DAVID A. SAYLOR - STRENGTH OF ONE
80/100
Discográfica: AOR Blvd Records
Estilo: AOR
Productor: David A. Saylor
Formación:
David A. Saylor: Cantante, Guitarra, Bajo, Teclados
Jon Dewsbury: Guitarra
Paul Pryor: Bajo
David Mark Pearce: Solos de Guitarra en "Flying High" y "My Heart Ain't Feeling Nothing"
Brett Hammond: Solos de Guitarra en "Welcome To The Show", "It Must Be Love" y "How Do I Believe"
Nik Lloyd: Solos de Guitarra en "Now You're Leaving", "Don't Say Goodbye", "Why Does Our Love Have To End" y "Beaten Black & Blue"
Romany May Saylor: Coros
Christian Antonio: Coros
Giorgia Florence: Coros
Gabriella De Val Koenzen: Coros en "Falling Star"
Alfonso Samos: Solo de Guitarra en "Falling Star"
Tracklist:
01. Welcome To The Show
02. Now You're Leaving
03. Flying High
04. Don't Say Goodbye
05. My Heart Ain't Feeling Nothing
06. Why Does Our Love Have To End
07. Beaten Black & Blue
08. Falling Star
09. It Must Be Love
10. How Do I Believe
11. Caught In The Middle
Hace ya algún tiempo que tenía en mi poder el nuevo redondo del maestro Saylor pero quería escuchar con atención cada uno de los temas, disfrutarlos y cansarme de darle al “play” antes de valorarlo.
Ya sabíamos hace tiempo que David Saylor preparaba nuevo disco, así nos lo contó el mismo en la entrevista que mantuvimos con él vía telefónica al poco de salir a la venta su fantástico EP “Kiss Of Judas”.
Nos adelantó que habría sorpresas a modo de colaboraciones y versiones, aparte de sincerarse y contarnos que buscaba un sonido algo más endurecido, con más contundencia. Teniendo esto en cuenta creo que efectivamente lo ha intentado en algunas fases del álbum pero le pierde su fanatismo por las melodías y el romanticismo de su voz. Una cosa no está reñida con la otra pero finalmente ha realizado otra gran fina obra de AOR puro y duro.
Con lo que nos contó podíamos llegar a pensar que íbamos a escuchar algún tema de Hard Rockero melódico (aunque tal vez me perdiera mi fanatismo por ese estilo de música) como buen fan de AC/DC que es, y escuchando la obertura “Welcome To The Show” podría pensarse en algo parecido pero las baterías (parece que programadas) no ayudan, así como unos riffs de guitarra que me transportan a los comienzos del AOR de mediados de los años ’70; no así la espectacular voz y las guitarras solistas.
El disco continúa por definitivos derroteros AOReros con “Now You're Leaving” (original de “2AM”), un medio tiempo precioso cuyos teclados del estribillo no me atraen, tanto en el sonido como en la fuerza. Y es que hay teclados muy buenos, incluso solos como en el final de la melódica y de mucho sentimiento “My Heart Ain't Feeling Nothing”, o simplemente de acompañamiento, que nos transportan a los tan queridos años ’80; pero sonidos como el comentado o como el del comienzo de la más contundente “Beaten Black & Blue” no me apasionan, aunque no deja de ser un mal menor.
“Flying High” es de mis favoritas, una delicia que te pone de buen humor, super melódica, pegadiza, adictiva: buen rollo AORero.
En cambio “Don't Say Goodbye” es la primera balada, clasiquísima, de elegancia y sentimiento indescriptible y que finaliza con mucha intensidad, de forma muy cañera y con un excepcional solo de guitarra de Nik Lloyd. Podemos extrapolar los adjetivos de la antedicha canción a temas como “Why Does Our Love Have To End” (excepcional versión del tema de “Shy”) con un romanticismo llevado al límite y con Saylor contestando al coro del estribillo de tal manera que te pone los pelos literalmente de punta y con otro solo de guitarra digno de mención de Lloyd; y “Falling Star” donde entran en combate la fantástica vocalista Gabriella De Val y el virtuoso guitarrista Alfonso Samos (miembros del conjunto “The Val” y amigos de Saylor) para presentarnos otra balada estrella, hímnica, de las que habrían sonado en las radios hace 25 años.
“How Do I Believe” ya tiene otro aire más alegre, un AOR fino y exquisito de antigua escuela.
Y para finalizar también haremos mención a “It Must Be Love”, sacada de su Opera Prima en solitario, ese inolvidable álbum donde podíamos disfrutar de “La Chica de Tokyo”: amor de traje y corbata donde hace un guiño a nuestro país (con el que guarda una estrechísima relación) con unas frases en español. Como colofón tenemos “Caught In The Middle”, un temazo que nos transporta a la época pasada del joven Saylor y que haría bailar hasta a un muerto: muy recomendable para los más amapoleros del foro.
Muy buen disco de AOR para un año aún algo flojo para el estilo; una lástima el hándicap de los “Drums” y algunos detalles de menor importancia que por otro lado se ven eclipsados por los buenísimos temas que componen el álbum, destacando especialmente las cuidadas y conseguidas melodías y sobre todo la personalísima voz del gran David Saylor (es una delicia escucharle), así como el gran elenco de colaboradores y el gran trabajo del bajista Paul Pryor y de todos los guitarristas colaboradores.
Nos dejéis de disfrutar de un disco de melodías continuadas de principio a fín.
Ya sabíamos hace tiempo que David Saylor preparaba nuevo disco, así nos lo contó el mismo en la entrevista que mantuvimos con él vía telefónica al poco de salir a la venta su fantástico EP “Kiss Of Judas”.
Nos adelantó que habría sorpresas a modo de colaboraciones y versiones, aparte de sincerarse y contarnos que buscaba un sonido algo más endurecido, con más contundencia. Teniendo esto en cuenta creo que efectivamente lo ha intentado en algunas fases del álbum pero le pierde su fanatismo por las melodías y el romanticismo de su voz. Una cosa no está reñida con la otra pero finalmente ha realizado otra gran fina obra de AOR puro y duro.
Con lo que nos contó podíamos llegar a pensar que íbamos a escuchar algún tema de Hard Rockero melódico (aunque tal vez me perdiera mi fanatismo por ese estilo de música) como buen fan de AC/DC que es, y escuchando la obertura “Welcome To The Show” podría pensarse en algo parecido pero las baterías (parece que programadas) no ayudan, así como unos riffs de guitarra que me transportan a los comienzos del AOR de mediados de los años ’70; no así la espectacular voz y las guitarras solistas.
El disco continúa por definitivos derroteros AOReros con “Now You're Leaving” (original de “2AM”), un medio tiempo precioso cuyos teclados del estribillo no me atraen, tanto en el sonido como en la fuerza. Y es que hay teclados muy buenos, incluso solos como en el final de la melódica y de mucho sentimiento “My Heart Ain't Feeling Nothing”, o simplemente de acompañamiento, que nos transportan a los tan queridos años ’80; pero sonidos como el comentado o como el del comienzo de la más contundente “Beaten Black & Blue” no me apasionan, aunque no deja de ser un mal menor.
“Flying High” es de mis favoritas, una delicia que te pone de buen humor, super melódica, pegadiza, adictiva: buen rollo AORero.
En cambio “Don't Say Goodbye” es la primera balada, clasiquísima, de elegancia y sentimiento indescriptible y que finaliza con mucha intensidad, de forma muy cañera y con un excepcional solo de guitarra de Nik Lloyd. Podemos extrapolar los adjetivos de la antedicha canción a temas como “Why Does Our Love Have To End” (excepcional versión del tema de “Shy”) con un romanticismo llevado al límite y con Saylor contestando al coro del estribillo de tal manera que te pone los pelos literalmente de punta y con otro solo de guitarra digno de mención de Lloyd; y “Falling Star” donde entran en combate la fantástica vocalista Gabriella De Val y el virtuoso guitarrista Alfonso Samos (miembros del conjunto “The Val” y amigos de Saylor) para presentarnos otra balada estrella, hímnica, de las que habrían sonado en las radios hace 25 años.
“How Do I Believe” ya tiene otro aire más alegre, un AOR fino y exquisito de antigua escuela.
Y para finalizar también haremos mención a “It Must Be Love”, sacada de su Opera Prima en solitario, ese inolvidable álbum donde podíamos disfrutar de “La Chica de Tokyo”: amor de traje y corbata donde hace un guiño a nuestro país (con el que guarda una estrechísima relación) con unas frases en español. Como colofón tenemos “Caught In The Middle”, un temazo que nos transporta a la época pasada del joven Saylor y que haría bailar hasta a un muerto: muy recomendable para los más amapoleros del foro.
Muy buen disco de AOR para un año aún algo flojo para el estilo; una lástima el hándicap de los “Drums” y algunos detalles de menor importancia que por otro lado se ven eclipsados por los buenísimos temas que componen el álbum, destacando especialmente las cuidadas y conseguidas melodías y sobre todo la personalísima voz del gran David Saylor (es una delicia escucharle), así como el gran elenco de colaboradores y el gran trabajo del bajista Paul Pryor y de todos los guitarristas colaboradores.
Nos dejéis de disfrutar de un disco de melodías continuadas de principio a fín.
AUTOR: Juanan (Lord Ford Sammet)
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