AIRLESS - CHANGES
78/100
DISCOGRÁFICA: Lion Music
ESTILO: Hard Rock Melódico
PRODUCTORES: Airless y Robert R. Rodrigo
FORMACIÓN
IÑAKI LAZCANO: Cantante
ROBERT RODRIGO: Guitarras
MIGUEL MANJÓN: Bajo
PACO MARTÍNEZ DE MUSITU: Batería
MÚSICOS INVITADOS:
DIEGO ROIS: Teclados
DANNY VAUGHN: Voces en "Changes"
TRACK LIST
START AGAIN
I DON'T CARE
UPSTREAM
DEAD INSIDE
CHANGES
TILL THE END OF TIME
RESCUE ME
GONE TOO FAR
REACH FOR YOU
COME BACK HOME
LATEST PROPHECY
En el nuevo trabajo de Airless todo parece funcionar perfectamente, pero falta algo para que aquello dé el resultado que merecería. Estoy seguro de que uno de los motivos para que Changes no sea lo que debiera es la escasa producción, especialmente en el opaco sonido de la batería. Cualquiera que haya escuchado los anteriores trabajos de la banda sabe a qué me refiero. Y sin embargo uno no puede dejar de apreciar que está escuchando un trabajo bien hecho, con buen gusto, de calidad y con personalidad.
Tras cinco años desde la publicación de Fight no han cambiado muchas cosas en los rasgos de identidad de Airless. Changes es un disco menos inmediato, incluso menos comercial aunque igualmente atractivo que aquel y, me atrevería a decir, más maduro y con la seguridad que da la certeza de lo que quiere ser. Escuchar las dos primeras canciones del álbum y tener dos sensaciones opuestas es casi inmediato: piensa en las buenas canciones que han creado, la elegante y excelentemente construida “Star again”, con unos coros cuidadísimos, y la clasiquísima y dramática “I don’t care”, y al mismo tiempo se lamenta imaginando lo que podrían ser con una producción que le sacara todo el jugo y el brillo que merecen. La guitarra de Robert Rodrigo se ha alejado del sonido White Lion y se ha acercado al de Harem Scarem, en particular en canciones como la moderna “Upstream”, muy del estilo de algunos trabajos de esta banda.
La inclusión de teclados a cargo de Diego Rois le da riqueza a las canciones, las abre, a pesar de que la presencia de estos no es excesiva, está muy sabiamente dosificada. Creo que la labor de Rois en el disco es uno de los puntos destacables. Por otro lado tenemos a Danny Vaughn que canta a dúo “Changes” con Iñaki, canción en la que hay unos excelentes coros y un ritmo de guitarra que hace un juego con los teclados muy atractivo. Las melodías de la canción son irresistibles; es una pena que el final de la canción resulte algo confuso, pues hay algo de barullo sonoro que no facilita que se aprecien los adornos vocales de ambos.
Igualmente irresistible es “Till the end of time”, canción de categoría que merecería del mismo modo un sonido que permitiera apreciar su riqueza. El estribillo se pega como el amiguito pesado del colegio, y acompañando el conjunto disfrutamos unos deliciosos coros.
Contradictoria resulta “Reach for you” por su acertada mezcla de técnica y melodía que lleva al receptor a un estribillo coreable y ejecutado con mucho gusto.
Las canciones más rápidas no faltan como en anteriores trabajos: “Rescue me” se sostiene en unas potentes guitarras; la denuncia de “Gone too far” es cañera y potente con cambios de ritmo; “Latest prophecy”, que cierra el disco, se lleva el premio a la velocidad.
Hablar de los solos de guitarra de Robert Rodrigo me parece que está de sobra, pues todos los aficionados conocen su maestría: limpieza, sentido de la melodía y sin rítmica de fondo.
Al final qué nos queda. Que no hay aficionado que no sea capaz de percatarse de que estos tíos tienen nivel, talento, confianza, técnica, inteligencia, buen gusto, pero que hay algo que no termina de marchar. A veces es un pequeña vuelta de tuerca, menos de un cuarto incluso, para que las cosas funcionen a la perfección, para que encajen con precisión y se consiga el objetivo que se pretende. Si no es así, se puede observar que el mecanismo es el correcto, que todo está donde tiene que estar, que las piezas son las apropiadas, pero falta algo en el conjunto para que salte la chispa. Y la chispa sólo salta si se acciona la tecla adecuada. Hay varios momentos en Changes en los que se ve el destello de algo que va a explotar, y se queda con las ganas de que ocurra.
Y después de todo, al repasar lo que he expuesto sobre el disco, no pueda evitar sentirme un Galileo de mis propias palabras y pensar: Y sin embargo, se mueve.
Tras cinco años desde la publicación de Fight no han cambiado muchas cosas en los rasgos de identidad de Airless. Changes es un disco menos inmediato, incluso menos comercial aunque igualmente atractivo que aquel y, me atrevería a decir, más maduro y con la seguridad que da la certeza de lo que quiere ser. Escuchar las dos primeras canciones del álbum y tener dos sensaciones opuestas es casi inmediato: piensa en las buenas canciones que han creado, la elegante y excelentemente construida “Star again”, con unos coros cuidadísimos, y la clasiquísima y dramática “I don’t care”, y al mismo tiempo se lamenta imaginando lo que podrían ser con una producción que le sacara todo el jugo y el brillo que merecen. La guitarra de Robert Rodrigo se ha alejado del sonido White Lion y se ha acercado al de Harem Scarem, en particular en canciones como la moderna “Upstream”, muy del estilo de algunos trabajos de esta banda.
La inclusión de teclados a cargo de Diego Rois le da riqueza a las canciones, las abre, a pesar de que la presencia de estos no es excesiva, está muy sabiamente dosificada. Creo que la labor de Rois en el disco es uno de los puntos destacables. Por otro lado tenemos a Danny Vaughn que canta a dúo “Changes” con Iñaki, canción en la que hay unos excelentes coros y un ritmo de guitarra que hace un juego con los teclados muy atractivo. Las melodías de la canción son irresistibles; es una pena que el final de la canción resulte algo confuso, pues hay algo de barullo sonoro que no facilita que se aprecien los adornos vocales de ambos.
Igualmente irresistible es “Till the end of time”, canción de categoría que merecería del mismo modo un sonido que permitiera apreciar su riqueza. El estribillo se pega como el amiguito pesado del colegio, y acompañando el conjunto disfrutamos unos deliciosos coros.
Contradictoria resulta “Reach for you” por su acertada mezcla de técnica y melodía que lleva al receptor a un estribillo coreable y ejecutado con mucho gusto.
Las canciones más rápidas no faltan como en anteriores trabajos: “Rescue me” se sostiene en unas potentes guitarras; la denuncia de “Gone too far” es cañera y potente con cambios de ritmo; “Latest prophecy”, que cierra el disco, se lleva el premio a la velocidad.
Hablar de los solos de guitarra de Robert Rodrigo me parece que está de sobra, pues todos los aficionados conocen su maestría: limpieza, sentido de la melodía y sin rítmica de fondo.
Al final qué nos queda. Que no hay aficionado que no sea capaz de percatarse de que estos tíos tienen nivel, talento, confianza, técnica, inteligencia, buen gusto, pero que hay algo que no termina de marchar. A veces es un pequeña vuelta de tuerca, menos de un cuarto incluso, para que las cosas funcionen a la perfección, para que encajen con precisión y se consiga el objetivo que se pretende. Si no es así, se puede observar que el mecanismo es el correcto, que todo está donde tiene que estar, que las piezas son las apropiadas, pero falta algo en el conjunto para que salte la chispa. Y la chispa sólo salta si se acciona la tecla adecuada. Hay varios momentos en Changes en los que se ve el destello de algo que va a explotar, y se queda con las ganas de que ocurra.
Y después de todo, al repasar lo que he expuesto sobre el disco, no pueda evitar sentirme un Galileo de mis propias palabras y pensar: Y sin embargo, se mueve.
AUTOR: Joserra
