SIGNUM REGIS - SIGNUM REGIS
65/100
Discográfica: Locomotive Records
Estilo: Metal Melódico/Neoclásico
Productor: Ronald Konig
Voces producidas por: Goran Edman
Goran Edman : Voz
Ronnie Konig : Bajo
Filip Kolus : Guitarra
Ado Kalaber : Guitarra
Jan Tupy : Teclados
Ludek Struhar : Batería
TRACKLIST
1.Fields of stars
2.All over the world
3.Neverland
4.For ever and a day
5.Bright days of glory
6.The rain
7.Passionate love
8.Mountain haze
9.Follow the light
10.The ten thousand
11.Sirens roar
Dentro de un panorama que parece hace tiempo de capa caída como es el del metal neoclásico, encontramos un nuevo proyecto bajo la batuta del bajista Ronnie Konig con el nombre de Signum Regis. ¿Cuál es el principal aliciente que nos ofrece y puede hacerle destacar sobre el resto?, pues ni más ni menos que contar con el siempre perfecto Goran Edman a las voces y no como un mero convidado de piedra, si no ayudando en la composición de los temas lo que puede haber acentuado un poco el componente melódico en los mismos. A eso unimos una buena producción y la masterización de Tommy Hansen y tenemos un disco que si bien no inventa nada, ofrece al oyente un rato entretenido, aunque eso si, el resultado final se queda simplemente ahí.
Entrando en materia, el disco comienza con un medio tiempo, “Fields of Stars”, cuya intro de teclados y riff trae inmediatamente a la memoria de quien lo escucha los ecos de la primera época del sueco de oro, Yngwie Malmsteen, cuando los hermanos Johansson estaban con él. Hablando de ellos, si alguno recuerda el disco que grabaron con Michael Romeo, “The last viking” (que curiosamente contaba con Edman a las voces), encontrará asimismo similitudes con dicha grabación (por cierto, trabajo totalmente recomendable) y el tema “The rain” sería el mejor ejemplo de esta comparación.
No faltan tampoco temas de corte más power como “All over the World”, sobre todo en su arranque con el clásico doble bombo que si bien no llega a saturar no es de lo mejor del disco, al igual que “The ten thousand”, otro corte que sigue la misma linea. “Nerverland” nos presenta a un Edman más agresivo de lo acostumbrado en otro medio tiempo de sonido neoclásico. No falta tampoco una semi balada como “Forever and a day” con un solo de guitarra clásica arropado por un piano que queda realmente bien y que nos puede hacer ver la influencia de los primeros Rainbow de Blackmore, influencia que es inevitable encontrar en el tema con el que cierran, “Sirens roar”, cuyo desarrollo instrumental en la parte del solo nos deja claro que el genial y malhumorado guitarrista es una de las predilecciones de Ronnie Konig.
Lo dicho, es un disco entretenido que dudo que tenga mucha repercusión y que aún siendo de agradable escucha no creo que tarde mucho en ser uno más en la colección de aquellos que lo compren.
Entrando en materia, el disco comienza con un medio tiempo, “Fields of Stars”, cuya intro de teclados y riff trae inmediatamente a la memoria de quien lo escucha los ecos de la primera época del sueco de oro, Yngwie Malmsteen, cuando los hermanos Johansson estaban con él. Hablando de ellos, si alguno recuerda el disco que grabaron con Michael Romeo, “The last viking” (que curiosamente contaba con Edman a las voces), encontrará asimismo similitudes con dicha grabación (por cierto, trabajo totalmente recomendable) y el tema “The rain” sería el mejor ejemplo de esta comparación.
No faltan tampoco temas de corte más power como “All over the World”, sobre todo en su arranque con el clásico doble bombo que si bien no llega a saturar no es de lo mejor del disco, al igual que “The ten thousand”, otro corte que sigue la misma linea. “Nerverland” nos presenta a un Edman más agresivo de lo acostumbrado en otro medio tiempo de sonido neoclásico. No falta tampoco una semi balada como “Forever and a day” con un solo de guitarra clásica arropado por un piano que queda realmente bien y que nos puede hacer ver la influencia de los primeros Rainbow de Blackmore, influencia que es inevitable encontrar en el tema con el que cierran, “Sirens roar”, cuyo desarrollo instrumental en la parte del solo nos deja claro que el genial y malhumorado guitarrista es una de las predilecciones de Ronnie Konig.
Lo dicho, es un disco entretenido que dudo que tenga mucha repercusión y que aún siendo de agradable escucha no creo que tarde mucho en ser uno más en la colección de aquellos que lo compren.
Autor: Albytor
