7 ALMAS - NUEVA TIERRA
81/100
DISCOGRÁFICA: THE FISH FACTORY
ESTILO: HARD ROCK
PRODUCTORES: ÓSCAR J. LÓPEZ Y WILL MAYA
MÚSICOS
ISRAEL HERNANSÁIZ - VOZ
ÓSCAR J. LÓPEZ - GUITARRA Y COROS
ÓSCAR SALAS (CHEROKEE) - BAJO Y COROS
CARLOS MORA - TECLAS
DAVID SAURA - BATERÍA
TRACKLIST
NUEVA TIERRA
DÓNDE ESTÁ TU AMOR
ESPERÁNDOTE
BUSCANDO
MÁS ALLÁ
VAMPIROS DE TRAJE
DISPUESTO Y PIE
TE SIENTO LEJOS
ALLÍ ESTARÉ
LIBRE
LA DIOSA DEL TEMPLO
HASTA EL AMANECER
Impresiona. La primera escucha de Nueva Tierra deja al oyente asombrado por lo compacto del sonido, el gran trabajo de las guitarras de Óscar J. López (tanto en las omnipresentes rítmicas como en los solos), la base rítmica de bajo a cargo de Óscar Salas (quizás un poco al fondo del sonido) y la batería del tristemente desaparecido David Saura funciona muy bien, el teclado versátil de Carlos Mora, y, casi por encima de todo ello, la voz de Israel Hernansáiz, con mucho cuerpo, ligeramente desgarrada y muy potente. Siempre nos quejamos de lo difícil que es encontrarse con un cantante de estas características; pues éstos lo tienen.
El hecho de que el comienzo de esta banda fuese un grupo de homenaje a Whitesnake no es anecdótico, ya que, particularmente en las guitarras, la influencia del período de los años ochenta de aquella formación es fácilmente reconocible. En realidad es un tipo de álbum poco frecuente en nuestro país, un rock blues vestido de hard rock, muy melódico en la línea vocal, con coros muy intuitivos y bien trabajados, y potente en la instrumentación.
No sólo los de Coverdale (sean quienes demonios sean ahora) son influencia en 7 Almas. Los inevitables Sangre Azul se hacen presentes a lo largo del disco: el comienzo del álbum con “Nueva Tierra” suena tanto a unos como a otros; el ejemplo que me resulta más evidente con respecto a los segundos es una de mis favoritas: “Te siento lejos”, con unos coros muy bien ejecutados, un estribillo muy bueno, un fantástico solo de guitarra, en la que las rítmicas me suenan mucho a los de Carlos Raya. ¿Y por qué no?, también Tyketto, tanto en la forma de cantar de Israel como en el conjunto en la canción “Esperándote” por ejemplo, muy del estilo de guitarras acústicas y eléctricas de la banda de Danny Vaughn. Lo de Whitesnake es muy evidente en “Buscando” la cual, tras unas escuchas, uno tiene claro que suena mucho, mucho a “Fool for your loving”, por la estructura y los arreglos de la canción.
La contundencia del sonido de 7 Almas queda patente en “¿Dónde está tu amor?”, muy bien construida, con detalles de clase en los coros y en una parte del solo con unas guitarras dobladas. Israel lo hace tremendamente bien en los tonos bajos y medios (también en los altos), pero me gusta en esa tonalidad, me agradaría que explotara más esa parte y abusara menos de los agudos, pues resulta a veces un poco agotador. Otro ejemplo de esto sería “Allí estaré”, muy alto todo el tiempo en el estribillo. Un tono más alto no siempre eleva la intensidad. En cambio “Esperándote” está muy bien interpretada, sin tanta subida de tono, mucho más controlado.
Más del estilo 70’s es “Libre”, que tiene un solo a dos bandas de guitarra y órgano Hammond muy chulo. A ésta continúa una canción totalmente 80’s de escuela española, “La diosa del templo”, de ritmo más rápido, que podría evocar los discos de Avalanch con Víctor García. Y siguiendo la línea patria nombraría la canción que cierra el disco: “Hasta el amanecer”, que me suena mucho a Beethoven R., una canción muy de su estilo, divertida, con un ritmo de guitarras muy clásico.
Hay dos baladas, las dos muy acertadas con buenos estribillos, coreable la primera y, en mi opinión, mejor la segunda si no fuera por lo que comentaba de los tonos altos y… las letras. Otros oyentes no pensarán lo mismo. Seguramente sea uno de los aspectos mejorables: unas letras poco pulidas, construidas como por inercia (el comienzo del disco con “Un día más en la ciudad” está muy sobado), algunos errores de concordancia algo molestos, y rimas perezosas en algún caso. No son malas letras, desde luego, pero “Vampiros de traje”, una canción de crítica social como se intuye por el título, merece una letra más trabajada porque si no los lugares comunes se tragan el contenido. Por otro lado, el humanismo de algunas de las letras, las buenas intenciones y el optimismo se agradecen. “Nueva Tierra” queda muy bien, transmite y contagia el mensaje.
Lo cierto es que el grupo se merece lo mejor. Ha hecho un excelente trabajo. Hacía tiempo que no disfrutábamos de una propuesta dentro del hard rock de tan buen nivel musical, con un sonido tan bueno, y tan prometedor. Merecen que el público, ese que tantas veces se queja de que no hay bandas lo suficientemente buenas del estilo, responda y les proporcione una carrera lo suficientemente larga para que todas esas promesas cuajen y tengan el progreso necesario, tengan tiempo para profundizar en su música y nos den más momentos tan disfrutables como el de su sorprendente primer disco.
El hecho de que el comienzo de esta banda fuese un grupo de homenaje a Whitesnake no es anecdótico, ya que, particularmente en las guitarras, la influencia del período de los años ochenta de aquella formación es fácilmente reconocible. En realidad es un tipo de álbum poco frecuente en nuestro país, un rock blues vestido de hard rock, muy melódico en la línea vocal, con coros muy intuitivos y bien trabajados, y potente en la instrumentación.
No sólo los de Coverdale (sean quienes demonios sean ahora) son influencia en 7 Almas. Los inevitables Sangre Azul se hacen presentes a lo largo del disco: el comienzo del álbum con “Nueva Tierra” suena tanto a unos como a otros; el ejemplo que me resulta más evidente con respecto a los segundos es una de mis favoritas: “Te siento lejos”, con unos coros muy bien ejecutados, un estribillo muy bueno, un fantástico solo de guitarra, en la que las rítmicas me suenan mucho a los de Carlos Raya. ¿Y por qué no?, también Tyketto, tanto en la forma de cantar de Israel como en el conjunto en la canción “Esperándote” por ejemplo, muy del estilo de guitarras acústicas y eléctricas de la banda de Danny Vaughn. Lo de Whitesnake es muy evidente en “Buscando” la cual, tras unas escuchas, uno tiene claro que suena mucho, mucho a “Fool for your loving”, por la estructura y los arreglos de la canción.
La contundencia del sonido de 7 Almas queda patente en “¿Dónde está tu amor?”, muy bien construida, con detalles de clase en los coros y en una parte del solo con unas guitarras dobladas. Israel lo hace tremendamente bien en los tonos bajos y medios (también en los altos), pero me gusta en esa tonalidad, me agradaría que explotara más esa parte y abusara menos de los agudos, pues resulta a veces un poco agotador. Otro ejemplo de esto sería “Allí estaré”, muy alto todo el tiempo en el estribillo. Un tono más alto no siempre eleva la intensidad. En cambio “Esperándote” está muy bien interpretada, sin tanta subida de tono, mucho más controlado.
Más del estilo 70’s es “Libre”, que tiene un solo a dos bandas de guitarra y órgano Hammond muy chulo. A ésta continúa una canción totalmente 80’s de escuela española, “La diosa del templo”, de ritmo más rápido, que podría evocar los discos de Avalanch con Víctor García. Y siguiendo la línea patria nombraría la canción que cierra el disco: “Hasta el amanecer”, que me suena mucho a Beethoven R., una canción muy de su estilo, divertida, con un ritmo de guitarras muy clásico.
Hay dos baladas, las dos muy acertadas con buenos estribillos, coreable la primera y, en mi opinión, mejor la segunda si no fuera por lo que comentaba de los tonos altos y… las letras. Otros oyentes no pensarán lo mismo. Seguramente sea uno de los aspectos mejorables: unas letras poco pulidas, construidas como por inercia (el comienzo del disco con “Un día más en la ciudad” está muy sobado), algunos errores de concordancia algo molestos, y rimas perezosas en algún caso. No son malas letras, desde luego, pero “Vampiros de traje”, una canción de crítica social como se intuye por el título, merece una letra más trabajada porque si no los lugares comunes se tragan el contenido. Por otro lado, el humanismo de algunas de las letras, las buenas intenciones y el optimismo se agradecen. “Nueva Tierra” queda muy bien, transmite y contagia el mensaje.
Lo cierto es que el grupo se merece lo mejor. Ha hecho un excelente trabajo. Hacía tiempo que no disfrutábamos de una propuesta dentro del hard rock de tan buen nivel musical, con un sonido tan bueno, y tan prometedor. Merecen que el público, ese que tantas veces se queja de que no hay bandas lo suficientemente buenas del estilo, responda y les proporcione una carrera lo suficientemente larga para que todas esas promesas cuajen y tengan el progreso necesario, tengan tiempo para profundizar en su música y nos den más momentos tan disfrutables como el de su sorprendente primer disco.
AUTOR: Joserra
