FATE - IF NOT FOR THE DEVIL
73/100
DISCOGRÁFICA: AVENUE OF ALLIES
GÉNERO: HARD ROCK MELÓDICO
PRODUCTOR: FATE
MÚSICOS
CANTANTE: DAGFINN JOENSEN
GUITARRA: TORBEN ENEVOLDSEN
BATERÍA: JENS BERGLID
TECLADO: MIKKEL HENDERSON
BAJO: PETER STEINCKE
TRACKLIST
REAPING
IF NOT FOR THE DEVIL
BRIDGES BURNING
FEEL LIKE MAKING LOVE
GAMBLER
HARD TO SAY GOODBYE
MADE OF STONE
MAN AGAINST THE WALL
MY WORLD
TURN BACK TIME
TAUGHT TO KILL
GIMME ALL YOUR LOVE
Si tengo que ser sincero, y debo serlo, pues de lo contrario no tendría ningún sentido la siguiente reseña, eran tantas las ganas con las que esperaba el nuevo trabajo de Fate desde que se anunció (y eso que no tenía muy claro que eso se fuera a producir), como la inevitable sensación de decepción que he sentido tras varios días escuchándolo. La fiera se ha amansado buscando el cariño de otros amos que correspondan a su docilidad, a pesar de que en algunos momentos parece querer enseñar los dientes, eso sí, ahora limpitos y bien cepillados.
Tengo la sensación de que han buscado premeditadamente recrear un sonido similar al de Scratch ‘n Sniff, más melódico y menos agresivo que en Ghost from the past, más accesible y con canciones exasperantemente previsible en algunos momentos.
La banda suena realmente bien, no cabe duda de que técnicamente hacen gala de un nivel admirable, pero no obtienen el mejor resultado debido, en mi opinión, a media docena de composiciones eficaces comercialmente pero pobres en ambición. Entre éstas estarían la conformista “Feel like making love”, que algunos pueden llegar a adorar pero que a mí me baja las pulsaciones. Poco sitio queda a la imaginación en una canción en la que cualquiera podría presumir de poder de adivinación anunciando todo lo que va a escuchar pasados los primeros cuarenta segundos, subida final incluida.
Enorme pereza produce el comienzo de “Hard to say goodbye”, un medio tiempo que si uno se deja llevar se entretiene, pero una vez acabado ya no se acuerda de qué ha pasado.
La canción con la que se cierra el disco, “Gimme all your love” campa por los mismos lugares que “Feel like making love”: suena bien pero ya está muy vista. En esta canción me recuerdan incluso a White Lion, salvando las distancias, claro. Por esta línea, aunque un poco mejor, transita “Gambler”, con tecladitos graciosos y un estribillo un poco más trabajado.
Eso en lo que respecta a las canciones que se inclinan a lo melódico clásico. Estoy convencido que van a ser las que más gustarán a los seguidores de los álbumes clásicos de la banda. Por otro lado, hay varios temas más duros, más cercanos a su anterior trabajo, que tampoco brillan especialmente, aunque sean más que pasables. La inicial “Reaping” está bien, rápida pero poco pulida y también vacía de sorpresas. “Made of stone” te permite dejarte llevar de nuevo a la deriva, pero es que ya han sido tantos los que han hecho esa canción antes que hay poco que rascar.
Reservamos lo que nos deja mejor sabor y lo que hace que el disco merezca la pena, al menos para mí. En “Turn back time” son capaces de combinar con elegancia lo melódico con las guitarras contundentes y los adornos de teclados. Tres canciones más como ésta y el disco cambiaría radicalmente. “Taught to kill” es también potente; en ella Dagfinn Joensen vuelve a echarle rabia mascando las palabras por un estribillo contundente y un buen trabajo de teclados. “My World” es una canción que en lugar de arrastrate por el mar hacia ningún lugar te hace navegar con seguridad, fuerza y emoción. Esto es otra cosa, aunque sea parecida.
También funciona bien “Man against the wall”, menos original pero cumple de sobra.
Las dos canciones que más se acercan a ese sonido Scratch ‘n sniff son “If not for the devil”, cuyo estribillo pegadizo está muy bien, tampoco se le puede reprochar nada; y “Bridges burning”, un híbrido de “You’re the best (that money can buy)” y “Children of the night” que a mí me gusta mucho.
Torben Enevoldsen vuelve a hacer un muy buen trabajo, aunque en mi opinión menos inspirado que en el anterior disco, y Peter Steincke muestra ser discreto y elegante.
If not for the devil es un aceptable disco de hard rock melódico que, no me cabe duda, algunos calificarán como de lo mejor de año por haber recuperado el sonido de antaño que tantos echan de menos, las melodías fáciles y los sonidos reconocibles que habitan sus sueños de juventud. Esta obsesión constante complace a muchos, me alegro por ellos y por la banda si eso les hace obtener mayor popularidad, pero lo lamento por la música. Quizás el público les dé la razón, y en su currículum obras maestras como V y buenos discos como Ghost from the past se pierdan en la memoria de los que querían decir y escuchar algo diferente.
Tengo la sensación de que han buscado premeditadamente recrear un sonido similar al de Scratch ‘n Sniff, más melódico y menos agresivo que en Ghost from the past, más accesible y con canciones exasperantemente previsible en algunos momentos.
La banda suena realmente bien, no cabe duda de que técnicamente hacen gala de un nivel admirable, pero no obtienen el mejor resultado debido, en mi opinión, a media docena de composiciones eficaces comercialmente pero pobres en ambición. Entre éstas estarían la conformista “Feel like making love”, que algunos pueden llegar a adorar pero que a mí me baja las pulsaciones. Poco sitio queda a la imaginación en una canción en la que cualquiera podría presumir de poder de adivinación anunciando todo lo que va a escuchar pasados los primeros cuarenta segundos, subida final incluida.
Enorme pereza produce el comienzo de “Hard to say goodbye”, un medio tiempo que si uno se deja llevar se entretiene, pero una vez acabado ya no se acuerda de qué ha pasado.
La canción con la que se cierra el disco, “Gimme all your love” campa por los mismos lugares que “Feel like making love”: suena bien pero ya está muy vista. En esta canción me recuerdan incluso a White Lion, salvando las distancias, claro. Por esta línea, aunque un poco mejor, transita “Gambler”, con tecladitos graciosos y un estribillo un poco más trabajado.
Eso en lo que respecta a las canciones que se inclinan a lo melódico clásico. Estoy convencido que van a ser las que más gustarán a los seguidores de los álbumes clásicos de la banda. Por otro lado, hay varios temas más duros, más cercanos a su anterior trabajo, que tampoco brillan especialmente, aunque sean más que pasables. La inicial “Reaping” está bien, rápida pero poco pulida y también vacía de sorpresas. “Made of stone” te permite dejarte llevar de nuevo a la deriva, pero es que ya han sido tantos los que han hecho esa canción antes que hay poco que rascar.
Reservamos lo que nos deja mejor sabor y lo que hace que el disco merezca la pena, al menos para mí. En “Turn back time” son capaces de combinar con elegancia lo melódico con las guitarras contundentes y los adornos de teclados. Tres canciones más como ésta y el disco cambiaría radicalmente. “Taught to kill” es también potente; en ella Dagfinn Joensen vuelve a echarle rabia mascando las palabras por un estribillo contundente y un buen trabajo de teclados. “My World” es una canción que en lugar de arrastrate por el mar hacia ningún lugar te hace navegar con seguridad, fuerza y emoción. Esto es otra cosa, aunque sea parecida.
También funciona bien “Man against the wall”, menos original pero cumple de sobra.
Las dos canciones que más se acercan a ese sonido Scratch ‘n sniff son “If not for the devil”, cuyo estribillo pegadizo está muy bien, tampoco se le puede reprochar nada; y “Bridges burning”, un híbrido de “You’re the best (that money can buy)” y “Children of the night” que a mí me gusta mucho.
Torben Enevoldsen vuelve a hacer un muy buen trabajo, aunque en mi opinión menos inspirado que en el anterior disco, y Peter Steincke muestra ser discreto y elegante.
If not for the devil es un aceptable disco de hard rock melódico que, no me cabe duda, algunos calificarán como de lo mejor de año por haber recuperado el sonido de antaño que tantos echan de menos, las melodías fáciles y los sonidos reconocibles que habitan sus sueños de juventud. Esta obsesión constante complace a muchos, me alegro por ellos y por la banda si eso les hace obtener mayor popularidad, pero lo lamento por la música. Quizás el público les dé la razón, y en su currículum obras maestras como V y buenos discos como Ghost from the past se pierdan en la memoria de los que querían decir y escuchar algo diferente.
AUTOR: Joserra
