CONEY HATCH - FOUR
85/100
Discográfica: Frontiers Records
Estilo: Hard Rock
Productores: Andy Curran, Vic Florencia
Formación:
Carl Dixon - Cantante, Guitarra
Andy Curran - Bajo, Voces
Steve Shelski - Guitarra Solista
Dave Ketchum - Batería
Track List:
01. Blown Away
02. Boys Club
03. Down & Dirty
04. Do It Again
05. Connected
06. Revive
07. We Want More
08. Devil U Know
09. Marseille
10. Keep Drivin'
11. Holdin' On
Han tenido que pasar nada menos que 28 años para que los bravos rockeros canadienses editen de la mano de Frontiers este cuarto disco, que era algo prometido desde que se reuniesen allá por 2008 para festejar que su cantante Carl Dixon saliese del coma en el que quedó por culpa de un accidente de tráfico en Australia.
Si escuchamos alguna canción de sus tres primeros discos, con los cuales tuvieron algo de repercusión en su Canadá natal y en sus vecinos del sur, notaremos que en aquella época estaban plenamente integrados en cuanto a sonido e imagen en el “Hair metal” que era lo que estaba en boga en la primera mitad de los '80 (y también en la segunda a la que no llegaron vivos), cosa que no ocurre ahora, pues ni ese estilo está en boga (salvo para el público “especializado” como nosotros) ni Coney Hatch han querido repetirse, más bien han decidido decorar sus arrugas, tolvas y escasas cabelleras con Hard Rock del de toda la vida, de aquel que practicaban AC/DC, Nazareth, Whitesnake, Bad Company o Slade y tantos otros en los '70 que, por aquello de la antigüedad, aún guarda su encanto y capacidad para acceder a un público más amplio, que, aunque no compre el disco, al menos hable bien de ellos.
No obstante y pese a la gran calidad compositiva y finura en arreglos, en alguna canción se les ha ido la mano en cuanto a ceñirse a los cánones, como más adelante veremos, pero la gran mayoría son piezas bastante originales, que llegan inmediatamente y que les suenan de muerte, dando la impresión de que son un grupo muy cohesionado, no notándose el largo periodo de inactividad que como Coney Hatch han tenido.
En cuanto al sonido general del disco, hay que decir que es difícil hacerlo mejor. Todos los instrumentos suenan como deben, sobre todo las guitarras que están perfectamente mezcladas y ecualizadas. La bonita voz de Carl Dixon está muy próxima a mi ideal de lo que debe ser una voz para un grupo de este estilo, lo cual me llena de orgullo y satisfacción. El menú se completa con un bajo machacón y definido y una batería que suena casi perfecta, aunque el estilo del baterista no me haga mucho chiste. También hay algún teclado aislado que queda de maravilla… y poco más.
Tras enfrentar este idílico panorama, vamos a ver lo que dan de si las canciones tras las tres escuchas que dicta el reglamento.
“Blown away” inicia la descarga con su riff al más puro estilo AC/DC, tornándose melódico en los estribillos. El pie ha empezado a moverse al son de la música y no parará hasta que acabe el disco. Buen comienzo.
“Boys club” presenta un aire más oscuro con unas guitarras sin apenas distorsión. Suena a un montón de grupos setenteros, pero todos buenos.
Subimos una marcha para encarar la adictiva “Down and dirty” cuyo estribillo es tan espectacular como el punteo, que recuerda a Micky Moody.
“Do it again” nos devuelve a la calma entre guitarras semi-acusticas y espectaculares polifonías vocales que son un primor. Da ganas de hacerlo de nuevo. Esplendida.
“Connected” se basa en otro riff de inspiración Young & Young y es puro rock and roll, como no podía ser de otra forma, pero el estribillo a medio tiempo ya es harina de otro costal, por lo fresco… Are you connected? Yo sí.
“Revive” es la joya de la corona, tema pausado que cuenta con unas dulces voces, estribillo y guitarras, y me gustaría que su escucha fuese un derecho humano… qué maravilla, y todo con simpleza y sin cosas raras. Temazón del copón.
En “We want more” se tiñen de oscuridad y bajan el tempo para tirar de influencias propias de inicios de los '70 sonando la mezcla Black Sabbath / Led Zeppelin muy personal, porque añaden detalles propios. Notable.
“Devil you know” recuerda a los Kingdom Come del “In your Face” mezclados con los actuales Lynyrd Skynyrd… no diré más. Guapísima.
Con “Marseille” pegan un patinazo inesperado debido a que han fusilado “Hell ain't a bad place to be” de AC/DC en riffs, estructura y sonido de guitarras. Suena bien, pero si no es un plagio, anda cerca. Muy mal, chavales, así no.
“Keep driving” nos devuelve la alegría al estilo Bad company y es otro temazo de rock and roll que te llena de optimismo y ganas de bailar. Muy bien, chavales, así sí; conduciré hasta que me sangren las manos.
Y “Holding on” pone el tranquilo colofón con guitarras electroacústicas con chorus a ritmo pausado, donde suenan desde Warrant, hasta Led zeppelín, pasando por Thunder. Esto es una balada como tiene que ser, sin empalagar y sin clichés.
En resumen, pedazo de disco que se han marcado estos abuelos y que da razón de ser a su retorno con la (a veces) sospechosa Frontiers Records, que se apunta un acierto que no siempre está garantizado al desenterrar bandas del pleistoceno.
Si os gusta el Hard Rock inmediato, optimista y de calidad o cualquiera de los muchos grupos que he mencionado en esta reseña, ya podéis ir haciendo el pedido, porque no os va a defraudar… igual me estoy metiendo en un jardín al recomendarlo tan encendidamente, pero me arriesgaré, total, no sabéis donde vivo… ¿o sí?
Si escuchamos alguna canción de sus tres primeros discos, con los cuales tuvieron algo de repercusión en su Canadá natal y en sus vecinos del sur, notaremos que en aquella época estaban plenamente integrados en cuanto a sonido e imagen en el “Hair metal” que era lo que estaba en boga en la primera mitad de los '80 (y también en la segunda a la que no llegaron vivos), cosa que no ocurre ahora, pues ni ese estilo está en boga (salvo para el público “especializado” como nosotros) ni Coney Hatch han querido repetirse, más bien han decidido decorar sus arrugas, tolvas y escasas cabelleras con Hard Rock del de toda la vida, de aquel que practicaban AC/DC, Nazareth, Whitesnake, Bad Company o Slade y tantos otros en los '70 que, por aquello de la antigüedad, aún guarda su encanto y capacidad para acceder a un público más amplio, que, aunque no compre el disco, al menos hable bien de ellos.
No obstante y pese a la gran calidad compositiva y finura en arreglos, en alguna canción se les ha ido la mano en cuanto a ceñirse a los cánones, como más adelante veremos, pero la gran mayoría son piezas bastante originales, que llegan inmediatamente y que les suenan de muerte, dando la impresión de que son un grupo muy cohesionado, no notándose el largo periodo de inactividad que como Coney Hatch han tenido.
En cuanto al sonido general del disco, hay que decir que es difícil hacerlo mejor. Todos los instrumentos suenan como deben, sobre todo las guitarras que están perfectamente mezcladas y ecualizadas. La bonita voz de Carl Dixon está muy próxima a mi ideal de lo que debe ser una voz para un grupo de este estilo, lo cual me llena de orgullo y satisfacción. El menú se completa con un bajo machacón y definido y una batería que suena casi perfecta, aunque el estilo del baterista no me haga mucho chiste. También hay algún teclado aislado que queda de maravilla… y poco más.
Tras enfrentar este idílico panorama, vamos a ver lo que dan de si las canciones tras las tres escuchas que dicta el reglamento.
“Blown away” inicia la descarga con su riff al más puro estilo AC/DC, tornándose melódico en los estribillos. El pie ha empezado a moverse al son de la música y no parará hasta que acabe el disco. Buen comienzo.
“Boys club” presenta un aire más oscuro con unas guitarras sin apenas distorsión. Suena a un montón de grupos setenteros, pero todos buenos.
Subimos una marcha para encarar la adictiva “Down and dirty” cuyo estribillo es tan espectacular como el punteo, que recuerda a Micky Moody.
“Do it again” nos devuelve a la calma entre guitarras semi-acusticas y espectaculares polifonías vocales que son un primor. Da ganas de hacerlo de nuevo. Esplendida.
“Connected” se basa en otro riff de inspiración Young & Young y es puro rock and roll, como no podía ser de otra forma, pero el estribillo a medio tiempo ya es harina de otro costal, por lo fresco… Are you connected? Yo sí.
“Revive” es la joya de la corona, tema pausado que cuenta con unas dulces voces, estribillo y guitarras, y me gustaría que su escucha fuese un derecho humano… qué maravilla, y todo con simpleza y sin cosas raras. Temazón del copón.
En “We want more” se tiñen de oscuridad y bajan el tempo para tirar de influencias propias de inicios de los '70 sonando la mezcla Black Sabbath / Led Zeppelin muy personal, porque añaden detalles propios. Notable.
“Devil you know” recuerda a los Kingdom Come del “In your Face” mezclados con los actuales Lynyrd Skynyrd… no diré más. Guapísima.
Con “Marseille” pegan un patinazo inesperado debido a que han fusilado “Hell ain't a bad place to be” de AC/DC en riffs, estructura y sonido de guitarras. Suena bien, pero si no es un plagio, anda cerca. Muy mal, chavales, así no.
“Keep driving” nos devuelve la alegría al estilo Bad company y es otro temazo de rock and roll que te llena de optimismo y ganas de bailar. Muy bien, chavales, así sí; conduciré hasta que me sangren las manos.
Y “Holding on” pone el tranquilo colofón con guitarras electroacústicas con chorus a ritmo pausado, donde suenan desde Warrant, hasta Led zeppelín, pasando por Thunder. Esto es una balada como tiene que ser, sin empalagar y sin clichés.
En resumen, pedazo de disco que se han marcado estos abuelos y que da razón de ser a su retorno con la (a veces) sospechosa Frontiers Records, que se apunta un acierto que no siempre está garantizado al desenterrar bandas del pleistoceno.
Si os gusta el Hard Rock inmediato, optimista y de calidad o cualquiera de los muchos grupos que he mencionado en esta reseña, ya podéis ir haciendo el pedido, porque no os va a defraudar… igual me estoy metiendo en un jardín al recomendarlo tan encendidamente, pero me arriesgaré, total, no sabéis donde vivo… ¿o sí?
AUTOR: Oscar L. González (Mendo)
