Fue un día que apuntaba maneras desde el inicio, rápido viaje de tres horas hasta la capital del Reino (haciendo trampas, lógicamente) y sin perdidas, con tiempo para hacer un poco de turismo por Moncloa... y en eso estábamos cuando nos topamos de frente con Jona, Eric y Crash que hacían lo propio, y como servidor iba equipado con la camiseta oficial de la banda, fueron muy amables y efusivos. No sé si serán siempre así de simpáticos con los fans (sospecho que sí), de lo que no cabe duda es de que saben de que va este negocio. Tras una breve charla, unas fotos y un “See you later” fuimos cada uno a lo nuestro. Mejor comienzo, imposible.
Ya en la sala, comprobamos que íbamos a oir a las bandas, porque lo que es ver, poca cosa se veía salvo que estuvieses en las primeras filas o midieses 2 metros, y es que fue un concierto de nivel... exactamente de medio metro que esa era la altura del escenario.
La sala es muy pequeña y con decoración añeja en madera con motivos astronómicos, por lo que el sonido fue bastante bueno, la mayor parte mérito de los técnicos, pese a que por el tamaño estuviésemos bastante apretados ya que fue “sold out”.
Pasadas las 21h. Salieron al escenario Eden Lost, el grupo de Ignacio Prieto ex-Atlas y desde el comienzo ya pudimos comprobar que no se conformaban con ser un mero “sparring” y que iban a ponerle las cosas difíciles a los suecos.
Dicho y hecho, una tras otra fueron echando canciones de sus discos con preponderancia del último “Break the silence” (que compramos allí mismo y que es muy bueno) arrancando encendidas y prolongadas ovaciones de un público al que se metieron rápidamente en el bolsillo, porque sonaban de muerte, profesionales y muy compactos.
El momento cumbre fue cuando atacaron el “No eres nadie” de los míticos Sangre Azul, que puso la sala patas arriba (si no lo estaba ya) y que en parte es culpable de la afonía que tengo hoy. Espectaculares Eden Lost, un grupo muy grande.
Media hora después de que Eden Lost abandonasen las tablas, saltaban a ellas H.E.A.T conscientes de lo difícil que era mejorar lo visto poco antes y no dejaron títere con cabeza. Sonido nítido, un pelín bajo (es mejor así) e instrumentos muy bien equilibrados oyéndose un poco menos desde mi posición la guitarra de Rivers.
Salieron enchufadísimos, con un hiperactivo Eric que es un front-man ideal en todos los aspectos, un cúmulo de puro nervio que no dejó en paz al público, contagiando a sus compañeros de esa vitalidad, acompañada de una muy buena calidad como cantante y haciendo que disfrutásemos de más de hora y media de himnos irrepetibles entre voces, saltos y demás señales evidentes que se dan en el público cuando éste se divierte ya que lo que se oía, era de bandera.
Atacaron prácticamente casi todos los temas del debut y de su última obra, pasando totalmente del “Freedom Rock”, lo cual resultó sorprendente, entre algunas frases en aceptable castellano por parte de Eric, que es un “salao”... ”Sé decir Amparo está debajo de la mesa”, espetó entre las risas del respetable.
El público demostró saberse las canciones cuando era reclamado para cantar con la banda, aunque, no es que cantásemos excesivamente bien, más bien al contrario.
El manejo del tempo del concierto, así como la ubicación de temas en el set list fueron perfectos, sintiéndose momentos realmente brillantes de comunión entre banda y público.
Tocaron 3 bises, con excursión de Eric en volandas por el aforo y espectacular solo de batería de Crash, retirándose entre fotos con el público y una ovación cerrada.
Por lo que pude percibir de parte de algunos conocidos presentes, fue un grandísimo concierto y a mí también me lo pareció. Estamos ante una banda a la que no se le ve el límite y que son de primera división, a nivel técnico y artístico.
No sé si Amparo seguirá bajo la mesa, pero H.E.A.T sobre un escenario y a día de hoy, es de lo mejor, si no lo mejor que se puede ver y ayer lo demostraron, hay cosas que no se pagan con dinero y este concierto es una de ellas.
Ya en la sala, comprobamos que íbamos a oir a las bandas, porque lo que es ver, poca cosa se veía salvo que estuvieses en las primeras filas o midieses 2 metros, y es que fue un concierto de nivel... exactamente de medio metro que esa era la altura del escenario.
La sala es muy pequeña y con decoración añeja en madera con motivos astronómicos, por lo que el sonido fue bastante bueno, la mayor parte mérito de los técnicos, pese a que por el tamaño estuviésemos bastante apretados ya que fue “sold out”.
Pasadas las 21h. Salieron al escenario Eden Lost, el grupo de Ignacio Prieto ex-Atlas y desde el comienzo ya pudimos comprobar que no se conformaban con ser un mero “sparring” y que iban a ponerle las cosas difíciles a los suecos.
Dicho y hecho, una tras otra fueron echando canciones de sus discos con preponderancia del último “Break the silence” (que compramos allí mismo y que es muy bueno) arrancando encendidas y prolongadas ovaciones de un público al que se metieron rápidamente en el bolsillo, porque sonaban de muerte, profesionales y muy compactos.
El momento cumbre fue cuando atacaron el “No eres nadie” de los míticos Sangre Azul, que puso la sala patas arriba (si no lo estaba ya) y que en parte es culpable de la afonía que tengo hoy. Espectaculares Eden Lost, un grupo muy grande.
Media hora después de que Eden Lost abandonasen las tablas, saltaban a ellas H.E.A.T conscientes de lo difícil que era mejorar lo visto poco antes y no dejaron títere con cabeza. Sonido nítido, un pelín bajo (es mejor así) e instrumentos muy bien equilibrados oyéndose un poco menos desde mi posición la guitarra de Rivers.
Salieron enchufadísimos, con un hiperactivo Eric que es un front-man ideal en todos los aspectos, un cúmulo de puro nervio que no dejó en paz al público, contagiando a sus compañeros de esa vitalidad, acompañada de una muy buena calidad como cantante y haciendo que disfrutásemos de más de hora y media de himnos irrepetibles entre voces, saltos y demás señales evidentes que se dan en el público cuando éste se divierte ya que lo que se oía, era de bandera.
Atacaron prácticamente casi todos los temas del debut y de su última obra, pasando totalmente del “Freedom Rock”, lo cual resultó sorprendente, entre algunas frases en aceptable castellano por parte de Eric, que es un “salao”... ”Sé decir Amparo está debajo de la mesa”, espetó entre las risas del respetable.
El público demostró saberse las canciones cuando era reclamado para cantar con la banda, aunque, no es que cantásemos excesivamente bien, más bien al contrario.
El manejo del tempo del concierto, así como la ubicación de temas en el set list fueron perfectos, sintiéndose momentos realmente brillantes de comunión entre banda y público.
Tocaron 3 bises, con excursión de Eric en volandas por el aforo y espectacular solo de batería de Crash, retirándose entre fotos con el público y una ovación cerrada.
Por lo que pude percibir de parte de algunos conocidos presentes, fue un grandísimo concierto y a mí también me lo pareció. Estamos ante una banda a la que no se le ve el límite y que son de primera división, a nivel técnico y artístico.
No sé si Amparo seguirá bajo la mesa, pero H.E.A.T sobre un escenario y a día de hoy, es de lo mejor, si no lo mejor que se puede ver y ayer lo demostraron, hay cosas que no se pagan con dinero y este concierto es una de ellas.
Crónica: Óscar L. González (Mendo)
Fotos: Juanan (Lord Ford Sammet)
