que me quedé fue muy pobre y triste y preferí ir a ver a Fates Warning que estaban comenzando a descargar en el escenario principal.


Los dioses norteamericanos de Metal Progresivo se presentaban en Norje con la formación de lujo que grabó el afamado “Parallels”, con el núcleo duro formado por Adler, Aresti, Matheos y Zonder. El set list no pudo ser más acertado, “Leave The Past Behind”, ”Life in Still Water”, “Eye To Eye”, “The Eleventh Hour”, “Point Of View”, “We Only Say Goodbye”, “A Pleasant Shade Of Grey III”, “Through Diffent Eyes” o “Monument”, por enumerar algún temazo.

La banda volvió a cumplir con las expectativas y no se le puede poner ningún “pero”, Fates Warning son unos auténticos maestros, aunque sus shows no son aptos para gente que quiera fiesta, son una banda para disfrutarla tranquilamente, recreándote en la compleja música. Habrá quien se sintiera decepcionado, pero Fates Warning son así, o los tomas o los dejas.

UNISONIC (Rock Stage)

Pese a lo que se pudiera pensar Michael Kiske no logró concitar la atención del público sueco, algo impensable en España donde es un verdadero dios y en un festival patrio hubiera reunido a bastante más gente, aunque sólo fuera por el morbo de ver el estado vocal del germano tras tantos años de ausencia de los escenarios. La banda que le acompañaba estaba compuesta por Dennis Ward y Kosta Zafiriou de Pink Cream 69 y el guitarra Mandy Meyer, conocido por haber colaborado con Asia, Gotthard y Krokus.


El set list que interpretaron se basó en los dos discazos del proyecto que tienen en común, Place Vendome, donde pudimos escuchar, por ejemplo, “Cross The Line”, “Set Me Free” o “Streets Of Fire”, aunque también hubo lugar para la presentación del primer tema de Unisonic, “Souls Alive” y para un par de himnos de Helloween como son “Kids of The Century” y “A Little Time”.

Quien quiera conocer el estado de voz de Kiske debe saber que está al 98%, rozando la perfección, llega a prácticamente todos los agudos imposibles a los que nos tenía acostumbrados, pero el problema de Michael es la actitud sobre el escenario; salió como quien pasa por allí por casualidad, como si la cosa no fuera con él, dando la impresión de que no quería estar allí y de que le quiere hacer un favor a sus amigos de banda.


Cantaba con una mano metida en el bolsillo, deambulando con calma, se sentaba en el borde del escenario, sonreía, se puso bizco en un par de ocasiones y parecía incrédulo de ver que a la gente aún le gusta esta música y sí, sigue sin quitarse el gorro de lana.

Fue un concierto extraño, por una parte con una música genial, pero por otra donde estábamos más preocupados de ver cómo se desenvolvía Kiske en vez de disfrutar de la música, aún así, un placer el poder habernos recreado con su inigualable tono de voz.


La descarga de los americanos Winger fue sin duda una de las mejores de todo el festival, Kip y los suyos salieron a arrasar, interpretando tema tras temas sin tregua ni casi pausa y se metieron al numeroso público asistente en el bolsillo. Entre los himnos que sonaron podemos mencionar “Easy Come Easy Go”, “Rainbow In The Rose”, “You Are The Saint, I Am The Sinner”, “Headed For a Heartbreak”, “Can’t get Enough”, “Seventeen” o “Madalaine”.
Lo dicho, la primera visita de Winger al festival sueco se saldó con un sonado triunfo.


El mítico trío de la N.W.O.B.H.M. Raven saltó al Dio Stage con una fuerza arrolladora interpretando varios clásicos como “Take Control”, “Live At The Inferno” y “All For One”. Desde luego los hermanos Gallagher son genio y figura, unos auténticos desfasados,dicho con cariño, John poniendo caras, moviéndose como un loco y Mark pasado de kilos y de años, envuelto en unas vestimentas que no le favorecen ya para un señor de su edad y poniéndose bizco en cada solo de guitarra. La sensación que me dio es que fue un concierto poco serio, pese a que su intención no era esa, sus temas merecen la pena, también sonaron “Rock Until You Drop”, “On And On” o “Break The Chains”, pero no me terminaron de convencer.


Respecto al público comentar que era poco numeroso, aunque muy fiel, ya que la gente controlaba bastante las letras. También deslució un poco el show los constantes problemas que tuvo Mark con su amplificador, hubo algún tema donde su guitarra no sonó, al igual que en algún solo. Lo dicho, sensación agridulce.


Otro de los míticos grupos de metal underground, esta vez canadiense, hizo acto de presencia en el escenario, Anvil, el grupo de Steve “Lips” Kudlow, que venía acompañado de su inseparable Robb Reiner. Esta vez el público asistente era algo más numeroso, pero está visto que este tipo de metal no es muy popular en Suecia o , al menos, no son lo suficientemente atractivos para el tipo de fans que visitan el festival de Norje.

Lips era el epicentro de todas las miradas, con sus mil gestos, sus ojos bizcos, sus muecas y su buen rollo, lo malo es que sucede como con Raven, que no dan una sensación de seriedad y eso me desconcierta. Si tengo que ponerle una pega a su actuación esa sería la elección del set list, falto de clásicos, salvo los inevitables “School Love”, “Forged In Fire” y “Metal On Metal”, una colección demasiado exigua para mi gusto. Tampoco me gustó que Lips se entretuviera demasiado contando gracietas, diciendo que le encantaban los porros, haciendo reverencias a lo japonés y diciendo “arigato”, tocando con un consolador a modo de slide y chorradas varias. Tampoco salí satisfecho.


El grupo de Blackie Lawless volvía a la arena del SRF anunciando que haría un show especial de sus dos primeros discos, cosa que, al igual que Gary Moore, tampoco cumplió, ya que insertó temas nuevos y de otras épocas. No se puede decir que el show fuera malo, pero ha sido muy inferior a lo que he podido ver en otras varias ocasiones, aparte de que el nuevo guitarra, Doug Blair, tampoco me termina de convencer y ya va una racha de tres guitarristas de WASP que no terminan de ser de mi agrado.

Comenzaron con “On Your Kness” y con una grata sorpresa, “The Torture Never Stops”, un tema que no lo interpretan desde 1984. Continuaron con “Love Machine” y “Wild Child”, que hicieron las delicias de las miles de personas que poblaban la explanada, para regalarnos otra sorpresa “The Last Command”, otra que no tocan desde 1985.

La segunda parte del show dio un notorio bajón, levantaron un poco el pie del acelerador y el show se hizo menos vistoso y más aburrido; tocaron “Crazy Play”, que se me hizo larguísima, “Hellion” y “Widowmaker”, que levantaron algo el ánimo, “Sleeping in the Fire”, “Chainsaw Charlie”, “Babylon’s Burning” y “The Idol”. Con el bis la cosa volvió a subir, no obstante, interpretaron las ineludibles “I Wanna Be Somebody” y “Blind in Texas”.

Así que la impresión que se me queda es que fue un buen concierto, con altibajos, con una primera parte más interesante y con un nuevo guitarra que no me gusta para WASP.

Los siguientes en tocar iban a ser Guns N Roses, pero Axl volvió a hacer de las suyas saliendo a escena una hora más tarde de lo previsto, el frío era insoportable a esas horas de la noche, hacía viento y estaba lloviznando así que nos fuimos a dormir con un cabreo monumental por el retraso, con lo que no os podemos ofrecer la crónica del concierto.

Pese a todo, un balance positivo de la edición 2010, sólo deslucida por algún grupo que no estuvo a la altura y la leve lluvia que a la postre se tornó molesta. Pero en líneas generales, un diez como siempre a la organización por el recinto, por los servicios ofrecidos, por la limpieza y, sobre todo, por limitar la entrada a 32.000 personas, con lo que la comodidad y la familiaridad del festival sigue vigente y es su mayor virtud. El Sweden Rock Festival sigue siendo uno de los pocos festivales donde te sientes realmente cómodo y eso vale su peso en oro.

Tack Så Mycket!

Autor: Wacky