TEN - ISLA DE MUERTA
88/100
DISCOGRÁFICA: ROCKTOPIA RECORDS
ESTILO: HARD ROCK MELÓDICO
PRODUCTOR: GARY HUGHES
MÚSICOS:
GARY HUGHES: VOZ
DANN ROSINGANA: GUITARRA
STEVE GROCOTT: GUITARRA
JOHN HALLIWELL: GUITARRA
STEVE MCKENNA: BAJO
DARREL TREECE-BIRCH: TECLADOS
MAX YATES: BATERÍA
TRACKLIST:
(I) BUCANEERS (INSTRUMENTAL)
(II) DEAD MEN TELL NO TALES
TELL ME WHAT TO DO
ACQUIESCE
THIS LOVE
THE DRAGON AND SAINT GEORGE
INTENSIFY
(I) KARNAK (INSTRUMENTAL)
(II) THE VALLEY OF THE KINGS
REVOLUTION
ANGEL OF DARKNESS
THE LAST PRETENDER
WE CAN BE AS ONE
Para los fans de la banda de Gary Hugues no debe resultar nada sorprendente que después de tan sólo seis meses de la publicación de “Albion” tengamos nueva obra de los británicos, pues con la edición de aquel ya nos avisaron que habían grabado 22 canciones, (finalmente han sido 23), que iban a ser divididas en dos álbumes publicados con pocos meses de diferencia como finalmente así ha sido para alegría y regocijo de su fiel legión de seguidores.
En aquella primera reseña ya dije que, pese a ser otro buen disco de los británicos, echaba de menos algo de más “magia” en buena parte de las composiciones por lo que, si toda esta colección recopilada en dos trabajos fue grabada de manera conjunta, pocas esperanzas podía tener en que esta segunda entrega nos sorprendiera más gratamente que la anterior, pues se supone que pocas variedades podían existir; de todos modos, Gary ya quiso dejar bien claro entonces que la división se había realizado por el posible mejor empaque entre unas y otras canciones, ni mucho menos porque las de “Albion” eran las mejores y éstas que ahora nos ocupan fueran los “restos”, (por llamarlo de alguna manera), que sobraron y/o desecharon en su momento; es más, también afirmaba que lo que ahora nos presenta sería igual o de mejor calidad que lo publicado en noviembre del año pasado, y doy fe de que así ha sido.
Hablando de variedades, y sin que sirva de precedente, es lógico que en este caso no encontremos ningún tipo de cambios en la formación, por lo que Dann Rosingana y Steve Grocott vuelven a protagonizar el trabajo de las guitarras principales, acompañando a los fieles soportes de Mr Hugues como son John Halliwell y Steve McKenna, además de Darrel “Gentleman” Treece-Birch en la labor de teclados y el joven Max Yates a la batería.
Los dos “lead guitars” vuelven a realizar una labor extraordinaria y confirman que esta doble inclusión ha sido todo un acierto para darle una nueva dimensión más consolidada al sonido actual de la banda; buenos y elaborados riffs así como excelentes y veloces solos de guitarra son la tónica general que domina la labor de ambos en todo este disco, por lo que sólo podemos más que alabar el trabajo que han realizado.
También quiero hacer mención especial a la labor Darrel Treece Birch, pues realiza el que hasta ahora es mi trabajo preferido con la banda, adaptándose más al sonido que la misma necesita y dejando aparte sus influencias más progresivas.
La producción vuelve a sonar, como era de esperar, con ese sonido nítido y casi impecable de “Albion” y parece que por fin nos podemos olvidar de una vez por todas de esas más que discutibles que hemos padecido en buena parte de la discografía del grupo, pues pocas pegas se le pueden sacar en ese sentido a las ultimas cuatro publicaciones, en las que, bien en la producción o bien en las mezclas y masterización, el reputado Dennis Ward se ha convertido en la sombra supervisora del trabajo de Gary Hugues en el estudio.
Aparte del más que dudoso gusto por la portada, (con la típica y cansina imagen de mujer, pirata para la ocasión, que encima esta vez queda fatal por lo exageradamente sobrepuesta que aparece ante el fondo de la ilustración), la verdad es que se han lucido de lo lindo con el título del disco: ¿no les podría alguien haber aconsejado de lo fonéticamente horroroso que suena en castellano?... En fin, vayamos al análisis de lo que nos viene en el interior, que al fin y al cabo es lo que realmente nos importa….
Quisiera empezar por una de las conclusiones que he llegado ya con la primera escucha, corroborada en las siguientes y que me ha sorprendido considerablemente: parece mentira que tanto “Albion” como “Isla De Muerta” fueran realizados durante las mismas sesiones de estudio porque parecen dos trabajos totalmente diferentes, como si hubieran sido grabados y escritos en diferentes años, en el lógico proceso de espacio de tiempo que suele acaecer entre la preparación de un álbum y la de otro en cualquier banda; con todo ello, llego a la conclusión de que Gary tenía bien claro desde el primer momento cómo iba a ser el reparto de canciones entre los dos discos que tenía en mente llevar a cabo.
“Buccaneers” se inicia con sonidos de tormenta unidos a unos tambores, guitarras y teclados que le confieren un ambiente en plan Banda Sonora hasta que empalman con la voz de Gary en “Dead Men Tell No Tales”, un tema con un ritmo pausado en las fantásticas y épicas estrofas cantadas por Hugues y que se acelera en las no menos estupendas guitarras tambien épicas que conducen la melodía principal del tema; gran canción que gana muy mucho con las escuchas.
“Tell Me What I Do” es un corte de puro rock melódico que destila cierto ambiente “soul” en los tonos más pausados de Hugues; su estribillo resulta bastante edulcorado y repetitivo, pero los coros, guitarras y teclados elevan acertadamente el nivel de este buen tema, aunque pese a ello no considero que sea la mejor presentación de este trabajo al ser elegido como primer single, pues hay temas más representativos, como por ejemplo el siguiente que se nos viene encima….
Y es que “Acquiesce” es una joyita de puro hard aor, con esos iniciales y grandilocuentes teclados casi “eclesiásticos” que anteceden unas guitarras y melodías gloriosas, así como un estribillo marca de la casa que resulta totalmente adictivo y que es imposible de parar de escuchar… me autoplagio con un comentario que dije de “It's Alive” y que he de repetir en varias ocasiones para este disco: temazo que te empapa de un buen rollo y vitalidad exquisitos… ¡fantástica!
Hablando de autoplagios, con la balada “This Love” volvemos de nuevo a los ya conocidos de Hugues, pues sus pausados y melancólicos registros iniciales desembocan en un estribillo prácticamente idéntico al de “The End of Summer”, aquella maravillosa balada del no menos fantástico disco titulado “Middle Earth”, tercero que escribió para Bob Catley y el cuál considero sin duda alguna uno de los mejores trabajos jamás escritos por el Genio de Manchester; la balada es bonita, pero pierde muchos enteros al venirte a la cabeza sus citados “orígenes”.
Por el título, cabría esperar que con “The Dragon And Saint George” estemos antre otro tema épico-medieval que tanto nos hace retorcernos de gusto a los fans de la banda; no es así, pues continuamos con la onda de rock melódico del disco, (eso sí, en una vertiente más “hard” gracias a las rítmicas pesadas y el ritmo acelerado de la canción), pero ello no se convierte en decepción, pues el tema resulta espectacular de principio a fin y repleto de fantásticas melodías, (¡qué maravilla de puente!) que no te cansas de degustar una y otra vez sin tomar respiro alguno; excelente tema y diría que indispensable en futuros conciertos, pues continuamos con ese buen rollo y vitalidad que en vivo debe de ser descomunal… ¡sublime!
Unas guitarras ligeramente distorsionadas anteceden los teclados de Darrel en el inicio de “Intensify”, un corte donde enganchamos de nuevo con el más puro hard aor con unas dulzonas aunque buenas melodías, pero hay que reconocer que sus siete minutos de duración se hacen algo largos, hecho que de vez en cuando suele suceder en algún tema de los discos de la banda; pese a ello, otra buena canción del mencionado estilo.
Con “Karnak” retomamos los pasajes intrumentales arábicos de “Heresy & Creed” e incluso de “The Pharaoh´s Prelude” del irrepetible “The Name of The Rose”; en este caso son acompañados por unas épicas y “faraónicas” melodías de guitarras que empalman directamente con las más metaleras de “The Valley Of The Kings” y la voz de Gary ligeramente “filtrada” en diferentes momentos; bajo mi opinión, el disco hubiera quedado más redondo si hubiera comenzado con estos dos temas, evocando la inolvidable época de “Spellbound”; no estamos ante un “Fear the Force”, pues el tema no es tan potente, pero sí que resulta fantástico y gratificante “revolcarse” con un tema hímnico de estas características, pues durante mucho tiempo hemos echado de menos y añorado algo así buena parte de los incansables seguidores del grupo… ¡Pero ya lo tenemos! ¡Menuda maravilla!
Si bien “Revolution” no supone tal concepto en el sonido de la banda si dicho título alguien se lo quisiera tomar como un presagio, sí que es cierto que sorprende ese inicio pesado repitiendo el título con una voz gótica casi gutural y que se repite a lo largo de su minutaje; rápidamente aparecen esas adictivas melodías que se desarrollan en un tema hard rockero rápido, vital, vacilón y que te hace vibrar, moverte, bailar…. ¡sonreir! ¡Muy bien Sr. Hugues!
No bajamos las “revoluciones” porque “Angel Of Darkness” resulta trepidante desde el primer segundo; tema de puro hard rock melódico siguiendo con esas estrofas “vacilonas” y otro fantástico y veloz solo de guitarra… todo lo dicho para el anterior tema lo suscribo también para éste de apenas cuatro minutos de duración, el segundo más corto de toda la obra pero totalmente intenso de principio a fin… ¡vaya rachita de temazos que llevamos!
“The Last Pretender” se mueve por derroteros más hard aor que a buen seguro confortará a los seguidores del grupo que más gustan de dicho estilo y que evoca a discos como “Far Beyond The World”; especialmente destacable esas melodías que anteceden un estribillo que hace recordar canciones como “The Last of The Lovers”; otro gran tema aunque vuelve a pecar de excesivamente largo.
No es que precisamente los bonus tracks suelan aportar “joyitas escondidas” de Hugues y, una vez más, con “We Can Be As One” se corrobora ese dato; un mid tempo dulzón donde lo más destacable es el buen solo de guitarra en este prescindible tema, el único realmente flojito de toda la obra.
Pese a que un nuevo trabajo de Ten siempre es bienvenido, sí que es cierto que tenía cierto “temor” a que dos trabajos tan seguidos, (más el de Serpentine escrito por Hugues de por medio), resultara un poco condensado y pesado, pero sinceramente considero que este álbum supone un soplo de aire fresco en la trayectoria de los británicos, te deja una amplia sonrisa de satisfacción de oreja a oreja, pues rebosa melodías marca de la casa por doquier y además bastante más que logradas y acertadas en casi la totalidad de canciones, recuperando con mayúsculas esa “magia” que tantas veces he comentado que por momentos se echaba de menos en algunas de sus composiciones.
Ten son una banda de puro hard rock melódico y aquí lo vuelven a demostrar con todo su potencial y credenciales con el que es sin duda alguna uno de los discos más equilibrados y directos de toda su amplia discografía y sin practicamante fisuras (tan sólo “flojea” algo en las baladas) y que contentará a partes iguales tanto a los fans más hard aoreros como a los más hard rockeros; además, destila un buen rollo innato, te empapa de vitalidad, optimismo y te va atrapando más y más con las reiteradas escuchas, por lo que el resultado global es plenamente adictivo y satisfactorio.
Sí, sí, sí, Mr. Hugues… ¡ASÍ SÍ! ¡Esta vez lo ha vuelto a hacer!
Imprescindible para todos los fans de Ten y por ende para cualquier seguidor del hard rock melódico.
¡A disfrutarlo!
¡TEN FOREVER!
En aquella primera reseña ya dije que, pese a ser otro buen disco de los británicos, echaba de menos algo de más “magia” en buena parte de las composiciones por lo que, si toda esta colección recopilada en dos trabajos fue grabada de manera conjunta, pocas esperanzas podía tener en que esta segunda entrega nos sorprendiera más gratamente que la anterior, pues se supone que pocas variedades podían existir; de todos modos, Gary ya quiso dejar bien claro entonces que la división se había realizado por el posible mejor empaque entre unas y otras canciones, ni mucho menos porque las de “Albion” eran las mejores y éstas que ahora nos ocupan fueran los “restos”, (por llamarlo de alguna manera), que sobraron y/o desecharon en su momento; es más, también afirmaba que lo que ahora nos presenta sería igual o de mejor calidad que lo publicado en noviembre del año pasado, y doy fe de que así ha sido.
Hablando de variedades, y sin que sirva de precedente, es lógico que en este caso no encontremos ningún tipo de cambios en la formación, por lo que Dann Rosingana y Steve Grocott vuelven a protagonizar el trabajo de las guitarras principales, acompañando a los fieles soportes de Mr Hugues como son John Halliwell y Steve McKenna, además de Darrel “Gentleman” Treece-Birch en la labor de teclados y el joven Max Yates a la batería.
Los dos “lead guitars” vuelven a realizar una labor extraordinaria y confirman que esta doble inclusión ha sido todo un acierto para darle una nueva dimensión más consolidada al sonido actual de la banda; buenos y elaborados riffs así como excelentes y veloces solos de guitarra son la tónica general que domina la labor de ambos en todo este disco, por lo que sólo podemos más que alabar el trabajo que han realizado.
También quiero hacer mención especial a la labor Darrel Treece Birch, pues realiza el que hasta ahora es mi trabajo preferido con la banda, adaptándose más al sonido que la misma necesita y dejando aparte sus influencias más progresivas.
La producción vuelve a sonar, como era de esperar, con ese sonido nítido y casi impecable de “Albion” y parece que por fin nos podemos olvidar de una vez por todas de esas más que discutibles que hemos padecido en buena parte de la discografía del grupo, pues pocas pegas se le pueden sacar en ese sentido a las ultimas cuatro publicaciones, en las que, bien en la producción o bien en las mezclas y masterización, el reputado Dennis Ward se ha convertido en la sombra supervisora del trabajo de Gary Hugues en el estudio.
Aparte del más que dudoso gusto por la portada, (con la típica y cansina imagen de mujer, pirata para la ocasión, que encima esta vez queda fatal por lo exageradamente sobrepuesta que aparece ante el fondo de la ilustración), la verdad es que se han lucido de lo lindo con el título del disco: ¿no les podría alguien haber aconsejado de lo fonéticamente horroroso que suena en castellano?... En fin, vayamos al análisis de lo que nos viene en el interior, que al fin y al cabo es lo que realmente nos importa….
Quisiera empezar por una de las conclusiones que he llegado ya con la primera escucha, corroborada en las siguientes y que me ha sorprendido considerablemente: parece mentira que tanto “Albion” como “Isla De Muerta” fueran realizados durante las mismas sesiones de estudio porque parecen dos trabajos totalmente diferentes, como si hubieran sido grabados y escritos en diferentes años, en el lógico proceso de espacio de tiempo que suele acaecer entre la preparación de un álbum y la de otro en cualquier banda; con todo ello, llego a la conclusión de que Gary tenía bien claro desde el primer momento cómo iba a ser el reparto de canciones entre los dos discos que tenía en mente llevar a cabo.
“Buccaneers” se inicia con sonidos de tormenta unidos a unos tambores, guitarras y teclados que le confieren un ambiente en plan Banda Sonora hasta que empalman con la voz de Gary en “Dead Men Tell No Tales”, un tema con un ritmo pausado en las fantásticas y épicas estrofas cantadas por Hugues y que se acelera en las no menos estupendas guitarras tambien épicas que conducen la melodía principal del tema; gran canción que gana muy mucho con las escuchas.
“Tell Me What I Do” es un corte de puro rock melódico que destila cierto ambiente “soul” en los tonos más pausados de Hugues; su estribillo resulta bastante edulcorado y repetitivo, pero los coros, guitarras y teclados elevan acertadamente el nivel de este buen tema, aunque pese a ello no considero que sea la mejor presentación de este trabajo al ser elegido como primer single, pues hay temas más representativos, como por ejemplo el siguiente que se nos viene encima….
Y es que “Acquiesce” es una joyita de puro hard aor, con esos iniciales y grandilocuentes teclados casi “eclesiásticos” que anteceden unas guitarras y melodías gloriosas, así como un estribillo marca de la casa que resulta totalmente adictivo y que es imposible de parar de escuchar… me autoplagio con un comentario que dije de “It's Alive” y que he de repetir en varias ocasiones para este disco: temazo que te empapa de un buen rollo y vitalidad exquisitos… ¡fantástica!
Hablando de autoplagios, con la balada “This Love” volvemos de nuevo a los ya conocidos de Hugues, pues sus pausados y melancólicos registros iniciales desembocan en un estribillo prácticamente idéntico al de “The End of Summer”, aquella maravillosa balada del no menos fantástico disco titulado “Middle Earth”, tercero que escribió para Bob Catley y el cuál considero sin duda alguna uno de los mejores trabajos jamás escritos por el Genio de Manchester; la balada es bonita, pero pierde muchos enteros al venirte a la cabeza sus citados “orígenes”.
Por el título, cabría esperar que con “The Dragon And Saint George” estemos antre otro tema épico-medieval que tanto nos hace retorcernos de gusto a los fans de la banda; no es así, pues continuamos con la onda de rock melódico del disco, (eso sí, en una vertiente más “hard” gracias a las rítmicas pesadas y el ritmo acelerado de la canción), pero ello no se convierte en decepción, pues el tema resulta espectacular de principio a fin y repleto de fantásticas melodías, (¡qué maravilla de puente!) que no te cansas de degustar una y otra vez sin tomar respiro alguno; excelente tema y diría que indispensable en futuros conciertos, pues continuamos con ese buen rollo y vitalidad que en vivo debe de ser descomunal… ¡sublime!
Unas guitarras ligeramente distorsionadas anteceden los teclados de Darrel en el inicio de “Intensify”, un corte donde enganchamos de nuevo con el más puro hard aor con unas dulzonas aunque buenas melodías, pero hay que reconocer que sus siete minutos de duración se hacen algo largos, hecho que de vez en cuando suele suceder en algún tema de los discos de la banda; pese a ello, otra buena canción del mencionado estilo.
Con “Karnak” retomamos los pasajes intrumentales arábicos de “Heresy & Creed” e incluso de “The Pharaoh´s Prelude” del irrepetible “The Name of The Rose”; en este caso son acompañados por unas épicas y “faraónicas” melodías de guitarras que empalman directamente con las más metaleras de “The Valley Of The Kings” y la voz de Gary ligeramente “filtrada” en diferentes momentos; bajo mi opinión, el disco hubiera quedado más redondo si hubiera comenzado con estos dos temas, evocando la inolvidable época de “Spellbound”; no estamos ante un “Fear the Force”, pues el tema no es tan potente, pero sí que resulta fantástico y gratificante “revolcarse” con un tema hímnico de estas características, pues durante mucho tiempo hemos echado de menos y añorado algo así buena parte de los incansables seguidores del grupo… ¡Pero ya lo tenemos! ¡Menuda maravilla!
Si bien “Revolution” no supone tal concepto en el sonido de la banda si dicho título alguien se lo quisiera tomar como un presagio, sí que es cierto que sorprende ese inicio pesado repitiendo el título con una voz gótica casi gutural y que se repite a lo largo de su minutaje; rápidamente aparecen esas adictivas melodías que se desarrollan en un tema hard rockero rápido, vital, vacilón y que te hace vibrar, moverte, bailar…. ¡sonreir! ¡Muy bien Sr. Hugues!
No bajamos las “revoluciones” porque “Angel Of Darkness” resulta trepidante desde el primer segundo; tema de puro hard rock melódico siguiendo con esas estrofas “vacilonas” y otro fantástico y veloz solo de guitarra… todo lo dicho para el anterior tema lo suscribo también para éste de apenas cuatro minutos de duración, el segundo más corto de toda la obra pero totalmente intenso de principio a fin… ¡vaya rachita de temazos que llevamos!
“The Last Pretender” se mueve por derroteros más hard aor que a buen seguro confortará a los seguidores del grupo que más gustan de dicho estilo y que evoca a discos como “Far Beyond The World”; especialmente destacable esas melodías que anteceden un estribillo que hace recordar canciones como “The Last of The Lovers”; otro gran tema aunque vuelve a pecar de excesivamente largo.
No es que precisamente los bonus tracks suelan aportar “joyitas escondidas” de Hugues y, una vez más, con “We Can Be As One” se corrobora ese dato; un mid tempo dulzón donde lo más destacable es el buen solo de guitarra en este prescindible tema, el único realmente flojito de toda la obra.
Pese a que un nuevo trabajo de Ten siempre es bienvenido, sí que es cierto que tenía cierto “temor” a que dos trabajos tan seguidos, (más el de Serpentine escrito por Hugues de por medio), resultara un poco condensado y pesado, pero sinceramente considero que este álbum supone un soplo de aire fresco en la trayectoria de los británicos, te deja una amplia sonrisa de satisfacción de oreja a oreja, pues rebosa melodías marca de la casa por doquier y además bastante más que logradas y acertadas en casi la totalidad de canciones, recuperando con mayúsculas esa “magia” que tantas veces he comentado que por momentos se echaba de menos en algunas de sus composiciones.
Ten son una banda de puro hard rock melódico y aquí lo vuelven a demostrar con todo su potencial y credenciales con el que es sin duda alguna uno de los discos más equilibrados y directos de toda su amplia discografía y sin practicamante fisuras (tan sólo “flojea” algo en las baladas) y que contentará a partes iguales tanto a los fans más hard aoreros como a los más hard rockeros; además, destila un buen rollo innato, te empapa de vitalidad, optimismo y te va atrapando más y más con las reiteradas escuchas, por lo que el resultado global es plenamente adictivo y satisfactorio.
Sí, sí, sí, Mr. Hugues… ¡ASÍ SÍ! ¡Esta vez lo ha vuelto a hacer!
Imprescindible para todos los fans de Ten y por ende para cualquier seguidor del hard rock melódico.
¡A disfrutarlo!
¡TEN FOREVER!
AUTOR: Javier (Starbreaker)
