CRASHDÏET - THE SAVAGE PLAYGROUND
85/100
Discográfica: Frontiers Records
Estilo: Hard Rock
Productor: Otto Welton
Formación:
Simon Cruz - Cantante, Guitarra
Martin Sweet - Guitarra
Peter London - Bajo
Eric Young - Batería
Track List:
01. Change The World
02. Cocaine Cowboys
03. Anarchy
04. California
05. Lickin' Dog
06. Circus
07. Sin City
08. Got A Reason
09. Drinkin' Without You
10. Snakes In Paradise
11. Damaged Kid
12. Excited
13. Garden Of Babylon
14. Liquid Jesus (Bonus Track)
Cuarto trabajo de los suecos que vienen con la intención de recuperar el cetro de reyes de la escena europea del sleaze rock / hard rock que con merecimiento alcanzaron o rozaron con su disco de 2010 “Generation Wild” que fue un éxito en todos los aspectos, de crítica, de público y en general cuando fue presentado en directo.
Durante estos 3 años ha habido muchos grupos, casi todos de las penínsulas escandinavas que han mejorado posiciones y se han constituido en serios aspirantes a disputarles su privilegiada posición (Crazy Lixx, Dynazty, The Poodles, Hardcore Superstar entre otros) y creo que “The Savage Playground” es un buen intento con el que es posible que logren encumbrarse de nuevo.
Comparado con aquel y a nivel sonoro, en éste se nota una menor pulcritud y claridad en la producción, un sonido más oscuro y sucio que según ellos es producto de su evolución como músicos, aunque no varían mucho su estilo musical en la mayoría de temas, combinando guitarras potentísimas y gruesas con muchísima melodía vocal, pero esa oscuridad les hace sonar en ocasiones casi a metal.
La batería es un autentico cañón y es una de las culpables del sonido oscuro pues suena como si la hubiesen grabado en un largo pasillo.
Como ocurriera en sus anteriores grabaciones, aquí también hay gran perfección interpretativa, (salvo en el bonus) arreglos variados y poderosos, en definitiva, un disco muy currado y elaborado. Parece que eso de dejar matices al azar o de improvisar no va con ellos al igual que ocurre con muchas de las bandas compatriotas con las que comparten mercado.
La primera canción titulada “Change The world” comienza tímidamente entre truenos, timbales tribales y voces en off y nos advierte de lo que se nos viene encima, una apisonadora sonora que puede recordar a unos primigenios W.A.S.P. con su crudo sonido y sobre todo, en la parte final del punteo.
Una guitarra bluesera haciendo slide anuncia la llegada de “Cocaine Cowboys” donde suenan más “Nu Metal” (me recuerdan a Marilyn Manson, lo siento) pero sin perder su identidad que está presente en cada nota, con un estupendo estribillo, sobre todo el final.
Seguimos con la poderosísima “Anarchy” cuyo inicio con una guitarra rasgueando recuerda al “Solar angels” de Judas Priest hasta que es aplastado por montones de guitarras que dejan paso a unas pausadas estrofas, un precioso y melodioso puente y un estribillo con tintes de himno en el que vuelven a recordar a W.A.S.P. y no va a ser, como veremos, la última vez.
Igual potencia y más melodía en “California” un guiño a su posible próxima gira por los States, en la que suenan desde Queensrÿche hasta W.A.S.P con un estribillo melódico que entra por la oreja a la primera escucha, estos chavales saben como hacerlo. Casi entera está cantada a dos voces con muy buen gusto. De lo mejor del disco, sin duda.
El registro cambia radicalmente en “Lickin' Dog” donde se vuelven más macarras y fiesteros, recordándome a D.A.D por los arreglos vocales, y por el estribillo que es el alma de una canción que está por debajo de la media.
La caña y el poder vuelven con “Circus” donde me vuelven a recordar a Judas Priest con Simon imitando al cantante de Placebo hasta que llegados al estribillo se quitan las caretas y aparecen Crashdïet a pleno rendimiento. El punteo lo habría firmado Chris Holmes y el final es apoteósico.
Seguimos entre máquinas tragaperras con “Sin City” el corte más sleazy y personal del disco. En la mitad del tema hay un interludio que empalma con el solo de guitarra que es bastante original y fresco, pese a que el tema y el sonido general me recuerdan de nuevo a W.A.S.P.
En “Got A Reason” las dos voces me recuerdan a Marilyn Manson si éste supiese cantar, cosa que Simon hace bastante mejor que él, aun así, son Crashdïet en toda su expresión, incluido un punteo de escasa técnica y un puente glorioso previo al último estribillo que es un atrapacerebros.
“Drinking Without you” atesora fuerza sleazy y melodía a partes iguales sonando inconfudible con un estribillo muy meloso. El punteo de nuevo es embarullado y suena flojo, como si lo hubiesen grabado en la primera toma, pero no logra bajar del pedestal a esta magnifica canción.
El inicio y algunos riffs de “Snakes In Paradise” recuerdan al “Rock you like a hurricane” de Scorpions y las dos voces con las que canta Simme suenan a Marilyn Manson en plan tétrico.
Aquí impera la potencia sobre la melodía sobre todo en el estribillo merced al montón de guitarras y arreglos de cuerda presentes.
“Damaged kid” arranca con la suavidad de una guitarra semiacustica que dura 20 segundos hasta que los chavales se ponen a una alta velocidad de crucero con unas guitarras afinadas muy graves que dan el contrapunto a un Hammond que suena de fondo. El estribillo es marca de la casa y el punteo a pelo solo con el bajo, por desgracia, también.
Comienzo inquietante en “Excited” con un piano y unos timbales que empalman con una entrada que presagia temazo y es un muy buen tema al nivel de los mejores. A ratos suenan a H.I.M. por el piano, otros a Wig Wam por la voz pero tiene personalidad propia.
En “Garden Of Babylon” se vuelven más tétricos y lúgrubes con ciertos toques moriscos en los arreglos para este largo y flojo tema de más de siete minutos al cual le sobran los dos últimos.
Punteo con mucha intención y poca técnica, de nuevo.
El final llega con el bonus track titulado “Liquid Jesus” una broma punkarra acelerada, entre armónicas mal tocadas y coros góspel en la mitad, en la cual suenan a Los Suaves, Cicatriz o a Toy Dolls y grupos de similar pelaje, por lo cual no importan los gallos de Simme ni lo mal que la tocan.
Innecesaria broma que más que un regalo es una patada en la entrepierna y hace bajar la nota del disco innecesariamente.
En resumen, el tiempo dirá si este “Savage Playground” supera en éxito a su trabajo previo, lo que sí puedo decir es que, en mi subjetiva opinión, hay una decena de canciones extraordinarias (algunas muy, muy brillantes) y un par flojas o bastante flojas, sobre todo la última e irritante broma en forma de bonus.
Cuando suenan ochenteros (a W.A.S.P. más concretamente) son un delicia y es su seña de identidad, cuando se ponen a experimentar o gamberrear sacando la vena punk, se vuelven vulgares o tediosos.
De todas formas ya sabemos que lo difícil no es llegar a la cumbre, sino mantenerse y estos cuatro muchachos ya llevan bastantes años “mantenidos” en ella, por lo cual puede que sea necesario que bajen un ratillo al campamento base a respirar aire con más oxígeno para atacar la cumbre de nuevo más adelante o de quedarse en ella otra temporada, quien sabe.
Muchos grupos matarían por sacar un disco como éste, con 12 temas fuera de serie y sólo 2 (los últimos) que quedan descolgados y no llegan a ese nivel de calidad, pero a Crashdïet le debemos exigir más; Nobleza obliga, por ello se llevan un notable alto y no un sobresaliente.
Durante estos 3 años ha habido muchos grupos, casi todos de las penínsulas escandinavas que han mejorado posiciones y se han constituido en serios aspirantes a disputarles su privilegiada posición (Crazy Lixx, Dynazty, The Poodles, Hardcore Superstar entre otros) y creo que “The Savage Playground” es un buen intento con el que es posible que logren encumbrarse de nuevo.
Comparado con aquel y a nivel sonoro, en éste se nota una menor pulcritud y claridad en la producción, un sonido más oscuro y sucio que según ellos es producto de su evolución como músicos, aunque no varían mucho su estilo musical en la mayoría de temas, combinando guitarras potentísimas y gruesas con muchísima melodía vocal, pero esa oscuridad les hace sonar en ocasiones casi a metal.
La batería es un autentico cañón y es una de las culpables del sonido oscuro pues suena como si la hubiesen grabado en un largo pasillo.
Como ocurriera en sus anteriores grabaciones, aquí también hay gran perfección interpretativa, (salvo en el bonus) arreglos variados y poderosos, en definitiva, un disco muy currado y elaborado. Parece que eso de dejar matices al azar o de improvisar no va con ellos al igual que ocurre con muchas de las bandas compatriotas con las que comparten mercado.
La primera canción titulada “Change The world” comienza tímidamente entre truenos, timbales tribales y voces en off y nos advierte de lo que se nos viene encima, una apisonadora sonora que puede recordar a unos primigenios W.A.S.P. con su crudo sonido y sobre todo, en la parte final del punteo.
Una guitarra bluesera haciendo slide anuncia la llegada de “Cocaine Cowboys” donde suenan más “Nu Metal” (me recuerdan a Marilyn Manson, lo siento) pero sin perder su identidad que está presente en cada nota, con un estupendo estribillo, sobre todo el final.
Seguimos con la poderosísima “Anarchy” cuyo inicio con una guitarra rasgueando recuerda al “Solar angels” de Judas Priest hasta que es aplastado por montones de guitarras que dejan paso a unas pausadas estrofas, un precioso y melodioso puente y un estribillo con tintes de himno en el que vuelven a recordar a W.A.S.P. y no va a ser, como veremos, la última vez.
Igual potencia y más melodía en “California” un guiño a su posible próxima gira por los States, en la que suenan desde Queensrÿche hasta W.A.S.P con un estribillo melódico que entra por la oreja a la primera escucha, estos chavales saben como hacerlo. Casi entera está cantada a dos voces con muy buen gusto. De lo mejor del disco, sin duda.
El registro cambia radicalmente en “Lickin' Dog” donde se vuelven más macarras y fiesteros, recordándome a D.A.D por los arreglos vocales, y por el estribillo que es el alma de una canción que está por debajo de la media.
La caña y el poder vuelven con “Circus” donde me vuelven a recordar a Judas Priest con Simon imitando al cantante de Placebo hasta que llegados al estribillo se quitan las caretas y aparecen Crashdïet a pleno rendimiento. El punteo lo habría firmado Chris Holmes y el final es apoteósico.
Seguimos entre máquinas tragaperras con “Sin City” el corte más sleazy y personal del disco. En la mitad del tema hay un interludio que empalma con el solo de guitarra que es bastante original y fresco, pese a que el tema y el sonido general me recuerdan de nuevo a W.A.S.P.
En “Got A Reason” las dos voces me recuerdan a Marilyn Manson si éste supiese cantar, cosa que Simon hace bastante mejor que él, aun así, son Crashdïet en toda su expresión, incluido un punteo de escasa técnica y un puente glorioso previo al último estribillo que es un atrapacerebros.
“Drinking Without you” atesora fuerza sleazy y melodía a partes iguales sonando inconfudible con un estribillo muy meloso. El punteo de nuevo es embarullado y suena flojo, como si lo hubiesen grabado en la primera toma, pero no logra bajar del pedestal a esta magnifica canción.
El inicio y algunos riffs de “Snakes In Paradise” recuerdan al “Rock you like a hurricane” de Scorpions y las dos voces con las que canta Simme suenan a Marilyn Manson en plan tétrico.
Aquí impera la potencia sobre la melodía sobre todo en el estribillo merced al montón de guitarras y arreglos de cuerda presentes.
“Damaged kid” arranca con la suavidad de una guitarra semiacustica que dura 20 segundos hasta que los chavales se ponen a una alta velocidad de crucero con unas guitarras afinadas muy graves que dan el contrapunto a un Hammond que suena de fondo. El estribillo es marca de la casa y el punteo a pelo solo con el bajo, por desgracia, también.
Comienzo inquietante en “Excited” con un piano y unos timbales que empalman con una entrada que presagia temazo y es un muy buen tema al nivel de los mejores. A ratos suenan a H.I.M. por el piano, otros a Wig Wam por la voz pero tiene personalidad propia.
En “Garden Of Babylon” se vuelven más tétricos y lúgrubes con ciertos toques moriscos en los arreglos para este largo y flojo tema de más de siete minutos al cual le sobran los dos últimos.
Punteo con mucha intención y poca técnica, de nuevo.
El final llega con el bonus track titulado “Liquid Jesus” una broma punkarra acelerada, entre armónicas mal tocadas y coros góspel en la mitad, en la cual suenan a Los Suaves, Cicatriz o a Toy Dolls y grupos de similar pelaje, por lo cual no importan los gallos de Simme ni lo mal que la tocan.
Innecesaria broma que más que un regalo es una patada en la entrepierna y hace bajar la nota del disco innecesariamente.
En resumen, el tiempo dirá si este “Savage Playground” supera en éxito a su trabajo previo, lo que sí puedo decir es que, en mi subjetiva opinión, hay una decena de canciones extraordinarias (algunas muy, muy brillantes) y un par flojas o bastante flojas, sobre todo la última e irritante broma en forma de bonus.
Cuando suenan ochenteros (a W.A.S.P. más concretamente) son un delicia y es su seña de identidad, cuando se ponen a experimentar o gamberrear sacando la vena punk, se vuelven vulgares o tediosos.
De todas formas ya sabemos que lo difícil no es llegar a la cumbre, sino mantenerse y estos cuatro muchachos ya llevan bastantes años “mantenidos” en ella, por lo cual puede que sea necesario que bajen un ratillo al campamento base a respirar aire con más oxígeno para atacar la cumbre de nuevo más adelante o de quedarse en ella otra temporada, quien sabe.
Muchos grupos matarían por sacar un disco como éste, con 12 temas fuera de serie y sólo 2 (los últimos) que quedan descolgados y no llegan a ese nivel de calidad, pero a Crashdïet le debemos exigir más; Nobleza obliga, por ello se llevan un notable alto y no un sobresaliente.
AUTOR: Oscar L. González (Mendometal)
