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«Una película de acción como las de antes, donde la gente se da de hostias sin ordenadores de por medio». Dolph Lundgren no se anda con chiquitas. Ingeniero químico becado en el elitista Instituto de Tecnología de Massachusetts, políglota, campeón del equipo sueco de karate y director de perlas como 'Ataque terrorista', el inolvidable coloso ruso de 'Rocky IV' define a la perfección 'Los mercenarios', su reencuentro con Sylvester Stallone 25 años después. Y es que en los 80 los tipos duros no padecían conflictos internos, como el Bond de Daniel Craig o el torturado Jason Bourne. No vacilaban en apretar el gatillo. Su único remordimiento era desperdiciar balas al acabar con las hordas árabes y comunistas que amenazaban la paz de América.
Sylvester Stallone lo sabe muy bien. En 1976 logró que 'Rocky' ingresara en el panteón del folclore nacional. Estados Unidos recobró la autoestima tras el Watergate con una epopeya sobre el sueño americano que su autor ha resucitado cíclicamente. Hoy resulta risible su enfrentamiento con el capitán Iván Drago en 1985, pero aquel año fue el tercer largometraje más taquillero por detrás de 'Regreso al futuro' y -sorpresa- 'Rambo', otro héroe de gramática parda y conmovedora fuerza de voluntad. A sus 64 años, Sly escribe, dirige y protagoniza una violentísima cinta que desprende testosterona y nostalgia. Un 'quién es quién' del cine de acción donde comparten plano Bruce Willis, Mickey Rourke, Jason Statham y Jet Li. Hasta Arnold Schwarzenegger disfruta de una breve aparición seis años después de cambiar el fusil de asalto por la vara de gobernador.
«Quería hacer una de esas películas que salen bien muy de cuando en cuando recurriendo a una fórmula antigua para convertirla en contemporánea», reconoce Stallone. Su octavo largometraje como director presenta a un grupo de mercenarios contratados para que se infiltren en un país sudamericano con el fin de derrocar a un dictador. El título original, 'The Expendables' (Los prescindibles), alude a la posibilidad de ser sacrificados en pos del cumplimiento de un objetivo militar.
Prescindibles
'Los mercenarios' llega mañana a los cines americanos y una semana después lo hará a España. Con una cartelera donde 'El equipo A' y 'Pesadilla en Elm Street' remiten a los 80, y a punto de estrenarse el nuevo 'Karate Kid', existe curiosidad por saber cómo aceptará el público una extravagancia con personajes esquemáticos y un grado de violencia inusitado, con manos y brazos amputados volando por los aires. Los 'test screenings' han gustado tanto que ya se anuncian dos secuelas. Stallone tomó como modelos dos filmes de acción de la vieja escuela: 'Doce del patíbulo' y 'Los perros de la guerra'. «Es una historia acerca de hombres fuera de onda en relación con el resto del mundo, pero que viven sus vidas con arreglo a cierto código. No tienen familias y sus vidas han descarrilado, sólo se tienen los unos a los otros», explica el ganador del Oscar al mejor guión por 'Rocky'.
Más bien, el buen sabor de boca que han dejado las primeras imágenes de 'Los mercenarios' se debe a su aire demodé y macarra, que permite seguir una pelea cuerpo a cuerpo sin el montaje frenético del moderno cine de acción. Lástima que no se hayan sumado al divertimento las estrellas restantes del género. Steven Seagal aborrece al productor Avi Lerner (le acusa de deberle dinero) y prefirió luchar a espadas con Robert de Niro en 'Machete'; Van Damme tuvo las narices de alegar que su papel no tenía sustancia; y Chuck Norris padece problemas de salud que le han llevado a suspender definitivamente 'Walker Texas Ranger' después de ocho temporadas.
Última edición por Josetxu el Dom 05 Sep 2010, 19:29, editado 1 vez
vale que no se vayan de fiesta pero al menos pueden ir al cine 
pero la verdad es que da por saco, sí 