PORCUPINE TREE + PURE REASON REVOLUTION (12/10/2008)
Sala Rock Star Live (Barakaldo)
Sala Rock Star Live (Barakaldo)
¿Es Steven Wilson un genio de la música contemporánea? Más de uno habrá encontrado respuesta a la pregunta tras la experiencia vivida este fin de semana en la Rock Star Live. Los británicos pisaban por primera vez territorio vasco y la expectación era máxima para disfrutar de una banda que se ha ganado a pulso traspasar la siempre complicada barrera del prog y acceder, relativamente, a un público más mayoritario.
Antes, los también ingleses 'Pure Reason Revolution' nos abrieron el apetito presentando su peculiar propuesta de rock progresivo-alternativo. El cuarteto liderado por Jon Courtney (voz, guitarra, teclados) alternó temas de su hasta la fecha único álbum 'The Dark Third', con cortes de carácter tremendamente electrónico que formarán parte de su próximo trabajo. Jugando constantemente a dos voces con Cloe Alper (voces, bajo, sintentizador, teclado) y con acertadísimos coros lograron empapar a la sala de sus ambientales melodías. Gozaron de buen sonido aunque las guitarras en vivo sonaron notablemente más noisys (¿intencionadamente?) que en estudio. Parcos en palabras, y tras un largo coqueteo con el sintetizador, se marcharon con una calurosa despedida a sus espaldas. Aunque tengo que reconocer que los homogéneos esquemas de sus temas acabaron por saturarme, aprobaron con creces su papel de guest band dejando un agradable sabor de boca. A fin de cuentas, no es casualidad que hayan acompañado a Steve Wilson en las últimas giras de Porcupine Tree y Blackfield.
¿Es Steven Wilson un genio de la música contemporánea? Pese a su aspecto cándido, inadaptado e introvertido, Steve Wilson se ha convertido en el gran referente de la escena rock progresiva moderna. Vanguardista e innovador, sigue sorprendiéndonos obra tras obra; bien sea con la constante evolución y reinvención de Porcupine Tree, o con sus proyectos paralelos de diferente índole como Blackfield, No-man o Bass Communion.
Tras la media hora más larga de la noche, un crepuscular haz de luz blanca dibujó la solitaria silueta de Steve Wilson sobre el escenario. No se me va a olvidar fácilmente esa bella y a su vez alegórica estampa, que acompañada por las primeras notas de la magnífica 'Normal', abrió las puertas de una noche inolvidable.
Debo reconocer que tenía cierto miedo sobre la actuación. Iba a ser mi primera experiencia con el 'árbol del puercoespín' y ni siquiera pinchando el 'Arriving Somewhere' podía quitarme de la cabeza algunos comentarios negativos incluso de fans que achacaban a la banda de distante, ausente y complicada de soportar en vivo. Una vez pasado el toro, me veo en la obligación de discrepar rotundamente. Pocas veces se puede disfrutar de una atmósfera tan inquebrantable. El excepcional juego de luces y las proyecciones en la pantalla nos atraparon en un universo tenebroso, intenso y absolutamente emocional del que resultaba imposible escapar. Únicamente las expectantes miradas del público se tornaban en solemnes ovaciones de admiración entre tema y tema. El sonido, sencillamente perfecto, permitió que desde la celebrada 'Blackest Eye' fueran desgranando un set list variado, con sorpresas como la ausente en las fechas de Madrid y Barcelona 'Cheating the polygraph' o la recientemente recuperada del baúl de los recuerdos ('We Lost the Skyline') 'Stars Die': sobrecogedora.
Párrafo aparte necesita 'Anesthetize'. La calma de los primeros acordes anunció la asfixiante tormenta final que provocó el delirio del público. 17 intensos minutos de anestesia absolutamente magistrales que quedarán en mi memoria para siempre. Qué clase, qué sutileza y a la vez qué fuerza. Si quedaba alguna barrera por romper, ‘Anethetize’ terminó por adentrarse hasta lo más hondo de nuestros cuerpos. Indescriptible.
No es raro encontrar con detractores de la banda pero es complicado negarles la clase y su capacidad de interpretar los temas. Qué gozada. Lo presenciado en la Rock Star fue una lección de cómo se deben llevar al directo los discos. Si Steve Wilson es el alma, sus escuderos componen el cuerpo perfecto. Sobre las milimétricas estructuras del descomunal Gavin Harrison se erigen los atmosféricos teclados de Richard Barbieri y los sutiles solos del guitarrista de apoyo John Wesley, encargado de ayudar también vocalmente a Steve Wilson. Inmejorable. Quienes acusaban a la sala Rock Star Live de flojear en acústica, tendrán que esperar a otra ocasión para sacar los cuchillos. Porcupine Tree exprimieron todo su potencial alcanzando el perfecto equilibrio entre nitidez y potencia de sonido.
El repaso a gran parte de su obra no se olvidó de su exitoso Deadwing (‘Open Car’), Signify (tremendo ‘Dark Matter’) o In Absentia (‘Prodigal Son’ y ‘Wedding Nails’). Excelente papel de John Wesley en el estribillo de la desgarradora ‘Way Out of Here’, donde música y letra se unieron en pantalla para conmovernos con el inevitable suicidio de la joven que relata Wilson en su pesimista visión del adolescente actual. Para cuando nos quisimos dar cuenta de que todo lo que comienza acaba, al igual que en 'Fear of a Blanc Planet', 'Sleep Together' puso punto final a la primera parte del show dejándonos a la espera de los bises.
Los acordes de la archiconocida 'Trains' nos volvieron a meter de inmediato en el concierto. Siempre es agradable sentir el calor de toda la sala y por ello considero acertada la incursión de Trains tras su ausencia en la gira portuguesa. La irónica 'Halo' remató la hora y 45 minutos que se nos hizo excesivamente corta.
Inevitablemente se quedaron muchos temas en el tintero y excepcionales discos sin tocar, pero eso no hace más que ansíe una nueva experiencia Porcupinetreeana. Conciertazo de pies a cabeza. Porcupine Tree es una de las bandas que consigue que sienta que la música sigue viva.
¿Es Steven Wilson un genio de la música contemporánea? No me tiembla el pulso, SÍ.
Antes, los también ingleses 'Pure Reason Revolution' nos abrieron el apetito presentando su peculiar propuesta de rock progresivo-alternativo. El cuarteto liderado por Jon Courtney (voz, guitarra, teclados) alternó temas de su hasta la fecha único álbum 'The Dark Third', con cortes de carácter tremendamente electrónico que formarán parte de su próximo trabajo. Jugando constantemente a dos voces con Cloe Alper (voces, bajo, sintentizador, teclado) y con acertadísimos coros lograron empapar a la sala de sus ambientales melodías. Gozaron de buen sonido aunque las guitarras en vivo sonaron notablemente más noisys (¿intencionadamente?) que en estudio. Parcos en palabras, y tras un largo coqueteo con el sintetizador, se marcharon con una calurosa despedida a sus espaldas. Aunque tengo que reconocer que los homogéneos esquemas de sus temas acabaron por saturarme, aprobaron con creces su papel de guest band dejando un agradable sabor de boca. A fin de cuentas, no es casualidad que hayan acompañado a Steve Wilson en las últimas giras de Porcupine Tree y Blackfield.
¿Es Steven Wilson un genio de la música contemporánea? Pese a su aspecto cándido, inadaptado e introvertido, Steve Wilson se ha convertido en el gran referente de la escena rock progresiva moderna. Vanguardista e innovador, sigue sorprendiéndonos obra tras obra; bien sea con la constante evolución y reinvención de Porcupine Tree, o con sus proyectos paralelos de diferente índole como Blackfield, No-man o Bass Communion.
Tras la media hora más larga de la noche, un crepuscular haz de luz blanca dibujó la solitaria silueta de Steve Wilson sobre el escenario. No se me va a olvidar fácilmente esa bella y a su vez alegórica estampa, que acompañada por las primeras notas de la magnífica 'Normal', abrió las puertas de una noche inolvidable.
Debo reconocer que tenía cierto miedo sobre la actuación. Iba a ser mi primera experiencia con el 'árbol del puercoespín' y ni siquiera pinchando el 'Arriving Somewhere' podía quitarme de la cabeza algunos comentarios negativos incluso de fans que achacaban a la banda de distante, ausente y complicada de soportar en vivo. Una vez pasado el toro, me veo en la obligación de discrepar rotundamente. Pocas veces se puede disfrutar de una atmósfera tan inquebrantable. El excepcional juego de luces y las proyecciones en la pantalla nos atraparon en un universo tenebroso, intenso y absolutamente emocional del que resultaba imposible escapar. Únicamente las expectantes miradas del público se tornaban en solemnes ovaciones de admiración entre tema y tema. El sonido, sencillamente perfecto, permitió que desde la celebrada 'Blackest Eye' fueran desgranando un set list variado, con sorpresas como la ausente en las fechas de Madrid y Barcelona 'Cheating the polygraph' o la recientemente recuperada del baúl de los recuerdos ('We Lost the Skyline') 'Stars Die': sobrecogedora.
Párrafo aparte necesita 'Anesthetize'. La calma de los primeros acordes anunció la asfixiante tormenta final que provocó el delirio del público. 17 intensos minutos de anestesia absolutamente magistrales que quedarán en mi memoria para siempre. Qué clase, qué sutileza y a la vez qué fuerza. Si quedaba alguna barrera por romper, ‘Anethetize’ terminó por adentrarse hasta lo más hondo de nuestros cuerpos. Indescriptible.
No es raro encontrar con detractores de la banda pero es complicado negarles la clase y su capacidad de interpretar los temas. Qué gozada. Lo presenciado en la Rock Star fue una lección de cómo se deben llevar al directo los discos. Si Steve Wilson es el alma, sus escuderos componen el cuerpo perfecto. Sobre las milimétricas estructuras del descomunal Gavin Harrison se erigen los atmosféricos teclados de Richard Barbieri y los sutiles solos del guitarrista de apoyo John Wesley, encargado de ayudar también vocalmente a Steve Wilson. Inmejorable. Quienes acusaban a la sala Rock Star Live de flojear en acústica, tendrán que esperar a otra ocasión para sacar los cuchillos. Porcupine Tree exprimieron todo su potencial alcanzando el perfecto equilibrio entre nitidez y potencia de sonido.
El repaso a gran parte de su obra no se olvidó de su exitoso Deadwing (‘Open Car’), Signify (tremendo ‘Dark Matter’) o In Absentia (‘Prodigal Son’ y ‘Wedding Nails’). Excelente papel de John Wesley en el estribillo de la desgarradora ‘Way Out of Here’, donde música y letra se unieron en pantalla para conmovernos con el inevitable suicidio de la joven que relata Wilson en su pesimista visión del adolescente actual. Para cuando nos quisimos dar cuenta de que todo lo que comienza acaba, al igual que en 'Fear of a Blanc Planet', 'Sleep Together' puso punto final a la primera parte del show dejándonos a la espera de los bises.
Los acordes de la archiconocida 'Trains' nos volvieron a meter de inmediato en el concierto. Siempre es agradable sentir el calor de toda la sala y por ello considero acertada la incursión de Trains tras su ausencia en la gira portuguesa. La irónica 'Halo' remató la hora y 45 minutos que se nos hizo excesivamente corta.
Inevitablemente se quedaron muchos temas en el tintero y excepcionales discos sin tocar, pero eso no hace más que ansíe una nueva experiencia Porcupinetreeana. Conciertazo de pies a cabeza. Porcupine Tree es una de las bandas que consigue que sienta que la música sigue viva.
¿Es Steven Wilson un genio de la música contemporánea? No me tiembla el pulso, SÍ.
Set List:
Normal
Blackest Eyes
Stars Die
Cheating the Polygraph
Anesthetize
Open Car
Dark Matter
Wedding Nails
Prodigal
Half Light
Way Out of Here
Sleep Together
Trains
Halo
AUTOR: Bilboker
Última edición por ROCKANGELS el Lun 02 Nov 2009, 23:28, editado 3 veces
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