Recuerdo del primer mensaje :
Recurrentemente, y ayudado por las sucesivas reencarnaciones del foro, caigo en la tentación de abrir un topic sobre esta mujer, a pesar de saberlo condenado. Tampoco es que me extrañe, tratándose de quien se trata. Demasiado punk para los heavys, demasiado heavy para los punks; Quizá se deba también al calado de las impresiones juveniles, porque guardo una de ellas de la primera vez que escuché su “voz”. Era el “Put your love on me” del Coup d’Etat, del 82, y Plasmatics ya tenían una leyenda a sus espaldas. De hecho, ese disco fue su final.
Probablemente los 70 fueron la década de los artistas conceptuales: Alice Cooper, Kiss, Sex Pistols... Plasmatics nacieron con un concepto iconoclasta y sexual, pero bajo el estigma de tener a una mujer tan desinhibida como Wendy al frente. Hoy en día, muchas se han aprovechado del tirón sexual que ella llevó hasta el extremo. Pero los Plasmatics y/o Wendy no fueron sólo eso. Que gente como Jean Beauvoir, Gene Simmons o Lemmy formaran parte de su historia, quizá podría orientarnos, pero también despistarnos. Porque Plasmatics fue el invento de un licenciado en Yale, un personaje llamado Rod Swensson que allá por finales de los 70 iba buscando su particular "concepto". Wendy, por entonces stripper, se lo sirvió en bandeja.
Reclutaron a varios músicos de las mismas alcantarillas de New York de las que habían salido Ramones o Dictators y decidieron hacer de cada show una experiencia visual impactante, lo que les acarreraría no pocos problemas con la ley, al tiempo que la tan deseada publicidad. Punk extremo aderezado con continuas referencias sexuales y agresividad a raudales eran su seña de identidad. Con estos ingredientes, como era de esperar por otro lado, pronto se hicieron conocidos en la gran manzana.
Sin embargo, Plasmatics recorrieron un camino que pocos han querido o sabido recorrer. Si su primer disco era totalmente punkarra, en el segundo, titulado "Beyond the valley of 1984" aparecían ya ritmos heavys, a la vez que la garganta de Wendy comenzaba a demostrar de lo que era capaz cuando se dedicaba a cantar. Musicalmente el disco cabalgaba entre el punk y el rock and roll sucio y salvaje a la Motorhead (no en vano, éstos harían una versión del "Masterplan" de este disco mientras Plasmatics hacían el "No class" de Lemmy, en un single de esos que tanto gustaban a éste; para más inri, cuenta la leyenda que la grabación de este single fue la gota que colmó el vaso para que Eddie Clarke abandonase Motorhead) aderezado con sonidos estilo Blondie, mientras que estéticamente las crestas punk se convertían en peinados mohicanos, con continuas referencias visuales al desierto, que luego emplearían también Blackie y sus WASP. Aparecían también por primera vez dos nuevos fichajes: al bajo Jean Beauvoir, luego productor de los Ramones; a la batería, el ex de la Alice Cooper Band, Neil Smith, y que grabó los álbumes fundamentales de Alicia en los 70.
Sería en su siguiente Ep "Metal priestess" donde la banda completaría su evolución hacia el heavy. Un tema como "Lunacy" merece ser oído, más teniendo en cuenta que estamos hablando de 1981. De hecho, algún capitoste de la Capitol debió hacerlo pues bajo dicho sello saldría lo que fue su canto del cisne: "Coup d'Etat", producido por nada menos que Dieter Dierks, que desplazó al que iba a ser el inicial productor: Dan Hartman!. El disco es - en mi opinión - lo más duro que se podía hacer en aquel tiempo, junto a, quizás lo que hacían también ya para esa época Udo y los suyos. Y es que no sólo musicalmente, sino que vocalmente, encuentro pocas gargantas capaces de llegar donde llegaba Wendy, excepción hecha del enano teutón y, si me apuráis, el jodido Eric Adams. El disco era tremendo, pero quizá la audiencia heavy no estaba preparada para semejante patada en las pelotas, viniendo además de una señorita vegetariana y defensora de los animales. Pero, desde luego, canciones como "Put your love on me", o este "Stop" del 82, han quedado para la historia:
Por no hablar del extraordinario "The Damned":
Sin embargo, el disco no cuajó como se esperaba, y como suele suceder en estos casos, el "concepto" quedó en segundo plano, en especial cuando Gene Simmons decidió meterse a producir. Así que Plasmatics pasaron a mejor vida, dando paso al primer disco en solitario de Wendy, "WOW", del 84, en el que toda reminiscencia anterior, al menos en las letras, pasaba a mejor vida en aras a la mayor gloria del bajista lingüista que, amén de producir, componía en compañía de Paul Stanley y demás la mayor parte de los temas del disco, que comenzaba con "I love sex" e "It's my life", que quizás habréis escuchado, para completar un disco - prácticamente - de Kiss, pero cantado por Wendy.
Había también, sin embargo, alguna pieza compuesta por Rod Swanson, el ideólogo en horas bajas: este "Opus in cm7"
Pero no habría manera, y, claro, los Simmons y compañía desaparecieron como llegaron; Wendy, por su parte, siguió a lo suyo, editando, ya en 1986, su segundo disco en solitario, titulado "Kommander of Kaos", tratando de recuperar la esencia perdida:
Fue inútil, aunque también hay que decir que en el final de su carrera hizo seguramente sus discos más extraños. En 1987, de nuevo junto a Plasmatics, editaba "Maggots: The record", una especie de cuento de serie B sobre la alienación de la especie humana, recuperando sus raíces musicales:
Aún más extraña sería su despedida, un disco en el que fusionaba rap y metal, "Ultrafly and the Hometown Girls - Deffest and Baddest", del 88.
Y no habría más; su retirada de los focos sería total, pasando a menesteres diferentes como cuidadora de animales salvajes, para 10 años después de su última aparición, dejarnos, con una nota que decía:
“El acto de quitarme la vida no es algo que decida hacer a la ligera. No creo que nadie se quite la vida sin antes haberlo reflexionado profundamente durante un largo periodo de tiempo. De todas formas, estoy convencida que el derecho a poder hacerlo es uno de los derechos fundamentales que alguien puede llegar a tener en una sociedad libre. Pienso que la mayoría de lo que hace el mundo no tiene ningún sentido, pero el sentimiento con respecto a lo que estoy haciendo suena alto y claro en el interior del oído, en un lugar en el que no hay yo, sólo la calma. Amor eterno, Wendy”,
En fin, siempre nos quedará su música.
Recurrentemente, y ayudado por las sucesivas reencarnaciones del foro, caigo en la tentación de abrir un topic sobre esta mujer, a pesar de saberlo condenado. Tampoco es que me extrañe, tratándose de quien se trata. Demasiado punk para los heavys, demasiado heavy para los punks; Quizá se deba también al calado de las impresiones juveniles, porque guardo una de ellas de la primera vez que escuché su “voz”. Era el “Put your love on me” del Coup d’Etat, del 82, y Plasmatics ya tenían una leyenda a sus espaldas. De hecho, ese disco fue su final.
Probablemente los 70 fueron la década de los artistas conceptuales: Alice Cooper, Kiss, Sex Pistols... Plasmatics nacieron con un concepto iconoclasta y sexual, pero bajo el estigma de tener a una mujer tan desinhibida como Wendy al frente. Hoy en día, muchas se han aprovechado del tirón sexual que ella llevó hasta el extremo. Pero los Plasmatics y/o Wendy no fueron sólo eso. Que gente como Jean Beauvoir, Gene Simmons o Lemmy formaran parte de su historia, quizá podría orientarnos, pero también despistarnos. Porque Plasmatics fue el invento de un licenciado en Yale, un personaje llamado Rod Swensson que allá por finales de los 70 iba buscando su particular "concepto". Wendy, por entonces stripper, se lo sirvió en bandeja.
Reclutaron a varios músicos de las mismas alcantarillas de New York de las que habían salido Ramones o Dictators y decidieron hacer de cada show una experiencia visual impactante, lo que les acarreraría no pocos problemas con la ley, al tiempo que la tan deseada publicidad. Punk extremo aderezado con continuas referencias sexuales y agresividad a raudales eran su seña de identidad. Con estos ingredientes, como era de esperar por otro lado, pronto se hicieron conocidos en la gran manzana.
Sin embargo, Plasmatics recorrieron un camino que pocos han querido o sabido recorrer. Si su primer disco era totalmente punkarra, en el segundo, titulado "Beyond the valley of 1984" aparecían ya ritmos heavys, a la vez que la garganta de Wendy comenzaba a demostrar de lo que era capaz cuando se dedicaba a cantar. Musicalmente el disco cabalgaba entre el punk y el rock and roll sucio y salvaje a la Motorhead (no en vano, éstos harían una versión del "Masterplan" de este disco mientras Plasmatics hacían el "No class" de Lemmy, en un single de esos que tanto gustaban a éste; para más inri, cuenta la leyenda que la grabación de este single fue la gota que colmó el vaso para que Eddie Clarke abandonase Motorhead) aderezado con sonidos estilo Blondie, mientras que estéticamente las crestas punk se convertían en peinados mohicanos, con continuas referencias visuales al desierto, que luego emplearían también Blackie y sus WASP. Aparecían también por primera vez dos nuevos fichajes: al bajo Jean Beauvoir, luego productor de los Ramones; a la batería, el ex de la Alice Cooper Band, Neil Smith, y que grabó los álbumes fundamentales de Alicia en los 70.
Sería en su siguiente Ep "Metal priestess" donde la banda completaría su evolución hacia el heavy. Un tema como "Lunacy" merece ser oído, más teniendo en cuenta que estamos hablando de 1981. De hecho, algún capitoste de la Capitol debió hacerlo pues bajo dicho sello saldría lo que fue su canto del cisne: "Coup d'Etat", producido por nada menos que Dieter Dierks, que desplazó al que iba a ser el inicial productor: Dan Hartman!. El disco es - en mi opinión - lo más duro que se podía hacer en aquel tiempo, junto a, quizás lo que hacían también ya para esa época Udo y los suyos. Y es que no sólo musicalmente, sino que vocalmente, encuentro pocas gargantas capaces de llegar donde llegaba Wendy, excepción hecha del enano teutón y, si me apuráis, el jodido Eric Adams. El disco era tremendo, pero quizá la audiencia heavy no estaba preparada para semejante patada en las pelotas, viniendo además de una señorita vegetariana y defensora de los animales. Pero, desde luego, canciones como "Put your love on me", o este "Stop" del 82, han quedado para la historia:
Por no hablar del extraordinario "The Damned":
Sin embargo, el disco no cuajó como se esperaba, y como suele suceder en estos casos, el "concepto" quedó en segundo plano, en especial cuando Gene Simmons decidió meterse a producir. Así que Plasmatics pasaron a mejor vida, dando paso al primer disco en solitario de Wendy, "WOW", del 84, en el que toda reminiscencia anterior, al menos en las letras, pasaba a mejor vida en aras a la mayor gloria del bajista lingüista que, amén de producir, componía en compañía de Paul Stanley y demás la mayor parte de los temas del disco, que comenzaba con "I love sex" e "It's my life", que quizás habréis escuchado, para completar un disco - prácticamente - de Kiss, pero cantado por Wendy.
Había también, sin embargo, alguna pieza compuesta por Rod Swanson, el ideólogo en horas bajas: este "Opus in cm7"
Pero no habría manera, y, claro, los Simmons y compañía desaparecieron como llegaron; Wendy, por su parte, siguió a lo suyo, editando, ya en 1986, su segundo disco en solitario, titulado "Kommander of Kaos", tratando de recuperar la esencia perdida:
Fue inútil, aunque también hay que decir que en el final de su carrera hizo seguramente sus discos más extraños. En 1987, de nuevo junto a Plasmatics, editaba "Maggots: The record", una especie de cuento de serie B sobre la alienación de la especie humana, recuperando sus raíces musicales:
Aún más extraña sería su despedida, un disco en el que fusionaba rap y metal, "Ultrafly and the Hometown Girls - Deffest and Baddest", del 88.
Y no habría más; su retirada de los focos sería total, pasando a menesteres diferentes como cuidadora de animales salvajes, para 10 años después de su última aparición, dejarnos, con una nota que decía:
“El acto de quitarme la vida no es algo que decida hacer a la ligera. No creo que nadie se quite la vida sin antes haberlo reflexionado profundamente durante un largo periodo de tiempo. De todas formas, estoy convencida que el derecho a poder hacerlo es uno de los derechos fundamentales que alguien puede llegar a tener en una sociedad libre. Pienso que la mayoría de lo que hace el mundo no tiene ningún sentido, pero el sentimiento con respecto a lo que estoy haciendo suena alto y claro en el interior del oído, en un lugar en el que no hay yo, sólo la calma. Amor eterno, Wendy”,
En fin, siempre nos quedará su música.
