GOLIATH - GOLIATH (1985)
DISCOGRÁFICA: CHAPA DISCOS
ESTILO: HARD ROCK CLÁSICO
PRODUCTOR: CARLOS DE CASTRO
FORMACIÓN:
VOZ: LUIS PULIDO
GUITARRA: ENRIQUE BELTRÁN DE LIS
GUITARRA: JAVIER PONCE
TECLISTA: JOSÉ BARTA
BAJO: ÁNGEL ARIAS
BATERÍA: ALBERTO HERNANDO
TRACKLIST:
HERENCIA MALDITA
LA FUERZA DEL ROCK
TRAMPA MORTAL
REACCIONAR
DIOS DEL ROCK
TE ENCONTRARÉ
EVASIÓN
DRÁCULA
MÚSICA
Uno a veces hace repaso de algunos discos que le han acompañado durante años, una suerte de repaso autobiográfico que en ocasiones se convierte en un ajuste de cuentas realista y decepcionante, en el que se puede encontrar que tal o cual “joya” intocable no ha pasado ni el aprobado en el examen de recuperación que el Tiempo impone cada cierto tiempo. No son muchos los que conservan casi intactos los valores que los hacían extraordinarios y admirables, y mayoría los que se han convertido en parte de una banda sonora nostálgica que sólo pueden ser escuchados en la intimidad, pues somos conscientes de que no son más que eso: un recuerdo agradable y emocionante, pero sin valores artísticos reseñables.
Sin embargo también es posible encontrarse con álbumes que, sorprendentemente o no, mantienen fresca su energía, tanto como otros clásicos incontestables, a pesar de no haber sido casi más que una anécdota en la historia de la música. En el caso de Goliath nos encontramos con un álbum que, pasados veinticinco años, es un clásico por méritos propios, probablemente de lo mejor que se publicó en los ochenta. Cuenta entre sus filas con algunos de los músicos más relevantes de la época (ahí estaban Enrique Beltrán de Lis, José Barta, Ángel Arias, Javier Ponce…) y figura en la historia del rock español por haber sido la semilla de los más recordados Júpiter, aunque éste sea mejor que las dos publicaciones de los segundos.
Goliath presenta un disco de rock clásico/hard rock con estructuras muy trabajadas y menos tópicas que las habituales en nuestro rock. Las composiciones resultan originales, con construcciones audaces que requieren cierta pericia técnica, dúos de guitarras melódicos y letras exentas de los lugares comunes más transitados. Por otro lado podemos disfrutar de un excelente cantante como el enérgico Luis Pulido, una verdadera rareza.
El vinilo comienza con la buenísima “Herencia maldita”, para mí un clásico indiscutible. Entra con el fabuloso juego de guitarras que será habitual a lo largo del ábum, la voz de Luis Pulido en un grito de los que se recuerdan y el fantástico bajo de Ángel Arias. Una canción perfectamente construida e interpretada, técnicamente admirable, rápida sin ser pesada, potente y con melodía. Después de eso uno sabe que lo que viene a continuación no puede ser malo: “La fuerza del rock”, una composición que trata el machacado tema de forma fabulosa, con melodías contagiosas; “Trampa mortal” lleva una introducción envidiable; o “Reaccionar” con un estribillo antológico. En la segunda cara “Te encontraré”, de lo mejor del disco, “Evasión”, más divertida y “Drácula”, con unos solos de guitarra magníficos forman el trío fantástico que deja paso a la balada final “Música”.
El disco de Goliath reúne méritos más que suficientes para que sea recordado como uno de los álbumes más interesantes del rock español de los ochenta. Y no es nostalgia.
Sin embargo también es posible encontrarse con álbumes que, sorprendentemente o no, mantienen fresca su energía, tanto como otros clásicos incontestables, a pesar de no haber sido casi más que una anécdota en la historia de la música. En el caso de Goliath nos encontramos con un álbum que, pasados veinticinco años, es un clásico por méritos propios, probablemente de lo mejor que se publicó en los ochenta. Cuenta entre sus filas con algunos de los músicos más relevantes de la época (ahí estaban Enrique Beltrán de Lis, José Barta, Ángel Arias, Javier Ponce…) y figura en la historia del rock español por haber sido la semilla de los más recordados Júpiter, aunque éste sea mejor que las dos publicaciones de los segundos.
Goliath presenta un disco de rock clásico/hard rock con estructuras muy trabajadas y menos tópicas que las habituales en nuestro rock. Las composiciones resultan originales, con construcciones audaces que requieren cierta pericia técnica, dúos de guitarras melódicos y letras exentas de los lugares comunes más transitados. Por otro lado podemos disfrutar de un excelente cantante como el enérgico Luis Pulido, una verdadera rareza.
El vinilo comienza con la buenísima “Herencia maldita”, para mí un clásico indiscutible. Entra con el fabuloso juego de guitarras que será habitual a lo largo del ábum, la voz de Luis Pulido en un grito de los que se recuerdan y el fantástico bajo de Ángel Arias. Una canción perfectamente construida e interpretada, técnicamente admirable, rápida sin ser pesada, potente y con melodía. Después de eso uno sabe que lo que viene a continuación no puede ser malo: “La fuerza del rock”, una composición que trata el machacado tema de forma fabulosa, con melodías contagiosas; “Trampa mortal” lleva una introducción envidiable; o “Reaccionar” con un estribillo antológico. En la segunda cara “Te encontraré”, de lo mejor del disco, “Evasión”, más divertida y “Drácula”, con unos solos de guitarra magníficos forman el trío fantástico que deja paso a la balada final “Música”.
El disco de Goliath reúne méritos más que suficientes para que sea recordado como uno de los álbumes más interesantes del rock español de los ochenta. Y no es nostalgia.
AUTOR: Joserra
