REVOLUTION SAINTS - REVOLUTION SAINTS
75/100
Discográfica: Frontiers Records
Estilo: Hard Rock Melódico
Productor: Alessandro Del Vecchio
Formación:
Deen Castronovo: Voz, Batería
Jack Blades: Bajo, Voces en "Turn Back Time" y "Way To The Sun"
Doug Aldrich: Guitarra
Músicos Invitados:
Alessandro Del Vecchio: Teclados, Coros, Voces en "Way To The Sun"
Arnel Pineda: Voz en "You're Not Alone"
Neal Schon: Solo de Guitarra en "Way To The Sun"
Tracklist:
01. Back On My Trail
02. Turn Back Time
03. You're Not Alone
04. Locked Out Of Paradise
05. Way To The Sun
06. Dream On
07. Don't Walk Away
08. Here Forever
09. Strangers To This Life
10. Better World;
11. How To Mend A Broken Heart
12. In The Name Of The Father
No ha sido fácil escribir esta reseña, más que nada por la saturación de lanzamientos con que Frontiers nos lleva obsequiando desde hace años, lo cual en mi caso, está empezando a nublar la poca objetividad que me quedaba.
Separar el grano de la paja, si la hubiese, es cada día más complicado, pero es preferible sufrir este contratiempo a que no haya ningún lanzamiento que comentar ni paja que separar, lo cual hay que agradecer a Frontiers y a otros sellos más pequeños como Avenue of Allies o AOR Heaven que se empeñan en que podamos seguir escuchando buen Hard Rock más o menos melódico aunque los grupos sean producto de un casting o de la "maquiavélica" mente de Serafino Perugino.
Yo mismo solicité escribir esta crítica nada más oir los adelantos que se publicaron por lo bien que sonaban y por los mimbres que componian el cesto; una banda formada por tres figuras de la escena hardrockera yankee con experiencia a paladas y el aliciente de escuchar por primera vez a Deen Castronovo hacerse cargo de la voz solista de un disco completo tras la buena sensación que dejó en el "Generations" de sus Journey y lo bien que lo hace en directo en coros y como solista en alguna canción suelta, es algo, de primeras, prometedor.
Su tono de voz es muy parecido al de Steve Perry, con una mezcla perfecta entre garganta y cuerdas vocales, y más si está ayudado por un mito como Jack Blades, cuya voz empasta a la perfección con la de Deen, consiguiendo duetos muy meritorios, increíblemente fáciles de oir y que calan en el oyente sin esfuerzo. La batería de Castronovo es impecable, aunque no es de mis favoritos ni de lejos, es de justicia reconocer que es difícil hacerlo mejor.
En cuanto a las guitarras... qué decir de Doug Aldrich que no se haya dicho ya. Su trabajo en este disco es casi perfecto en rítmicas y punteos.
La producción resulta un poco artificial en la batería y bastante buena en el resto de variables. Cada día soporto menos esas cajas que se tiran sonando medio segundo a cada golpe pretendiéndole dotar de una potencia que no necesita, más que nada porque el interprete va sobrado. Hay muchas ayudas de teclados en casi todos los temas cortesía del "obrero" Alessandro Del Vecchio y algunas colaboraciones del copetín que comentaremos en su momento.
Los dos primeros temas que abren el disco ya los habéis oído pues han sido lanzados como adelanto; "Back on my trail" y "Turn back time" son dos descargas de potencia y cohesión en pleno rostro que, aunque tal vez adolezcan de falta de originalidad, demuestran bien a las claras que hay calidad. No entran en el top 3 del disco por poco, pero las voces de Blades en la segunda son para quitarse el gorro.
"You are not alone" que es la siguiente, cuenta con un dueto de voz de Deen y su compañero en Journey Arnel Pineda muy meritorio. Una Power Ballad muy emotiva que cuenta con un punteo pleno de sentimiento.
"Locked out on paradise" presenta un riff de guitarra muy sugerente y un estribillo demasiado baqueteado, pero las guitarras de Aldrich lo convierten en meritorio, con su deje a lo Journey.
"Way to the sun" es una canción que, como algunos compañeros del foro comentaron acertadamente, podría pasar por un tema descartado de Aldrich para Whitesnake, por ese órgano que se te mete hasta el tuétano. Cuenta con la colaboración del hiperactivo Neal Schon en el punteo con su inconfundible estilo.
"Dream on" es puro Journey de la mejor época, con esa mezcla de voces de Castronovo y Blades que es digna de gourmets y la proverbial versatilidad de Aldrich en las guitarras. Magistral.
"Don't walk away" es la primera e inevitable balada a medio tiempo y resulta tan original como su título. Un nido de tópicos que rezuma ñoñez y que flaco favor le hace al disco. Next...
"Here forever" es otra Power Ballad y no tiene nada que ver con la anterior situándose entre lo mejor del disco, contando con un punteo que pone el vello como clavos.
Castronovo sufre como un titán en los tonos altos, pero sale airoso. Tremenda.
"Strangers to this life" recuerda a Survivor por la voz y arreglos. Posiblemente sea el mejor tema del disco con un estribillo que es como una coz que te hace moverte a su son. Impecable.
"Better world" recuerda mucho a lo que ha hecho Gioelli con sus mercenarios de Hardline últimamente y pese a que suena muy fácil y bien, es poco original, pese al despliegue guitarristico de Aldrich en el solo. Pasable.
"To mend a broken heart", versión de los suecos Eclipse, es lo más duro del disco. El punteo rompe los vinculos y mejora el resultado.
"In the name of the father" es la segunda balada, tan tópica y prescindible como la primera. No doy al next por que ya no hay más canciones.
La sensación que me queda después de escuchar el disco es contradictoria, es un buen disco, pero me esperaba que fuese algo más que un vehiculo para el lucimiento de la bonita voz de Castronovo y el despliegue digital de Aldrich, que al final es lo que prevalece entre las muchas sensaciones encontradas.
Hay media docena de canciones buenísimas dignas de una superbanda como esta, dos baladas "amodorrantes" y más soporíferas que un cubata de eter y el resto canciones normalitas tirando a buenas, pero que suenan a ya oídas en algún producto Frontiers.
Si padecéis intolerancia severa a los productos Frontiers, es mejor que gastéis vuestro dinero en otra cosa, pero sino, es un producto satisfactorio que os proporcionará algunos momentos mágicos.
En cualquier caso, y en mi distorsionada opinión, el disco debut de Revolution Saints no pasará a la historia por otra cosa, salvo por ser el primer disco de Deen Castronovo como cantante solista, cosa que tarde o temprano iba a ocurrir.
Separar el grano de la paja, si la hubiese, es cada día más complicado, pero es preferible sufrir este contratiempo a que no haya ningún lanzamiento que comentar ni paja que separar, lo cual hay que agradecer a Frontiers y a otros sellos más pequeños como Avenue of Allies o AOR Heaven que se empeñan en que podamos seguir escuchando buen Hard Rock más o menos melódico aunque los grupos sean producto de un casting o de la "maquiavélica" mente de Serafino Perugino.
Yo mismo solicité escribir esta crítica nada más oir los adelantos que se publicaron por lo bien que sonaban y por los mimbres que componian el cesto; una banda formada por tres figuras de la escena hardrockera yankee con experiencia a paladas y el aliciente de escuchar por primera vez a Deen Castronovo hacerse cargo de la voz solista de un disco completo tras la buena sensación que dejó en el "Generations" de sus Journey y lo bien que lo hace en directo en coros y como solista en alguna canción suelta, es algo, de primeras, prometedor.
Su tono de voz es muy parecido al de Steve Perry, con una mezcla perfecta entre garganta y cuerdas vocales, y más si está ayudado por un mito como Jack Blades, cuya voz empasta a la perfección con la de Deen, consiguiendo duetos muy meritorios, increíblemente fáciles de oir y que calan en el oyente sin esfuerzo. La batería de Castronovo es impecable, aunque no es de mis favoritos ni de lejos, es de justicia reconocer que es difícil hacerlo mejor.
En cuanto a las guitarras... qué decir de Doug Aldrich que no se haya dicho ya. Su trabajo en este disco es casi perfecto en rítmicas y punteos.
La producción resulta un poco artificial en la batería y bastante buena en el resto de variables. Cada día soporto menos esas cajas que se tiran sonando medio segundo a cada golpe pretendiéndole dotar de una potencia que no necesita, más que nada porque el interprete va sobrado. Hay muchas ayudas de teclados en casi todos los temas cortesía del "obrero" Alessandro Del Vecchio y algunas colaboraciones del copetín que comentaremos en su momento.
Los dos primeros temas que abren el disco ya los habéis oído pues han sido lanzados como adelanto; "Back on my trail" y "Turn back time" son dos descargas de potencia y cohesión en pleno rostro que, aunque tal vez adolezcan de falta de originalidad, demuestran bien a las claras que hay calidad. No entran en el top 3 del disco por poco, pero las voces de Blades en la segunda son para quitarse el gorro.
"You are not alone" que es la siguiente, cuenta con un dueto de voz de Deen y su compañero en Journey Arnel Pineda muy meritorio. Una Power Ballad muy emotiva que cuenta con un punteo pleno de sentimiento.
"Locked out on paradise" presenta un riff de guitarra muy sugerente y un estribillo demasiado baqueteado, pero las guitarras de Aldrich lo convierten en meritorio, con su deje a lo Journey.
"Way to the sun" es una canción que, como algunos compañeros del foro comentaron acertadamente, podría pasar por un tema descartado de Aldrich para Whitesnake, por ese órgano que se te mete hasta el tuétano. Cuenta con la colaboración del hiperactivo Neal Schon en el punteo con su inconfundible estilo.
"Dream on" es puro Journey de la mejor época, con esa mezcla de voces de Castronovo y Blades que es digna de gourmets y la proverbial versatilidad de Aldrich en las guitarras. Magistral.
"Don't walk away" es la primera e inevitable balada a medio tiempo y resulta tan original como su título. Un nido de tópicos que rezuma ñoñez y que flaco favor le hace al disco. Next...
"Here forever" es otra Power Ballad y no tiene nada que ver con la anterior situándose entre lo mejor del disco, contando con un punteo que pone el vello como clavos.
Castronovo sufre como un titán en los tonos altos, pero sale airoso. Tremenda.
"Strangers to this life" recuerda a Survivor por la voz y arreglos. Posiblemente sea el mejor tema del disco con un estribillo que es como una coz que te hace moverte a su son. Impecable.
"Better world" recuerda mucho a lo que ha hecho Gioelli con sus mercenarios de Hardline últimamente y pese a que suena muy fácil y bien, es poco original, pese al despliegue guitarristico de Aldrich en el solo. Pasable.
"To mend a broken heart", versión de los suecos Eclipse, es lo más duro del disco. El punteo rompe los vinculos y mejora el resultado.
"In the name of the father" es la segunda balada, tan tópica y prescindible como la primera. No doy al next por que ya no hay más canciones.
La sensación que me queda después de escuchar el disco es contradictoria, es un buen disco, pero me esperaba que fuese algo más que un vehiculo para el lucimiento de la bonita voz de Castronovo y el despliegue digital de Aldrich, que al final es lo que prevalece entre las muchas sensaciones encontradas.
Hay media docena de canciones buenísimas dignas de una superbanda como esta, dos baladas "amodorrantes" y más soporíferas que un cubata de eter y el resto canciones normalitas tirando a buenas, pero que suenan a ya oídas en algún producto Frontiers.
Si padecéis intolerancia severa a los productos Frontiers, es mejor que gastéis vuestro dinero en otra cosa, pero sino, es un producto satisfactorio que os proporcionará algunos momentos mágicos.
En cualquier caso, y en mi distorsionada opinión, el disco debut de Revolution Saints no pasará a la historia por otra cosa, salvo por ser el primer disco de Deen Castronovo como cantante solista, cosa que tarde o temprano iba a ocurrir.
AUTOR: Óscar L. González (Mendo)
