DIAMOND DAWN - OVERDRIVE
76/100
Discográfica: Frontiers Records
Estilo: Melodic Rock
Productor: Diamond Dawn
Formación:
Olle Lindahl: Guitarra
Jhonny Göransson: Guitarra
Alexander Strandell: Voz
Efraim Larsson: Batería
Mikael Planefeldt: Bajo
Niklas Arkbro: Teclado
Track List:
01. Into Overdrive
02. Take Me Higher
03. Crying
04. Standing As One
05. California Rush
06. Indestructible
07. Turn It Up
08. The Hunter
09. Give It All
10. Don't Walk Away
11. Powergames
Ya tenemos ante nosotros este nuevo y esperadísimo trabajo de Frontiers. Habíamos escuchado algunos samples y algún tema de adelanto que tuvo buenísima recepción por el público en general aunque a mí me dejó algo expectante, pues sin convencerme del todo el single de adelanto, esto hizo que tuviera mis dudas sobre el resto del disco, pues los temas restantes podrían ser de ínfima calidad y así irse diluyendo el interés en él conforme pasaran los temas, ese era mi miedo. Y ya tengo la respuesta.
No es eso lo que ha sucedido pero sí me ha dejado algo frío el álbum, sin prejuicio de las expectativas creadas pues mis escuchas han sido reiteradas y el análisis está realizado desde la serenidad y objetividad dentro de que esto último es imposible per se.
Todo “Overdrive” destila elegantes teclados que se agradecen, pero los temas no acaban de convencer. Con sucesivas escuchas se van vislumbrando algunas luces, y las débiles sombras se consolidan sin remedio alguno. Los temas están bien arreglados, llenos de matices, coros, teclados, que dan un énfasis de melodía a temas que no llegan a ser brillantes en su totalidad.
El primer tema del disco, “Into Overdrive” va adentrándose dentro del oyente con las sucesivas escuchas hasta consolidarse como uno de los grandes cortes del álbum; una canción llena de los antedichos elegantes teclados y con un estribillo remarcado y muy clásico. A partir de aquí viene una retahíla de temas que sigue la senda de los teclados que rodean a los temas pero donde las melodías no son tan brillantes, es decir, son buenos temas, que ganan un poco por la cantidad de arreglos y matices que cubren la canción, como por ejemplo doblamiento de coros y partes finales más intensas, pero que no sobresalen por la melodía en sí, que es lo realmente importante, por lo menos para mí como he comentado infinidad de veces.
Particularmente a mí me da más igual las reminiscencias a otros grupos si sacan buenas melodías que lleguen adentro, que es lo que me llena a mí, pero en este caso no es así. De hecho si no fuera por los mencionados arreglos, algunos temas que son simplemente buenos se quedarían en completamente pasables y su olvido sería irremediablemente rápido. En general las composiciones te dejan algo frío en las melodías como digo, falto de ese sentimiento que suele surgir más de la creatividad y de las insuperables melodías que de buenos adornos en materia superficial.
“Take Me Higher”, “Cryin’” o “Standing As One” son buenos temas del disco, agradables y elegantes canciones de AOR repletos de los ya reiterados teclados, pero a las que les falta ese toque final para que sean brillantísimas y no me canse de escucharlas.
“California Rush” es un tema más americanizado y hard rockero que no está mal, pero tampoco deslumbra. Afirmando categóricamente que me repito sin remedio, y aunque suene trillado, no hay ningún tema que sea inservible, todos tienen algo, pero escasos cortes superan el notable alto, quedándose el disco en una aventura de medio verano.
No entraré a valorar el comienzo de “Indestructible” y la falta de originalidad pues como comenté me interesan más las melodías. El “Angeline” de Wigelius, que también comenzaba con unos acordes similares a “The Great Fall” de WOA, sí era un tema más redondo, pero éste, siendo un buen tema, no llega a la magnificencia, ni se acerca.
Volvemos a los temas más hard rockeros, que con unos temas que destacan por ser cortos y repetitivos, son un acierto al ser muy pegadizos y enérgicamente efectivos, rememorando el hard rock melódico de los años 80’. Prueba de esto son temas como “Turn It Up” o “The Hunter”, esta última más machacona. Les quedan bien a Diamond Dawn las canciones de corte más endurecida.
“Give It All” es un tema potente, intenso, más melódico, con un estribillo y coros cuidados, cuya melodía destaca en mayor medida que sobre la mayoría de los temas del disco en general.
El final del disco es de lo mejor del álbum, puesto que posee una balada impepinable, "Don't Walk Away", que destaca sobremanera en el disco junto con la ya comentada “Into Overdrive”. Un tema lleno de garra y sentimiento; muy bonita.
Cierra el disco “Powergames”, un conseguido corte que alumbra sobre todo por su estribillo, que está brillantemente enlazado con el puente. Estribillo largo (como a mí me suelen gustar) y muy remarcado en los coros. El único tema que tiene un solo del tan manido teclado.
Buenas guitarras, brillante trabajo de Niklas Arkbro a los teclados y de Efraim Larsson a la batería, así como la bonita voz de Alexander Strandell, que sin ser un portento, creo que ha estado más que solvente como vocalista en este disco.
En definitiva, buen disco, con agradables temas en general, pero faltos de cuerpo y solidez por momentos salvo en los estribillos, y con dos o tres temas que sobresalen sobre el resto. Un álbum fresco (sin malinterpretar), fácil de escuchar y grato al oído, al cual el inexorable paso del tiempo no le hará favor alguno.
No es eso lo que ha sucedido pero sí me ha dejado algo frío el álbum, sin prejuicio de las expectativas creadas pues mis escuchas han sido reiteradas y el análisis está realizado desde la serenidad y objetividad dentro de que esto último es imposible per se.
Todo “Overdrive” destila elegantes teclados que se agradecen, pero los temas no acaban de convencer. Con sucesivas escuchas se van vislumbrando algunas luces, y las débiles sombras se consolidan sin remedio alguno. Los temas están bien arreglados, llenos de matices, coros, teclados, que dan un énfasis de melodía a temas que no llegan a ser brillantes en su totalidad.
El primer tema del disco, “Into Overdrive” va adentrándose dentro del oyente con las sucesivas escuchas hasta consolidarse como uno de los grandes cortes del álbum; una canción llena de los antedichos elegantes teclados y con un estribillo remarcado y muy clásico. A partir de aquí viene una retahíla de temas que sigue la senda de los teclados que rodean a los temas pero donde las melodías no son tan brillantes, es decir, son buenos temas, que ganan un poco por la cantidad de arreglos y matices que cubren la canción, como por ejemplo doblamiento de coros y partes finales más intensas, pero que no sobresalen por la melodía en sí, que es lo realmente importante, por lo menos para mí como he comentado infinidad de veces.
Particularmente a mí me da más igual las reminiscencias a otros grupos si sacan buenas melodías que lleguen adentro, que es lo que me llena a mí, pero en este caso no es así. De hecho si no fuera por los mencionados arreglos, algunos temas que son simplemente buenos se quedarían en completamente pasables y su olvido sería irremediablemente rápido. En general las composiciones te dejan algo frío en las melodías como digo, falto de ese sentimiento que suele surgir más de la creatividad y de las insuperables melodías que de buenos adornos en materia superficial.
“Take Me Higher”, “Cryin’” o “Standing As One” son buenos temas del disco, agradables y elegantes canciones de AOR repletos de los ya reiterados teclados, pero a las que les falta ese toque final para que sean brillantísimas y no me canse de escucharlas.
“California Rush” es un tema más americanizado y hard rockero que no está mal, pero tampoco deslumbra. Afirmando categóricamente que me repito sin remedio, y aunque suene trillado, no hay ningún tema que sea inservible, todos tienen algo, pero escasos cortes superan el notable alto, quedándose el disco en una aventura de medio verano.
No entraré a valorar el comienzo de “Indestructible” y la falta de originalidad pues como comenté me interesan más las melodías. El “Angeline” de Wigelius, que también comenzaba con unos acordes similares a “The Great Fall” de WOA, sí era un tema más redondo, pero éste, siendo un buen tema, no llega a la magnificencia, ni se acerca.
Volvemos a los temas más hard rockeros, que con unos temas que destacan por ser cortos y repetitivos, son un acierto al ser muy pegadizos y enérgicamente efectivos, rememorando el hard rock melódico de los años 80’. Prueba de esto son temas como “Turn It Up” o “The Hunter”, esta última más machacona. Les quedan bien a Diamond Dawn las canciones de corte más endurecida.
“Give It All” es un tema potente, intenso, más melódico, con un estribillo y coros cuidados, cuya melodía destaca en mayor medida que sobre la mayoría de los temas del disco en general.
El final del disco es de lo mejor del álbum, puesto que posee una balada impepinable, "Don't Walk Away", que destaca sobremanera en el disco junto con la ya comentada “Into Overdrive”. Un tema lleno de garra y sentimiento; muy bonita.
Cierra el disco “Powergames”, un conseguido corte que alumbra sobre todo por su estribillo, que está brillantemente enlazado con el puente. Estribillo largo (como a mí me suelen gustar) y muy remarcado en los coros. El único tema que tiene un solo del tan manido teclado.
Buenas guitarras, brillante trabajo de Niklas Arkbro a los teclados y de Efraim Larsson a la batería, así como la bonita voz de Alexander Strandell, que sin ser un portento, creo que ha estado más que solvente como vocalista en este disco.
En definitiva, buen disco, con agradables temas en general, pero faltos de cuerpo y solidez por momentos salvo en los estribillos, y con dos o tres temas que sobresalen sobre el resto. Un álbum fresco (sin malinterpretar), fácil de escuchar y grato al oído, al cual el inexorable paso del tiempo no le hará favor alguno.
AUTOR: Juanan (Lord Ford Sammet)
