Noche de sensaciones, de blues, rock and roll, boogie, country, virtuosismo, entrega… Así más o menos se podría definir el concierto de Eric Sardinas & Big Motor en un Antzoki que presentó una excelente entrada
Hay que reconocer que Eric Sardinas se ha trabajado su carrera de forma inmejorable. Se le empezó a conocer por sus ‘teloneos’ a Steve Vai, luego comenzó a presentarse por libre y en cada venida la afluencia de público a sus actuaciones ha ido aumentando.
En Bilbao, Sardinas salió a por todas; jugueteó con su guitarra, cantó incluso a viva voz sin micrófono… Tampoco faltaron efluvios del blues del delta del Mississipi, las influencias de Stevie Ray Vaughan, George Thorogood o Tony Joe White, del que Sardinas y su banda interpretaron “As The Crow Flies”.
Destacar la sección rítmica que acompaño al principal protagonista de la noche, el bajista Lewell Price y el batería Patrick Caccia, sólidos como una roca y que tuvieron tiempo para lucirse con sus solos. Todos fueron protagonistas de uno de los momentos más emocionantes de la noche cuando en un palmo de terreno y con un micro para los tres ofrecieron una gema titulada “Gone To Menphis” en la que el empaste de las voces del trío fue espectacular y en la que Patrick Caccia llevaba el ritmo golpeando sus baquetas contra las tablas el escenario.
No faltó el momento ‘simbiosis’ con el respetable cuando en la parte final de la actuación Eric tocó entre el público, tanto el de la pista como el del piso de arriba que lo recibió alborozado.
Fueron dos horas y veinte de música con mayúsculas que fueron agradecidas por una audiencia que ovacionó con fruición cada nota.
