PRETTY MAIDS - LOUDER THAN EVER
75/100
DISCOGRÁFICA: FRONTIERS RECORDS
GÉNERO: HARD ROCK
PRODUCTOR: JACOB HANSEN
MÚSICOS
RONNIE ATKINS: CANTANTE
KEN HAMMER: GUITARRA
RENE SHADES: BAJO
ALLAN TCHICAJA: BATERÍA
MORTEN SANDAGER: TECLADOS
TRACKLIST
DERANGED
PLAYING GOD
PSYCHO-TIME-BOMB-PLANET- EARTH
MY SOUL TO TAKE
HE WHO NEVER LIVED
VIRTUAL BRUTALITY
TORTURED SPIRIT
WITH THESE EYES
NUCLEAR BOOMERANG
SNAKES IN EDEN
WELCOME TO THE REAL WORLD
A HEART WITHOUT A HOME
¿Un ejercicio de soberbia o una exhibición de legítimo orgullo? Puede que un poco de las dos cosas sea Louder than ever. Es admirable que una banda veterana como ésta presente un disco en el que el grueso de su contenido sean canciones de discos de los últimos años (entre 1994 y 2006) a las que han querido dar una segunda oportunidad, una aire más actual, presumiblemente porque piensan que ahora suenan mejor y que esas canciones merecen esa segunda oportunidad, y que encima logren su propósito: las canciones rescatadas bien podrían formar un ‘grandes éxitos’.
No es fácil que una banda eche un vistazo a su repertorio y se dé cuenta de que tiene varias canciones buenas que han quedado semiolvidadas. Pretty Maids lo pueden hacer. Esa actitud, esa energía y esa confianza en su sonido es impresionante. Si además nos ofrecen cuatro nuevas canciones del nivel de “Nuclear boomerang” o “My soul to take”, una joya más en una de sus especialidades, los medios tiempos, llegamos a la conclusión de que el disco no es nada despreciable, y más si supone una promesa, como indican los miembros del grupo, de un próximo disco con material nuevo.
No creo que se trate de mejorar las canciones, pues muchas de ellas ya eran inmejorables en su versión original. Sin ir más lejos, atreverse a revisar “Tortured spirit” del intocable Carpe diem me parece una temeridad. Se trata más bien de darles un poco de visibilidad a esos temas, pues bien es cierto que no hay grandes diferencias entre una y otra versión. Aquellos que no estén al tanto de la discografía de los daneses se van a encontrar con un disco tremendo, con canciones de la categoría de “Psycho-Time-Bomb-Planet-Earth”, de Scream (1994), que quizás sea la que presenta un acabado más diferente, a pesar de que pierde parte del encanto de los coros originales en favor de un sonido más contundente. O con “Snakes in Eden”, de Anything worth doing is worth overdoing (1999), ésta con menos diferencias con respecto a la original. Sí gana en algunos aspectos “With these eyes”, del mismo álbum, sobre todo en intensidad gracias a unos coros muy bien arreglados.
Se han centrado especialmente en uno de sus discos malditos, Planet panic (2002), del que revisitan tres canciones: la fantástica “Virtual brutality”, “Playing God” y “He who never lived”.
En cuanto a los cuatro temas nuevos, “Nuclear boomerang” es brutal, con un trabajo del bajista Rene Shades muy dinámico y original, una canción en la más pura tradición de los temas más representativos de la banda, un temazo que se me hace imprescindible. “Deranged”, otra canción potente que es la que abre el disco. Y la muy bonita “A heart without a home”, una canción acústica que revela una curiosidad y al mismo tiempo pone de manifiesto la versatilidad del grupo: graban un disco para dar más contundencia a algunas canciones y de las cuatro nuevas una es una medio tiempo y otra una balada.
No me gustan los discos de regrabaciones. Suelen ser la excusa de la mayoría de las bandas que lo hacen para recordar viejos éxitos o adaptarlas a sus nuevas condiciones. Sin embargo Pretty Maids consiguen recuperar canciones menos conocidas de su repertorio y hacer que se disfruten casi como un disco nuevo. Además, decía al principio que se podría interpretar como una muestra de soberbia, pues después de quince o veinte años consiguen seguir sonando al menos tan bien como entonces, algo muy poco habitual después de una carrera ya larga. Por lo tanto, ¿cómo no sentirse orgullosos? Son un ejemplo, desde mi punto de vista, de cómo mantener las señas de identidad y conseguir evolucionar en su sonido, cómo ser diferentes sin dejar de ser los mismos.
No es fácil que una banda eche un vistazo a su repertorio y se dé cuenta de que tiene varias canciones buenas que han quedado semiolvidadas. Pretty Maids lo pueden hacer. Esa actitud, esa energía y esa confianza en su sonido es impresionante. Si además nos ofrecen cuatro nuevas canciones del nivel de “Nuclear boomerang” o “My soul to take”, una joya más en una de sus especialidades, los medios tiempos, llegamos a la conclusión de que el disco no es nada despreciable, y más si supone una promesa, como indican los miembros del grupo, de un próximo disco con material nuevo.
No creo que se trate de mejorar las canciones, pues muchas de ellas ya eran inmejorables en su versión original. Sin ir más lejos, atreverse a revisar “Tortured spirit” del intocable Carpe diem me parece una temeridad. Se trata más bien de darles un poco de visibilidad a esos temas, pues bien es cierto que no hay grandes diferencias entre una y otra versión. Aquellos que no estén al tanto de la discografía de los daneses se van a encontrar con un disco tremendo, con canciones de la categoría de “Psycho-Time-Bomb-Planet-Earth”, de Scream (1994), que quizás sea la que presenta un acabado más diferente, a pesar de que pierde parte del encanto de los coros originales en favor de un sonido más contundente. O con “Snakes in Eden”, de Anything worth doing is worth overdoing (1999), ésta con menos diferencias con respecto a la original. Sí gana en algunos aspectos “With these eyes”, del mismo álbum, sobre todo en intensidad gracias a unos coros muy bien arreglados.
Se han centrado especialmente en uno de sus discos malditos, Planet panic (2002), del que revisitan tres canciones: la fantástica “Virtual brutality”, “Playing God” y “He who never lived”.
En cuanto a los cuatro temas nuevos, “Nuclear boomerang” es brutal, con un trabajo del bajista Rene Shades muy dinámico y original, una canción en la más pura tradición de los temas más representativos de la banda, un temazo que se me hace imprescindible. “Deranged”, otra canción potente que es la que abre el disco. Y la muy bonita “A heart without a home”, una canción acústica que revela una curiosidad y al mismo tiempo pone de manifiesto la versatilidad del grupo: graban un disco para dar más contundencia a algunas canciones y de las cuatro nuevas una es una medio tiempo y otra una balada.
No me gustan los discos de regrabaciones. Suelen ser la excusa de la mayoría de las bandas que lo hacen para recordar viejos éxitos o adaptarlas a sus nuevas condiciones. Sin embargo Pretty Maids consiguen recuperar canciones menos conocidas de su repertorio y hacer que se disfruten casi como un disco nuevo. Además, decía al principio que se podría interpretar como una muestra de soberbia, pues después de quince o veinte años consiguen seguir sonando al menos tan bien como entonces, algo muy poco habitual después de una carrera ya larga. Por lo tanto, ¿cómo no sentirse orgullosos? Son un ejemplo, desde mi punto de vista, de cómo mantener las señas de identidad y conseguir evolucionar en su sonido, cómo ser diferentes sin dejar de ser los mismos.
AUTOR: Joserra
