“Nuestro compañero Jesús Mujico se desplazo el pasado 18 de Junio a Stuttgart para poder presenciar una de las giras más importantes dentro del panorama melódico : JOURNEY + FOREIGNER + KANSAS + NIGHT RANGER”
Eisstadion Esslingen – Stuttgart , 18 Junio
Viaje relámpago a una de las ciudades financieras de Alemania, con el fin inicial de disfrutar de los yankis Night Ranger y por supuesto aprovecharnos de visualizar la gira de otros monstruos que no iban a pasar por nuestro país.
En esta ocasión nos encontramos frente a una especie de polideportivo que parecía de hockey sobre patines, abierto por los cuatro costados, con una capacidad ,más o menos, para 4000 personas y que prácticamente se llenó. Digo lo de prácticamente porque en Internet colgaron el cartel de “Sold out”, pero daba la sensación de haber varios espacios con huecos.
Organización como corresponde a este país Europeo que se caracteriza por su excelencia y que por poner un ejemplo de tantos, aunque seguro que muchos de vosotros lo conocéis, los recipientes de plástico de la bebida te cobraban 1 € más, el cual era reintegrado en el stand habilitado para ello una vez que era devuelto. Era impresionante ver como el local después de 5 horas de concierto se quedara prácticamente igual que lo encontráramos.
El stand de merchandising tenía un gran stock de camisetas, sudaderas….., de todas las bandas excepto de Night Ranger que sólo tenían el nuevo Cd. Nos llevamos una pequeña decepción porque era evidente que nuestras miradas recorrían todo el puesto sin encontrar el objeto deseado de los yankis por los que habíamos viajado hasta allí, pero como era obvio una vez repuestos de la frustración el surtido era tan amplio que matamos las penas con camisetas de Journey y cosas varias.
Durante la espera al comienzo, dando una vuelta por el recinto después de haber cogido un buen sitio en la grada, nos encontramos con otros dos grupos de españoles, habituales en este tipo de eventos, y que al hacer la suma hacíamos un total de 13. Número que aunque podía presagiar malos augurios resultó ser
todo lo contrario por que lo que allí vivimos fue otra noche para el recuerdo.
NIGHT RANGER
A las 18 horas en punto, con precisión suiza, salieron a escena los Blades, Keagy, Gillis and company con un “ Don’t tell me you love me” que añadido a su espectacular logo en un panel trasero gigante que le daba ese plus visual y unido a un sonido limpio y cristalino pero un poco bajo hicieron que abandonara
mi lugar en la grada y me acercara a primera fila, cerca de los altavoces, para poder vivir más de cerca tan magnánimo momento. Efectivamente no me equivoqué porque aquello sonaba atronador, pero ese instante inicial que visualizas todo sin saber muy bien a donde mirar y sueles terminar empachado porque pareciera que quisieras verlo todo en un segundo, de repente ya sonaban los primeros acordes de “When you close your eyes” y entre exclamaciones, fotos y tarareos de estribillos daba comienzo “ Growin’ up in California” , único tema del nuevo trabajo que sonó como un tiro, pero que estabas tan imbuido en el espíritu del concierto que echabas la mente a revivir lo que hasta ese momento habías vivido y sólo había dado tiempo a ver que Blades tenía dolores de espalda , al que tuvieron que poner un taburete para poder mantenerse, que la bateria de Keagy estaba a la derecha del escenario de frente a la banda (tipo Robert Sweet) y ¡coño, ya empezaba “Sister christian”!, tema cantado por Keagy que nos hizo recordar con nostalgia épocas pretéritas. ¡Qué rápido pasaba todo!.
Se fueron sucediendo dos temas más hasta la traca final con un apoteósico “(you can still) rock in America”, que tanto Gillis como Hoekstra hicieron gala de su espíritu Yanki tocando con dos guitarras con grabados de la bandera de las barras y estrellas, y al sonar la última nota tu mente divagaba a lo que había sido el comienzo de un sueño hacía tres meses ,poniendo toda la ilusión del mundo, con la búsqueda de vuelos, entradas, hotel…para tener el honor de disfrutar de esta mítica banda, y todo se había disipado en 30 minutos justos, ni uno más ni uno menos( para los optimistas 1800 segundos) que por supuesto había merecido la pena, pero con esa sensación agridulce que no quedaba más remedio que asumir, como lo demuestra que cerrabas los ojos con resignación, pero que acababas abriéndolos mirando de nuevo al escenario, aplaudiendo a rabiar y agradeciéndoles no sólo lo que allí habías vivido si no por todos aquellos momentos que con su música nos habían hecho disfrutar.
KANSAS
Una vez retirada la batería de los Ranger e instalados los nuevos instrumentos, a las 19 horas dio comienzo la descarga de esta mítica banda, que ya habíamos tenido ocasión de disfrutar tan sólo una semana antes en Suecia,y aunque allí lo hicieron con más tiempo no faltaron la mayoría de sus clásicos más atrayentes y que todo el mundo espera como lo demuestra la cerrada ovación con la que se les despedía en cada uno de los temas.
Un sonido perfecto, una magistral ejecución y ayudados visualmente por el panel trasero que cambiaba constantemente el colorido de su logo comenzaron con una espectacular”Point of know return” que nos iba a mostrar el camino de lo que se nos avecinaba. Cómo no, no faltaron “Dust in the wind” o “Carry on wayward son” en 40 minutos de perfección musical donde su propuesta te podrá gustar más o menos, e incluso es posible que pensemos que un concierto de Kansas es más para escuchar, con el consiguiente aburrimiento, que para disfrutar de lo que es un concierto de rock Estándar, pero cuando acabaron su brillante show mi primera reflexión fue encaminada a una afirmación sin paliativos: “Donde hay mata hay
patata”.
FOREIGNER
Había leído con atención las crónicas que habían escrito nuestros amigos foreros mallorquines (Tony, Gonzalo..) en su viaje a Londres y nos temíamos lo peor. Llegamos a pensar que los Cain/Schon les estaban haciendo la cama a las huestes des Mick Jones con el llamado síndrome del telonero, pero nada más lejos de la realidad porque el destino estaba con nosotros y fue empezar a sonar los primeros acordes de “Head Games” ,con una brillante puesta en escena compuesta por una pantalla gigante que constantemente pasaba imágenes con un colorido espectacular y que a todos los componentes les visualizabas como con sombras oscuras que les daba ese plus visual que no es fácil relatar si no lo vives “in situ”, con la magistral voz de Kelly Hansen (¿Alguien se acuerda de Gramm?), una ejecución instrumental rayando la perfección en la que hay que destacar la entrega y el acoplamiento a la banda de Jeff Pilsen y un sonido inmejorable; potente , cristalino, eléctrico…, que nos hizo recordar a lo vivido en 2009 en Suecia .Le sonreí a nuestro amigo Miguel (Pc69) con una mirada de complicidad, que sin hablarnos, sabíamos perfectamente nuestros pensamientos: “Estos fenómenos nunca nos fallan”.
Los temas se iban sucediendo y la perfección de lo que allí vivíamos no daba tregua hasta que de repente comenzaron a sonar las primeras notas del tema que da título a su último trabajo “ Can’t slow down” y me volví a acordar de Tony esbozando una socarrona sonrisa ; siempre ha habido clases, pensé,jejeje
Clásico tras clásico la tónica era de algarabía general; Urgent, I want to know what love is, Hot Blooded…..las disfrutamos como enanos y cuando esto llegaba a su final después de marcharse volvieron con el bis “Juke box hero” viviendo una de las ovaciones más cerradas y clamorosas que recuerdo. Nuevamente nos volvimos a acordar de nuestros amigos Mallorquines porque a su finalización la duración de hora y diez minutos aunque pudiera parecer escasa parecía un mundo frente a conciertos anteriores de la gira.
No hay calificativos para expresar la inmensa felicidad que sientes después de haber disfrutado de un espectáculo de esta magnitud. Sólo queda proclamar sus bondades al mundo y rendir pleitesía a una formación , liderada por un Mick Jones que ha sabido rodearse de los mejores músicos , que está por encima del bien y del mal para deleite de sus seguidores .
JOURNEY
Después del show de tres grandes bandas cada una con sus señas de identidad y saber hacer teníamos la sensación de que estábamos totalmente saciados. Los entremeses, aunque escasos, habían sido cocinados con esmero dignos de un chef de restaurante de tres tenedores. El primer plato como esa sopa que no tiene mucho sabor pero que te queda ese regustillo de que entraba bien, estaba caliente y hubieras repetido una segunda vez. Un segundo plato, para paladares exquisitos, crême de la crême , pero sin adornos artificiales y con una cantidad lo suficientemente lustrosa para salir con el estomago lleno. Sin embargo nos quedaba el postre que de apariencia parecía espectacular pero estabas tan lleno que lo acometías como aquel que no quiere hacer un feo al anfitrión.
Se apagaron las luces y empezaban con la magia de siempre con esas primeras notas de teclado de “Separate Ways” , que por cómo sonaba se preveía un aumento poderoso del volumen del sonido pero que desembocó en una decepción total cuando entró el resto de la instrumentación que sonaba altísima, distorsionada, generando un barullo sónico tal que si a eso le unimos la decepcionante voz de Pineda que parecía que empezaba a tener los primeros síntomas de agotamiento, ahogándose constantemente en un tema que se le quedó enorme, el fiasco no pudo ser más grande.
Siguieron con “Ask the Lonely” sin mejora aparente y cuando sonó uno de los temas de mi vida “Stone in love” me costó varios segundos reconocerlo, con lo que queda todo dicho. Posteriormente abordaron un par de temas del nuevo trabajo, la inicial “City of Hope” y “ Edge of the moment” donde nuevamente me acordé de Tony, pero tengo que decir que para el directo me parecen soporíferas e intuyo que para próximas giras ni se acordaran de que existen. Viendo el panorama me senté de espaldas a ellos, mientras observaba que no era el único que pensaba igual porque había gente que empezaba a desfilar y dentro de mi enfado esta fue mi reflexión: Es la quinta vez que les veo y siendo la biblia de mi religión
con músicos que debieran sonar perfectos, sumaba tres decepciones ( Madrid-Soto, Sweden, Sttugart), Una cuasi –regular(Arrow) y un buen, que no gran concierto en (Kobeta-Bilbao).
Pero mientras estaba sumido en mis pensamientos y como si mi reflexión hubiera sido un detonante, de repente todo cambio y como por arte de magia el sonido se convirtió en grandioso y “Faithfully” sonó mágica (¡cómo es posible que Pineda de repente pareciera Dios!!). La traca final con “Be good to yourself” y” Any way you want it” nos llevó a un éxtasis colectivo de un público que poco a poco había ido abandonando el local y que seguramente no imaginaba lo que allí acabaría sucediendo.
Pero nos faltaba un tema y no era de recibo que se hubieran marchado sin tocarle, les hubiéramos quemado el escenario, así que en su bis y tema final sonó “Don’t stop believin’” la tarareé como si me fuera la vida en ello, quedando una sensación final de grandeza que una vez analizado fríamente todos
sabíamos que durante una hora habíamos vivido una pesadilla de la que sólo despertamos en el último cuarto de hora final. Miramos a los técnicos de sonido con desprecio, señalándoles como culpables (aunque vaya usted a saber) y es que daban ganas de quemarles el chiringuito o tirarles al rio que pasaba a escasos metros.
Sea como fuere la tarde del 18 de junio del 2011 seguro que queda en nuestra memoria sellado con letras de oro y diamantes, no solo por lo que allí aconteció sino también por ese espíritu de compañerismo con todos aquellos que compartimos expedición. ¡Gracias amigos!
Texto: Jesús Mujico Insua
Fotos: Francesc Perez Ruiz y www.Melodicrock.com