JEFF SCOTT SOTO – BEAUTIFUL MESS
80/100
DISCOGRÁFICA: SEWTOE MUSIC
ESTILO: ROCK
PRODUCTOR: PAULO MENDONÇA
VOZ: JEFF SCOTT SOTO
GUITARRA: HOWIE SIMON
BAJO GARY SCHUTT
BATERÍA: DAVE
TRACK LIST
1. 21 ST CENTURY
2. CRY ME A RIVER
3. GIN & TONIC SKY
4. HEY
5. BROKEN MAN
6. MOUNTAIN
7. OUR SONG
8. EYE
9. BRING IT HOME
10. TESTIFY
11. WHEREVER YOU WANNA GO
12. KICK IT
Con algunos cantantes ocurre lo que con determinados actores: que vamos a ver lo que hagan, sin importarnos si la película es buena o mala porque vamos a disfrutar de su presencia, de lo que hacen, de sus gestos, de su interpretación... Jeff Scott Soto es para muchos uno de estos ejemplos. Su sola voz, su forma de cantar es suficiente reclamo para que un agradecido puñado de fans corra a escuchar lo que ha hecho en su última entrega discográfica. Y él lo sabe.
Beautiful mess es un disco característico de la carrera de JSS, mezcla de soul, funky, rock, pop, música de los 70... y rock. Con esto sabemos que el buen gusto está asegurado, sin embargo también es seguro que no va a gustar a los más rockeros seguidores de este extraordinario intérprete. Para que los interesados se hagan una idea el disco se ubicaría a medio camino de If I could fly de Thomas Vikström y Azalea place de Joey Tempest, con lo que no estoy comparando la calidad de los discos, sino el sonido del disco de JSS, menos rockero que el primero y algo más que el segundo. Sin duda a quien le gusten estos discos disfrutará con Beautiful mess. Las bases pregrabadas funcionan a la perfección, los efectos, los “ruiditos” están presentes y eso echará para atrás a algunos. Quizás haya quien esté pensando en Love parade pero, aunque en concepto es parecido, la nueva entrega de JSS es infinitamente mejor, más introspectiva, más delicada, menos experimental.
El peligro que tiene este tipo de trabajos es pasar desapercibido entre el público rockero, que es quien conoce a este artista, y no llegar al resto, que no lo conoce. Los primeros tienden a rechazar este tipo de producto por alejarse de sus gustos habituales, lo cual es razonable, pero se van a perder un disco delicioso, delicadísimo, excelentemente interpretado, de un gusto exquisito y no exento de fuerza, de ganas (“Testify” sería una buena muestra de lo que digo). Un placer para los oídos al que uno no se puede resistir tras un par de escuchas. Las melodías son un verdadero deleite: pegadizas, contagiosas y sensibles. La interpretación de JSS es sencillamente magnífica, magistral, dotando a cada uno de los temas de multitud de matices, adornando las notas, los coros, llenando los espacios y con una capacidad envidiable para transmitir sensaciones. La sentida “Broken man” es sólo un ejemplo, pero sus influencias soul aparecen igualmente en Cry me a river. La más rockera “Mountain”, la adornada con sonidos funky-rock “21st century” o la hard rockera “Our song”, fantástica canción cercana a sus sonidos más reconocibles por la mayoría, son temas tan destacables como el resto.
Desgraciadamente el disco no llamará demasiado la atención a pesar de que tras escuchar “Eye” o “Hey” uno piense que por qué no se hacen más discos como este espléndido Beautiful mess, aunque la respuesta sea obvia.
Beautiful mess es un disco característico de la carrera de JSS, mezcla de soul, funky, rock, pop, música de los 70... y rock. Con esto sabemos que el buen gusto está asegurado, sin embargo también es seguro que no va a gustar a los más rockeros seguidores de este extraordinario intérprete. Para que los interesados se hagan una idea el disco se ubicaría a medio camino de If I could fly de Thomas Vikström y Azalea place de Joey Tempest, con lo que no estoy comparando la calidad de los discos, sino el sonido del disco de JSS, menos rockero que el primero y algo más que el segundo. Sin duda a quien le gusten estos discos disfrutará con Beautiful mess. Las bases pregrabadas funcionan a la perfección, los efectos, los “ruiditos” están presentes y eso echará para atrás a algunos. Quizás haya quien esté pensando en Love parade pero, aunque en concepto es parecido, la nueva entrega de JSS es infinitamente mejor, más introspectiva, más delicada, menos experimental.
El peligro que tiene este tipo de trabajos es pasar desapercibido entre el público rockero, que es quien conoce a este artista, y no llegar al resto, que no lo conoce. Los primeros tienden a rechazar este tipo de producto por alejarse de sus gustos habituales, lo cual es razonable, pero se van a perder un disco delicioso, delicadísimo, excelentemente interpretado, de un gusto exquisito y no exento de fuerza, de ganas (“Testify” sería una buena muestra de lo que digo). Un placer para los oídos al que uno no se puede resistir tras un par de escuchas. Las melodías son un verdadero deleite: pegadizas, contagiosas y sensibles. La interpretación de JSS es sencillamente magnífica, magistral, dotando a cada uno de los temas de multitud de matices, adornando las notas, los coros, llenando los espacios y con una capacidad envidiable para transmitir sensaciones. La sentida “Broken man” es sólo un ejemplo, pero sus influencias soul aparecen igualmente en Cry me a river. La más rockera “Mountain”, la adornada con sonidos funky-rock “21st century” o la hard rockera “Our song”, fantástica canción cercana a sus sonidos más reconocibles por la mayoría, son temas tan destacables como el resto.
Desgraciadamente el disco no llamará demasiado la atención a pesar de que tras escuchar “Eye” o “Hey” uno piense que por qué no se hacen más discos como este espléndido Beautiful mess, aunque la respuesta sea obvia.
Joserra
