W.E.T. - RISE UP
74/100
Discgráfica: Frontiers Records
Estilo: Hard Rock
Productor: Erik Martensson
Formación:
Jeff Scott Soto: cantante
Erik Martensson: guitarra, bajo, teclados, coros
Robert Säll: teclados, guitarras
Robban Bäck: batería
Magnus Henriksson: guitarras
Track List:
01. Walk Away
02. Learn To Live Again
03. Rise Up
04. Love Heals
05. What You Want
06. The Moment
07. Bad Boy
08. On The Run
09. Broken Wings
10. Shot
11. Still Believe In Us
12. Still Unbroken
Cuando se juntan tres talentos del hard rock como Jeff Scott Soto, Erik Martensson y Robert Säll en una misma banda, tiende uno a pensar que el producto de su creatividad se verá multiplicado por tres. Error.
Cuando estos tres artistas se unen para crear juntos uno podría suponer que la combinación de sus personalidades puede dar como resultado algo diferente a lo que hace cada uno por separado. Otro error.
¿Eso significa que la consecuencia de todo esto no es algo bueno? Pues tampoco, aunque no es lo que cabría esperar. Si damos la vuelta al famoso refrán, aquí lo que bien parece estaría bien hecho, pero no me parece que sea así. El segundo álbum de los alabados W.E.T. es un disco que cumple de forma casi académica los cánones del hard rock actual de calidad sin ofrecer algo que sea especialmente reseñable, si no es por pequeños detalles que tampoco es que resulten particularmente brillantes.
Sé que algunos me tacharán de sacrílego, pues en sus sueños húmedos suena de fondo la banda sonora de W.E.T. (perdón por el poco original juego de palabras), pero lo cierto es que no siento mucho entusiasmo por Rise up, ya que no veo nada que no haya escuchado ya, y más satisfactorio, en cada una de las bandas a las que hacen referencia las siglas del grupo.
Se trata de un hard rock bien hecho, pero con poca chispa, a veces lo suficientemente impactante como para dejarse vapulear en un primer instante, pero que no da mucho de sí: estribillos efectivos que en directo funcionarán estupendamente, coros que están donde uno los espera, subida de tono a la menor de cambio… todo muy atractivo pero cuyo efecto dura poco.
Tampoco es que ayude la labor a la batería de Robban Bäck, bastante monótona y aburrida. Sólo hay que pararse un poco a escuchar los tres primeros temas “Walk away”, “Learn t olive again” y “Rise up”.
Así, cuando llega una canción como “On the run” parece que se ha encontrado un oasis en medio de tanto bucle rítmico, y eso que la batería no es que varíe mucho, pero sí el dibujo de la guitarra y los ritmos. También es destacable “Shot”, donde la calidad se eleva como en otros momentos del álbum, y en la que el estribillo tiene otro juego con respecto al resto.
JSS canta en Rise up más alto de lo que lo hace habitualmente, llegando, según mi percepción, casi agotado al final de la ochenterísima “Bad boy” y rozando sus propios límites en “On the run” o en “Walk away” y en el final de otros temas. Aun así hace un buen trabajo, pues todos sabemos que es un excelente cantante, pero no resulta cómodo escucharlo en algunos momentos. Ya se sabe que para algunas personas un cantante es mejor cuanto más alto llegue. Pensaba que me acostumbraría con las sucesivas escuchas, pero casi es al revés.
“What you want” se sostiene casi en su totalidad por un muy pegadizo estribillo, “Love heals” me recuerda mucho a Def Leppard, “The moment” comienza muy parecido a “The raindance” de Dare.
Los solos de guitarra están muy bien a lo largo de todo el disco, particularmente me gusta mucho el de “Still unbroken”.
De las dos baladas que tiene Rise up, “Love heals” está bien; “Still believe in us” está mejor, con unos coros muy acertados y eficaces.
Ante estos tres nombres se siente mucho respeto, a pesar de lo cual y tras varias escuchas se nos van apagando las ganas de escucharlo de nuevo y pasar a otra cosa, lamentando que no haya salido algo mejor. No da para más.
Cuando estos tres artistas se unen para crear juntos uno podría suponer que la combinación de sus personalidades puede dar como resultado algo diferente a lo que hace cada uno por separado. Otro error.
¿Eso significa que la consecuencia de todo esto no es algo bueno? Pues tampoco, aunque no es lo que cabría esperar. Si damos la vuelta al famoso refrán, aquí lo que bien parece estaría bien hecho, pero no me parece que sea así. El segundo álbum de los alabados W.E.T. es un disco que cumple de forma casi académica los cánones del hard rock actual de calidad sin ofrecer algo que sea especialmente reseñable, si no es por pequeños detalles que tampoco es que resulten particularmente brillantes.
Sé que algunos me tacharán de sacrílego, pues en sus sueños húmedos suena de fondo la banda sonora de W.E.T. (perdón por el poco original juego de palabras), pero lo cierto es que no siento mucho entusiasmo por Rise up, ya que no veo nada que no haya escuchado ya, y más satisfactorio, en cada una de las bandas a las que hacen referencia las siglas del grupo.
Se trata de un hard rock bien hecho, pero con poca chispa, a veces lo suficientemente impactante como para dejarse vapulear en un primer instante, pero que no da mucho de sí: estribillos efectivos que en directo funcionarán estupendamente, coros que están donde uno los espera, subida de tono a la menor de cambio… todo muy atractivo pero cuyo efecto dura poco.
Tampoco es que ayude la labor a la batería de Robban Bäck, bastante monótona y aburrida. Sólo hay que pararse un poco a escuchar los tres primeros temas “Walk away”, “Learn t olive again” y “Rise up”.
Así, cuando llega una canción como “On the run” parece que se ha encontrado un oasis en medio de tanto bucle rítmico, y eso que la batería no es que varíe mucho, pero sí el dibujo de la guitarra y los ritmos. También es destacable “Shot”, donde la calidad se eleva como en otros momentos del álbum, y en la que el estribillo tiene otro juego con respecto al resto.
JSS canta en Rise up más alto de lo que lo hace habitualmente, llegando, según mi percepción, casi agotado al final de la ochenterísima “Bad boy” y rozando sus propios límites en “On the run” o en “Walk away” y en el final de otros temas. Aun así hace un buen trabajo, pues todos sabemos que es un excelente cantante, pero no resulta cómodo escucharlo en algunos momentos. Ya se sabe que para algunas personas un cantante es mejor cuanto más alto llegue. Pensaba que me acostumbraría con las sucesivas escuchas, pero casi es al revés.
“What you want” se sostiene casi en su totalidad por un muy pegadizo estribillo, “Love heals” me recuerda mucho a Def Leppard, “The moment” comienza muy parecido a “The raindance” de Dare.
Los solos de guitarra están muy bien a lo largo de todo el disco, particularmente me gusta mucho el de “Still unbroken”.
De las dos baladas que tiene Rise up, “Love heals” está bien; “Still believe in us” está mejor, con unos coros muy acertados y eficaces.
Ante estos tres nombres se siente mucho respeto, a pesar de lo cual y tras varias escuchas se nos van apagando las ganas de escucharlo de nuevo y pasar a otra cosa, lamentando que no haya salido algo mejor. No da para más.
AUTOR: Joserra
