CAGE THE GODS - BADLANDS
92/100
Discográfica: The End Records
Estilo: Hard Rock
Productor: Cage The Gods
Formación:
Peter Comerford: Cantante, Guitarra
James Moncur: Guitarra
Welsh Mitch Whitam: Bajo
Colin Jones: Batería
Tracklist:
01. Favourite Sin
02. The Ending
03. Sacrifice
04. Badlands
05. Trouble Reigns
06. Bruce Willis
07. Falling
08. A Thousand Times
09. One More Taste
10. What's Left Of Me
11. Promises
12. Sacrifice (Versión Acústica)
13. Wake Up (Bonus Track)
Creo que no fui el único que al escuchar el single de adelanto de este disco, "Favourite Sin", pensó en que el Hard Rock británico tenía alguna esperanza de volver a ser lo que fue (si el disco fuese en la dirección que marcaba dicho single), desvarios como The Darkness aparte, que son muy buenos, si, pero esa voz...
Y ciertamente el disco va en la dirección de rendir velado homenaje a todas las grandes bandas británicas de los 70 y 80 mezcladas con el espíritu sureño de los Lynyrd y The Black Crowes, oportunamente filtradas por su forma de entender la música y el resultado es espectacular, si bien en algunas canciones pican en otros estilos más modernos, pero con un aire rockero fuera de toda duda.
Los dos talentosos cabecillas del grupo, el voceras y guitarra Peter Comerford y el versátil guitarrista James Moncur, ambos autores de todos los temas, tenían bien claro lo que buscaban cuando montaron el grupo y creo que el objetivo está conseguido, y con un nivel de frescura musical destacable. Los dos miembros restantes Welsh Mitch Whitam al bajo y Colin Jones a los tambores, son producto de un eficaz casting, pues dudo que haya otros dos chavales más adecuados para esos puestos. Ambos conforman una base rítmica imbatible y cimentan las canciones de forma óptima.
En cuanto a sonido, producción y otras zarandajas, se puede decir que no destaca ni para bien ni para mal, suena muy potente y correcto, pero la superlativa calidad de las canciones eclipsa cualquier otra variable.
La conocida "Favourite Sin" abre el redondo y como creo que ya es conocida por todos no me extenderé mucho. Es un temazo en toda regla, puro Hard Rock de toda la vida directo a la yugular desde el enigmático y lúgubre inicio en la cual podemos atisbar a AC/DC, Bad Co., Gun y otras bandas. Grande.
"The Ending" es una delicia, con pasajes variadísimos, potencia y un tempo que engancha. Recuerdan a muchos grupos (según el pasaje) pero no puedo decir sólo uno. Segundo temazo.
"Sacrifice" es muy sureña y desde el comienzo recuerda a The Black Crowes mezclados con los Tyketto de "Shine". Extraordinaria la polivalencia vocal de Peter. El tercero.
Cuando el listón parece insuperable nos encontramos con la canción que presta su título al disco, "Badlands", que no hace honor a su nombre porque este es el buen camino. Se inicia con el estribillo (extraordinario) y es la canción más personal y la mejor del disco. Preciosos los adornos de guitarra y el corto punteo tirando de Wah-Wah de Moncur. Cuarto temazo.
"Trouble Reigns" es más moderna en su concepto y busca similitud con bandas del ahora moribundo "Nu Metal" de la pasada década, pero también es muy personal, aunque inferior a las precedentes. Lo tenía difícil.
"Bruce Willis" es todo un homenaje a los actuales Lynyrd Skynyrd, con la inclusión protagonista de armónicas que le dan al tema el oportuno toque sureño. Sólo falta el bramido de un V8 de fondo... el punteo bebe de la fuente Lynyrd Skynyrd y se emborracha. Quinto temazo.
En "Falling" la modernidad y los toques Pop se imponen recordando de soslayo al actual Bon Jovi (pero bastante mejor, pues Peter tiene voz) o incluso a U2 por las guitarras. Es lo menos duro del disco pero no por ello desmerece en cuanto a calidad, pues la canción es preciosa.
Regresamos a la potencia sonora con "A Thousand Times" un tranquilo medio tiempo con muchos toques personales. Es puro Rock setentero mezclado con modernidad y tamizado por Cage The Gods. Sexto temazo.
"One More Taste" comienza muy tranquila pero pronto es atrapada por la esencia de Cage The Gods con esos adornos de guitarra de fondo marca de la casa y ese estribillo pleno de melodía, pero no exento de potencia. El final de la canción requiere un marco y una pared. ¿El septimo temazo?... Pues sí.
"What's Left On Me" es una tranquila canción acustica más "yankee" que la tarta de manzana. Pretende ser una balada, pero estos chavales no van a caer en esa vulgaridad y se queda en eso, una canción tranquila. Recuerda a Bon Jovi en plan moñas, pero sólo a ratos.
"Promises" se inica con un órgano similar a los que protagonizaban "The Joshua Tree" de U2 y a ratos suenan a ellos, por el marcado ritmo y los adornos de guitarra, pero es otra pieza sublime de Hard Rock de alta alcurnia. Octavo temazo.
La versión acustica de "Sacrifice" con dos guitarras y voces es eso, una versión acústica y cruda de un tema inmejorable. Como bonus está chula.
Y el disco termina (lo que es una pena) con "Wake Up" otra pieza increible de Hard Rock setentero pasada por su peculiar filtro, con unas voces espectaculares y unas guitarras a lo Bad Co. en las partes potentes que quitan el hipo. Broche de oro con el noveno temazo.
En definitiva, y por lo comentado, que es una compra obligada si os gusta la buena música, el buen Hard Rock pleno de frescura y talento y creo (aunque espero equivocarme) que pasará tiempo hasta que ellos u otro grupo lancen al mercado un disco de nivel similar a éste. El listón lo han puesto muy alto.
Nuestras esperanzas tienen base, sólo falta que el infiel público no les de la espalda y les conozca mediante la oportuna promoción, pero eso ya es trabajo de otros y no siempre el talento va acompañado de medios. Esperemos que en esta ocasión sí, pues merecen tener éxito.
Tremendos estos Cage The Gods...
Y ciertamente el disco va en la dirección de rendir velado homenaje a todas las grandes bandas británicas de los 70 y 80 mezcladas con el espíritu sureño de los Lynyrd y The Black Crowes, oportunamente filtradas por su forma de entender la música y el resultado es espectacular, si bien en algunas canciones pican en otros estilos más modernos, pero con un aire rockero fuera de toda duda.
Los dos talentosos cabecillas del grupo, el voceras y guitarra Peter Comerford y el versátil guitarrista James Moncur, ambos autores de todos los temas, tenían bien claro lo que buscaban cuando montaron el grupo y creo que el objetivo está conseguido, y con un nivel de frescura musical destacable. Los dos miembros restantes Welsh Mitch Whitam al bajo y Colin Jones a los tambores, son producto de un eficaz casting, pues dudo que haya otros dos chavales más adecuados para esos puestos. Ambos conforman una base rítmica imbatible y cimentan las canciones de forma óptima.
En cuanto a sonido, producción y otras zarandajas, se puede decir que no destaca ni para bien ni para mal, suena muy potente y correcto, pero la superlativa calidad de las canciones eclipsa cualquier otra variable.
La conocida "Favourite Sin" abre el redondo y como creo que ya es conocida por todos no me extenderé mucho. Es un temazo en toda regla, puro Hard Rock de toda la vida directo a la yugular desde el enigmático y lúgubre inicio en la cual podemos atisbar a AC/DC, Bad Co., Gun y otras bandas. Grande.
"The Ending" es una delicia, con pasajes variadísimos, potencia y un tempo que engancha. Recuerdan a muchos grupos (según el pasaje) pero no puedo decir sólo uno. Segundo temazo.
"Sacrifice" es muy sureña y desde el comienzo recuerda a The Black Crowes mezclados con los Tyketto de "Shine". Extraordinaria la polivalencia vocal de Peter. El tercero.
Cuando el listón parece insuperable nos encontramos con la canción que presta su título al disco, "Badlands", que no hace honor a su nombre porque este es el buen camino. Se inicia con el estribillo (extraordinario) y es la canción más personal y la mejor del disco. Preciosos los adornos de guitarra y el corto punteo tirando de Wah-Wah de Moncur. Cuarto temazo.
"Trouble Reigns" es más moderna en su concepto y busca similitud con bandas del ahora moribundo "Nu Metal" de la pasada década, pero también es muy personal, aunque inferior a las precedentes. Lo tenía difícil.
"Bruce Willis" es todo un homenaje a los actuales Lynyrd Skynyrd, con la inclusión protagonista de armónicas que le dan al tema el oportuno toque sureño. Sólo falta el bramido de un V8 de fondo... el punteo bebe de la fuente Lynyrd Skynyrd y se emborracha. Quinto temazo.
En "Falling" la modernidad y los toques Pop se imponen recordando de soslayo al actual Bon Jovi (pero bastante mejor, pues Peter tiene voz) o incluso a U2 por las guitarras. Es lo menos duro del disco pero no por ello desmerece en cuanto a calidad, pues la canción es preciosa.
Regresamos a la potencia sonora con "A Thousand Times" un tranquilo medio tiempo con muchos toques personales. Es puro Rock setentero mezclado con modernidad y tamizado por Cage The Gods. Sexto temazo.
"One More Taste" comienza muy tranquila pero pronto es atrapada por la esencia de Cage The Gods con esos adornos de guitarra de fondo marca de la casa y ese estribillo pleno de melodía, pero no exento de potencia. El final de la canción requiere un marco y una pared. ¿El septimo temazo?... Pues sí.
"What's Left On Me" es una tranquila canción acustica más "yankee" que la tarta de manzana. Pretende ser una balada, pero estos chavales no van a caer en esa vulgaridad y se queda en eso, una canción tranquila. Recuerda a Bon Jovi en plan moñas, pero sólo a ratos.
"Promises" se inica con un órgano similar a los que protagonizaban "The Joshua Tree" de U2 y a ratos suenan a ellos, por el marcado ritmo y los adornos de guitarra, pero es otra pieza sublime de Hard Rock de alta alcurnia. Octavo temazo.
La versión acustica de "Sacrifice" con dos guitarras y voces es eso, una versión acústica y cruda de un tema inmejorable. Como bonus está chula.
Y el disco termina (lo que es una pena) con "Wake Up" otra pieza increible de Hard Rock setentero pasada por su peculiar filtro, con unas voces espectaculares y unas guitarras a lo Bad Co. en las partes potentes que quitan el hipo. Broche de oro con el noveno temazo.
En definitiva, y por lo comentado, que es una compra obligada si os gusta la buena música, el buen Hard Rock pleno de frescura y talento y creo (aunque espero equivocarme) que pasará tiempo hasta que ellos u otro grupo lancen al mercado un disco de nivel similar a éste. El listón lo han puesto muy alto.
Nuestras esperanzas tienen base, sólo falta que el infiel público no les de la espalda y les conozca mediante la oportuna promoción, pero eso ya es trabajo de otros y no siempre el talento va acompañado de medios. Esperemos que en esta ocasión sí, pues merecen tener éxito.
Tremendos estos Cage The Gods...
AUTOR: Óscar L. González (Mendo)
