BOOK OF REFLECTIONS - RELENTLESS FIGHTER
55/100
Discográfica: Lion Music
Estilo: Neo-Classical Metal
Productor: Lars Eric Mattsson
Formación
Carsten “Lizard” Schulz - Voz y Coros (1,3,5,7,9)
Markku Kuikka - Voz y Coros (2,4,6,10)
Lars Eric Mattsson - Guitarra, Bajo y Teclados
Christer Jansson - Batería
Track List
01. Until The Day
02. Dance With The Devil
03. Angel Shed A Tear
04. Bleeding Dry
05. Rise Up!
06. Crashing Through
07. Somewhere Else To Be
08. Gates To Oblivion
09. Keep Us Afloat
10. Without My Angel
Vaya por delante que esto no es un grupo al uso, sino un proyecto del “virtuoso” guitarrista Lars Eric Matsson en el que él mismo se ha encargado además de la guitarra que es lo suyo, del bajo y de los teclados, encargándose Carsten Schulz de la voz en unos temas, Markku Kuikka (a lo mejor he puesto alguna “K” donde no es) en otros, y Christer Jansson de los “cibertambores“.
Lo primero que hay que poner en el debe de este disco es el escaso nivel de la producción y el pobrísimo sonido general de todos los instrumentos. En la primera escucha me puse a ecualizar y a revisar el equipo porque me sonaba a maqueta, a lo mejor es que estamos mal acostumbrados a las habitualmente poderosas producciones escandinavas, pero el sonido es así, aquí sí que no valen gustos ni prejuicios, puede que sea un fallo de las copias promocionales en mp3, pero lo dudo y si es así, se han cargado la promoción.
Por poner un ejemplo de cicatería sonora, los platos de la batería que son disparados (la batería creo que también) suenan artificiales, cibernéticos y lineales, como si fuesen un sonajero o una pandereta, la batería no lo arregla, pues suena como lejos y sin pegada, la guitarra suena decente pero en ocasiones el exceso de uso del trémolo (en los teclados también) empaña cualquier atisbo de nitidez... me duele mucho decir esto de un trabajo de gente que ha puesto todo el interés e ilusión, pero es inevitable.
La música contenida en este disco es muy similar a la que hacían Stratovarius, ritmos en su mayoría veloces y a doble bombo con pocos momentos de relajación, con múltiples solos de guitarra doblados con clavicordios renacentistas y toques de Rock Progresivo.
Matsson se pone a veces demasiado “corremastiles”, pues sin poner en duda su impecable técnica, toca como lo haría un robot, con una precisión milimétrica pero sin apenas corazón en varios de los cortes, dando lo mejor de sí en la instrumental “Gates Of Oblivion“.
Los voceras lo hacen bien y es lo más salvable del disco, junto con la depurada técnica de Matsson, pero no hay chicha, no hay fuerza en el sonido, y es inevitable fijar la atención en ello y no en buscar las virtudes ocultas que aparecen con las escuchas.
De las 10 canciones destacaría “Someone Else To Be” por salirse de la tónica monorrítmica y acelerada del disco y la balada (sí, como estará la cosa que destaco una balada), “Without My Angel” que al final acaba acelerándose también.
En definitiva, que no me ha gustado el disco, sobre todo porque la rácana producción no permite que los temas crezcan con las escuchas y si no eres muy aficionado a este género no hay nada que hacer, puede que a los fans de este estilo en concreto os guste, haciendo abstracción de lo pobre que suena, ya digo que el hacha es una máquina punteando y haciendo escalas, pero la calidad de producción deja que desear.
Lo primero que hay que poner en el debe de este disco es el escaso nivel de la producción y el pobrísimo sonido general de todos los instrumentos. En la primera escucha me puse a ecualizar y a revisar el equipo porque me sonaba a maqueta, a lo mejor es que estamos mal acostumbrados a las habitualmente poderosas producciones escandinavas, pero el sonido es así, aquí sí que no valen gustos ni prejuicios, puede que sea un fallo de las copias promocionales en mp3, pero lo dudo y si es así, se han cargado la promoción.
Por poner un ejemplo de cicatería sonora, los platos de la batería que son disparados (la batería creo que también) suenan artificiales, cibernéticos y lineales, como si fuesen un sonajero o una pandereta, la batería no lo arregla, pues suena como lejos y sin pegada, la guitarra suena decente pero en ocasiones el exceso de uso del trémolo (en los teclados también) empaña cualquier atisbo de nitidez... me duele mucho decir esto de un trabajo de gente que ha puesto todo el interés e ilusión, pero es inevitable.
La música contenida en este disco es muy similar a la que hacían Stratovarius, ritmos en su mayoría veloces y a doble bombo con pocos momentos de relajación, con múltiples solos de guitarra doblados con clavicordios renacentistas y toques de Rock Progresivo.
Matsson se pone a veces demasiado “corremastiles”, pues sin poner en duda su impecable técnica, toca como lo haría un robot, con una precisión milimétrica pero sin apenas corazón en varios de los cortes, dando lo mejor de sí en la instrumental “Gates Of Oblivion“.
Los voceras lo hacen bien y es lo más salvable del disco, junto con la depurada técnica de Matsson, pero no hay chicha, no hay fuerza en el sonido, y es inevitable fijar la atención en ello y no en buscar las virtudes ocultas que aparecen con las escuchas.
De las 10 canciones destacaría “Someone Else To Be” por salirse de la tónica monorrítmica y acelerada del disco y la balada (sí, como estará la cosa que destaco una balada), “Without My Angel” que al final acaba acelerándose también.
En definitiva, que no me ha gustado el disco, sobre todo porque la rácana producción no permite que los temas crezcan con las escuchas y si no eres muy aficionado a este género no hay nada que hacer, puede que a los fans de este estilo en concreto os guste, haciendo abstracción de lo pobre que suena, ya digo que el hacha es una máquina punteando y haciendo escalas, pero la calidad de producción deja que desear.
Autor: Óscar L. González (Mendometal)