QUIQUE GONZÁLEZ - PERSONAL
DISCOGRÁFICA: POLYGRAM
ESTILO: ROCK
PRODUCTOR: CARLOS RAYA
FORMACIÓN:
QUIQUE GONZÁLEZ: VOZ Y ARMÓNICA
BORI ALARCÓN: B-3, PIANO
CARLOS RAYA: BAJO, GUITARRAS, VOZ
PACO GARCÍA: BATERÍAS, PERCUSIÓN
COROS: PABLO PEREA, JOSÉ NORTES, QUECO HIRALDO, PHILIPPA SKILLMAN
TRACKLIST:
PERSONAL
A VECES SE ME OLVIDA
NO TE ARREPIENTAS
Y LOS CONSERJES DE NOCHE
CUANDO ÉRAMOS REYES
MÚSICO DE GUARDIA
SE NOS IBA LA VIDA
DE TANTO QUE LO INTENTÉ
CON VISTAS LA MAR
EL CONTESTADOR
FITO
Se cumplen diez años de la publicación de Personal de Quique González. Quizás diez años no son suficientes para clasificar una obra como clásica, pero como el tiempo no es el único ingrediente que tenemos en cuenta a la hora de hacer esta clasificación, y el rock en español no es que pueda presumir, precisamente, de andar sobrado de grandes obras en los últimos años, considero que merece ser tratado así. Y es por varios motivos.
En primer lugar, creo que es un disco de una categoría superlativa. Un buen amigo mío me dijo que había encontrado en una tienda un disco de un tal Quique González...
- pues vaya nombre más rockero...
que estaba producido por Carlos Raya...
- ¡el guitarra de Sangre Azul!...
... y que la portada prometía...
- un tío, con una chupa de cuero y guitarra en mano en pose de maldito.
Cuando lo escuchó me dijo que lo comprara inmediatamente...
- Lo necesitas. Es lo mejor que he escuchado en años.
Y tenía razón. Personal es uno de los mejores discos de los últimos diez años. Se trata de rock americano al estilo Tom Petty, que tanto le gusta a Quique, con una producción envidiable y unas canciones soberbias.
El disco se abre con el tema homónimo “Personal” en el que lo primero que oímos son unas guitarras muy de rock americano y a la que se incorporan pocos segundos después el resto de instrumentos. Ese sonido maravilloso de una banda tocando a la vez, sin estridencias, es inolvidable. La voz de Quique González, cálida, sin muchos matices (no ha cantado nunca mejor que en este disco) pues no es un gran cantante, y los arreglos fantásticos de Carlos Raya en las guitarras y los coros ya aseguran a cualquiera que está ante un disco especial. No creo que se haya grabado en España un disco como éste, ni antes ni después. E inmediatamente empiezan a llamar la atención las cuidadas letras, profundas, plenas de significados.
Más alejada del rock está “A veces se me olvida”, aunque es un tema sobre músicos y música, más original que la mayoría. El tema se convierte en tópico en un buen puñado de las canciones de este trabajo, pero alejándose de lugares comunes y elevándose sobre los más manidos recursos del género. Como dice el disco, más personal y enlazando con la tradición norteamericana del artista creador y sus creaciones. Es una canción suave, tranquila y muy humilde.
En mi opinión, la primera joya del disco está en “No te arrepientas”, espectacular canción con un trabajo de guitarras cuidadísimo, los dedos deslizándose por las cuerdas y unos coros magníficos. El Hammond y la armónica completan ese sonido que convierten a éste en otro tema que recuerda muchísimo al rock de raíces americano de la escuela Tom Petty o Neil Young. Al igual que la más popular de sus composiciones para este primer trabajo “Y los conserjes de noche” (durante algún tiempo llamó a su banda así; Tom Petty tiene a los Heartbreakers...); otra composición sobre músicos, giras, insomnios, bares... Una canción grandiosa, intensísima y sincera.
Y de aquí al final el disco es tan bueno que debería estar expuesto en un museo. El tema favorito de muchos es “Cuando éramos reyes”. Cualquiera se puede imaginar a Carlos Raya reflejado en esta canción que habla sobre los años 80. Una base rockera clásica y unos coros a lo Sangre Azul hacen del tema un clásico absoluto del rock español, a pesar de que no sea conocido. Al menos debería serlo. Como la gran composición del disco: “Músico de guardia”. Una canción sobresaliente, de numerosos matices que se puede escuchar infinidad de veces sin llegar a cansar. Además contiene un exquisito solo de guitarra al final del tema que en directo era sensacional a cargo de Carlos Raya. Intensidad, riqueza de matices y sentimientos, rock y una letra perfecta.
“Se nos iba la vida” es otra canción que nos lleva a historias lejanas, acabadas y con un sentimiento intensamente nostálgico. Guitarras acústicas y hammond son la alfombra por la que suavemente se desliza este tema pegadizo y muy sugerente.
Uno de mis temas favoritos es “De tanto que lo intenté”. Un riff de guitarra contagioso, contundente al que da entrada el “Un, dos, tres, sí” y que comienza con un bajo introductorio aportando un clímax prometedor. Los arpegios en el estribillo son un hallazgo genial, los coros de fondo una delicia.
La maravillosa “Con vistas al mar”, emocionante, llena de sensibilidad y poesía es para enmarcar. La línea melódica de guitarra ya transmite una sensación de tristeza y energía contenida. Aunque para contrastar nos regalen “El contestador”, el tema más rápido del disco, más rockero y macarra; y para acabar “Fito”, quizás la menos apreciada por acercarse más al estilo cantautor, a pesar de ser una muy buena canción.
Sé que es un disco que tiene poco tiempo, que presenta un tipo de rock poco habitual en nuestro país y cuyo autor ha tenido una trayectoria que lo ha ido alejando de este tipo de rock que tanto echamos de menos algunos de los que lo descubrimos en su primer trabajo. Puede que para algunos no sea un clásico, pero es indudable que es uno de los mejores discos publicados en los últimos diez años. Los que vimos sus conciertos de aquella época y los de la gira posterior de Salitre 48, no lo vamos a olvidar.
En primer lugar, creo que es un disco de una categoría superlativa. Un buen amigo mío me dijo que había encontrado en una tienda un disco de un tal Quique González...
- pues vaya nombre más rockero...
que estaba producido por Carlos Raya...
- ¡el guitarra de Sangre Azul!...
... y que la portada prometía...
- un tío, con una chupa de cuero y guitarra en mano en pose de maldito.
Cuando lo escuchó me dijo que lo comprara inmediatamente...
- Lo necesitas. Es lo mejor que he escuchado en años.
Y tenía razón. Personal es uno de los mejores discos de los últimos diez años. Se trata de rock americano al estilo Tom Petty, que tanto le gusta a Quique, con una producción envidiable y unas canciones soberbias.
El disco se abre con el tema homónimo “Personal” en el que lo primero que oímos son unas guitarras muy de rock americano y a la que se incorporan pocos segundos después el resto de instrumentos. Ese sonido maravilloso de una banda tocando a la vez, sin estridencias, es inolvidable. La voz de Quique González, cálida, sin muchos matices (no ha cantado nunca mejor que en este disco) pues no es un gran cantante, y los arreglos fantásticos de Carlos Raya en las guitarras y los coros ya aseguran a cualquiera que está ante un disco especial. No creo que se haya grabado en España un disco como éste, ni antes ni después. E inmediatamente empiezan a llamar la atención las cuidadas letras, profundas, plenas de significados.
Más alejada del rock está “A veces se me olvida”, aunque es un tema sobre músicos y música, más original que la mayoría. El tema se convierte en tópico en un buen puñado de las canciones de este trabajo, pero alejándose de lugares comunes y elevándose sobre los más manidos recursos del género. Como dice el disco, más personal y enlazando con la tradición norteamericana del artista creador y sus creaciones. Es una canción suave, tranquila y muy humilde.
En mi opinión, la primera joya del disco está en “No te arrepientas”, espectacular canción con un trabajo de guitarras cuidadísimo, los dedos deslizándose por las cuerdas y unos coros magníficos. El Hammond y la armónica completan ese sonido que convierten a éste en otro tema que recuerda muchísimo al rock de raíces americano de la escuela Tom Petty o Neil Young. Al igual que la más popular de sus composiciones para este primer trabajo “Y los conserjes de noche” (durante algún tiempo llamó a su banda así; Tom Petty tiene a los Heartbreakers...); otra composición sobre músicos, giras, insomnios, bares... Una canción grandiosa, intensísima y sincera.
Y de aquí al final el disco es tan bueno que debería estar expuesto en un museo. El tema favorito de muchos es “Cuando éramos reyes”. Cualquiera se puede imaginar a Carlos Raya reflejado en esta canción que habla sobre los años 80. Una base rockera clásica y unos coros a lo Sangre Azul hacen del tema un clásico absoluto del rock español, a pesar de que no sea conocido. Al menos debería serlo. Como la gran composición del disco: “Músico de guardia”. Una canción sobresaliente, de numerosos matices que se puede escuchar infinidad de veces sin llegar a cansar. Además contiene un exquisito solo de guitarra al final del tema que en directo era sensacional a cargo de Carlos Raya. Intensidad, riqueza de matices y sentimientos, rock y una letra perfecta.
“Se nos iba la vida” es otra canción que nos lleva a historias lejanas, acabadas y con un sentimiento intensamente nostálgico. Guitarras acústicas y hammond son la alfombra por la que suavemente se desliza este tema pegadizo y muy sugerente.
Uno de mis temas favoritos es “De tanto que lo intenté”. Un riff de guitarra contagioso, contundente al que da entrada el “Un, dos, tres, sí” y que comienza con un bajo introductorio aportando un clímax prometedor. Los arpegios en el estribillo son un hallazgo genial, los coros de fondo una delicia.
La maravillosa “Con vistas al mar”, emocionante, llena de sensibilidad y poesía es para enmarcar. La línea melódica de guitarra ya transmite una sensación de tristeza y energía contenida. Aunque para contrastar nos regalen “El contestador”, el tema más rápido del disco, más rockero y macarra; y para acabar “Fito”, quizás la menos apreciada por acercarse más al estilo cantautor, a pesar de ser una muy buena canción.
Sé que es un disco que tiene poco tiempo, que presenta un tipo de rock poco habitual en nuestro país y cuyo autor ha tenido una trayectoria que lo ha ido alejando de este tipo de rock que tanto echamos de menos algunos de los que lo descubrimos en su primer trabajo. Puede que para algunos no sea un clásico, pero es indudable que es uno de los mejores discos publicados en los últimos diez años. Los que vimos sus conciertos de aquella época y los de la gira posterior de Salitre 48, no lo vamos a olvidar.
AUTOR: Joserra
