S.O.T.O - INSIDE THE VERTIGO
76/100
DISCOGRÁFICA: EARMUSIC
ESTILO: HEAVY, METAL, ROCK
PRODUCTOR: JEFF SCOTT SOTO
MÚSICOS:
CANTANTE Y COROS: JEFF SCOTT SOTO
GUITARRAS: MIKE ORLANDO, TONY DICKINSON, CONNOR ENGSTROM, LEO MANCINI, GARY SCHUTT, DIEGO AMELIN, AL PITRELLI, HUGO MARIUTTI, JORGE SALÁN, BJ, JASON BIELER, CHRIS FEENER
BAJO: HENRIQUE BABOOM, DAVIS Z, MIKE ORLANDO, TONY DICKINSON, GARY SCHUTT, CHRIS MCLEMON, CARLOS GIBAJA
BATERÍA: EDU COMINATO, CASEY GRILLO, MIKEORLANDO
TRACKLIST:
FINAL SAY
THE FALL
WRATH
BREAK
NARCISSISTICALLY YOURS
END OF DAYS
INSIDE THE VERTIGO
WHEN I’M OLDER
TRANCE
JEALOUSY
KARMA’S KISS
FALL TO PIECES
De manera inmediata el receptor es consciente de que Jeff Scott Soto ha buscado un sonido premeditamente moderno para su nuevo trabajo Inside the vertigo, para el que incluso ha cambiado el nombre de la banda, su banda, su propio nombre. No sé si como modo de desligarse levemente (muy levemente) de lo que le puede hacer reconocible para algunos sin dejar de ser él mismo.
La conocida tendencia de los músicos a adaptarse a las nuevas modas no suele dar buen resultado, ya que ni los que los siguen suelen gustar de cambios ni los nuevos aceptan en su rebaño con muchas ganas a anteriores miembros de otras tribus, por muy parecidos a la suya que sean. Además de que en la mayoría de los casos esta adaptación se hace buscando más el éxito comercial que no se alcanza que como consecuencia de unas inquietudes musicales legítimas.
El caso de S.O.T.O, de un músico al que admiramos sin duda, posiblemente tenga algo de las dos, aunque sospecho que tiene más que ver con la búsqueda de nuevos seguidores que con un auténtico interés por cambiar de aires, pese a que Soto indica que para este disco ha vuelto a sus raíces heavies (algo que se aprecia en alguna canción del álbum al estilo Yngwie J. Malmsteen) y ha volcado parte de la rabia acumulada durante los últimos años. Aunque Inside the vertigo no es ni mucho menos un disco de tendencia extrema: Soto no abandona su natural comercialidad ni el gusto por las melodías, ni tampoco fuerza un sonido artificioso, excepto en la menos atractiva “Trance” (a pesar del pegadizo estribillo) o en la incomprensible “Karma’s kiss”, que roza los sonidos a lo Sepultura y cosas en ese plan, regada con las melodías de la voz de su intérprete. Dokken ofreció algo parecido en su Dysfunctional con excelentes resultados, si bien en el momento de su publicación fue poco apreciado o comprendido.
Por otro lado, rara es la canción que no se beneficia de cambios de ritmo, estructuras cambiantes, o puentes sorpresivos. A todo esto hay que añadir unos pocos ruiditos modernos por aquí y por allá, sonidos electrónicos que no dejan de tener gracia, y unas guitarras con sonido sucio o más grave en las rítmicas pero clásico en las solistas.
Gracias al arraigo de Soto a sus señas de identidad el disco es, como poco, muy entretenido y con momentos muy conseguidos. Inside the vertigo por lo tanto se disfruta aunque no emocione, y eso que no es raro que varias de las melodías del disco aparezcan en la cabeza de uno a lo largo del día.
Así hay canciones que impactan por su fuerza y contundencia a la primera escucha, caso de la chulísima “The fall” o la inicial “Final say”, la cañera a lo Testament “Wrath” en las que da gusto recuperar al Soto cantando tan bien como siempre, incluso dando gritos heavys que les van a las canciones estupendamente. En esta última se mezclan sabiamente los ritmos pesados (a las guitarras está Gus G.), las melodías vocales, y se beneficia de un puente de rock clásico coreable que gusta. “Narcissisticaly yours” se pega la condenada con sus guitarras y ritmos entrecortados. A este grupo sumaría “Fail to pieces”, la canción más clásica del disco, compuesta e interpretada junto a Jorge Salán.
Encontramos una pieza de casi nueve minutos, más compleja y con muchas variaciones, coros con niños, ambiental en su parte inicial, que se titula “End of days”. Ni mejor ni peor que las otras. Diferente.
Otra canción que destacaría es “Jealousy”, que incluye un sonido de teclados de fondo al estilo contemporáneo que produce un atractivo contraste con la base rítmica de la canción y las melodías del estribillo.
Los músicos que acompañan a Soto y que han compuesto las canciones junto a él dan cierta variedad al álbum sin perder homogeneidad.
Aunque uno se queje de que a JSS no le haya salido un disco redondo, creo que no son muchos los músicos que pueden ofrecer un entretenimiento de este nivel, arriesgado sin perder sus rasgos característicos, diferente y variado, y con un puñado de canciones potentes y disfrutables.
Como detalle, JSS ha querido que el disco se publique el 30 de enero, fecha de nacimiento de su amigo, el inolvidable Marcel Jacob.
La conocida tendencia de los músicos a adaptarse a las nuevas modas no suele dar buen resultado, ya que ni los que los siguen suelen gustar de cambios ni los nuevos aceptan en su rebaño con muchas ganas a anteriores miembros de otras tribus, por muy parecidos a la suya que sean. Además de que en la mayoría de los casos esta adaptación se hace buscando más el éxito comercial que no se alcanza que como consecuencia de unas inquietudes musicales legítimas.
El caso de S.O.T.O, de un músico al que admiramos sin duda, posiblemente tenga algo de las dos, aunque sospecho que tiene más que ver con la búsqueda de nuevos seguidores que con un auténtico interés por cambiar de aires, pese a que Soto indica que para este disco ha vuelto a sus raíces heavies (algo que se aprecia en alguna canción del álbum al estilo Yngwie J. Malmsteen) y ha volcado parte de la rabia acumulada durante los últimos años. Aunque Inside the vertigo no es ni mucho menos un disco de tendencia extrema: Soto no abandona su natural comercialidad ni el gusto por las melodías, ni tampoco fuerza un sonido artificioso, excepto en la menos atractiva “Trance” (a pesar del pegadizo estribillo) o en la incomprensible “Karma’s kiss”, que roza los sonidos a lo Sepultura y cosas en ese plan, regada con las melodías de la voz de su intérprete. Dokken ofreció algo parecido en su Dysfunctional con excelentes resultados, si bien en el momento de su publicación fue poco apreciado o comprendido.
Por otro lado, rara es la canción que no se beneficia de cambios de ritmo, estructuras cambiantes, o puentes sorpresivos. A todo esto hay que añadir unos pocos ruiditos modernos por aquí y por allá, sonidos electrónicos que no dejan de tener gracia, y unas guitarras con sonido sucio o más grave en las rítmicas pero clásico en las solistas.
Gracias al arraigo de Soto a sus señas de identidad el disco es, como poco, muy entretenido y con momentos muy conseguidos. Inside the vertigo por lo tanto se disfruta aunque no emocione, y eso que no es raro que varias de las melodías del disco aparezcan en la cabeza de uno a lo largo del día.
Así hay canciones que impactan por su fuerza y contundencia a la primera escucha, caso de la chulísima “The fall” o la inicial “Final say”, la cañera a lo Testament “Wrath” en las que da gusto recuperar al Soto cantando tan bien como siempre, incluso dando gritos heavys que les van a las canciones estupendamente. En esta última se mezclan sabiamente los ritmos pesados (a las guitarras está Gus G.), las melodías vocales, y se beneficia de un puente de rock clásico coreable que gusta. “Narcissisticaly yours” se pega la condenada con sus guitarras y ritmos entrecortados. A este grupo sumaría “Fail to pieces”, la canción más clásica del disco, compuesta e interpretada junto a Jorge Salán.
Encontramos una pieza de casi nueve minutos, más compleja y con muchas variaciones, coros con niños, ambiental en su parte inicial, que se titula “End of days”. Ni mejor ni peor que las otras. Diferente.
Otra canción que destacaría es “Jealousy”, que incluye un sonido de teclados de fondo al estilo contemporáneo que produce un atractivo contraste con la base rítmica de la canción y las melodías del estribillo.
Los músicos que acompañan a Soto y que han compuesto las canciones junto a él dan cierta variedad al álbum sin perder homogeneidad.
Aunque uno se queje de que a JSS no le haya salido un disco redondo, creo que no son muchos los músicos que pueden ofrecer un entretenimiento de este nivel, arriesgado sin perder sus rasgos característicos, diferente y variado, y con un puñado de canciones potentes y disfrutables.
Como detalle, JSS ha querido que el disco se publique el 30 de enero, fecha de nacimiento de su amigo, el inolvidable Marcel Jacob.
AUTOR: Joserra
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