MIKE TRAMP - COBBLESTONE STREET
76/100
DISCOGRÁFICA: TARGET RECORDS
ESTILO: ROCK
PRODUCTORES: SOREN ANDERSEN Y MIKE TRAMP
FORMACIÓN:
MIKE TRAMP: GUITARRA Y VOCES
SOREN ANDERSEN: GUITARRA, PIANO, TECLADOS, BAJO, BATERÍA, ARMÓNICA
TRACKLIST:
COBBLESTONE STREET
CAUGHT IN THE STORM
NEW DAY
AIN'T THE LIFE I ASKED FOR
REVOLUTION
WE'LL BE ALRIGHT
ANGEL OR DEVIL
FIND IT IN YOUR HEART
WHAT ARE GONNA DO
ONCE
Tras los dos trabajos publicados bajo el nombre de Mike Tramp & The Rock & Roll Circus (magnífico el primero especialmente), el cantante danés se desnuda en un disco acústico, muy intimista y autobiográfico en muchos momentos en el que mira a su pasado desde su infancia. No es que sea algo nuevo que Mike Tramp utilice su propia experiencia como base para sus canciones, sin embargo en este caso tanto la letra como las composiciones están al mismo nivel de desnudez.
El disco está interpretado por Tramp y Soren Andersen, muchas canciones con guitarra acústica únicamente, otras con acompañamiento de piano, y alguna con batería y bajo, sin apenas adornos, muy pocos coros (dos voces) y poco más, alguna guitarra eléctrica que se desliza brevemente como en “New day”. El dramatismo característico de Mike en la interpretación de las canciones hace el resto.
Algunos que no hayan escuchado el álbum pueden estar pensando que Cobblestone Street huele a aburrimiento, y es posible que no se equivoquen, pero aquellos que se dejen querer por las melodías de las canciones que componen el disco, las historias que “cuenta” y la sensibilidad de las mismas se encontrarán sorprendidos por una sensación de satisfacción profundamente agradable. Y el disco se pasa en un suspiro.
El paseo comienzo por “Cobblestone street”, por la que Mike recuerda su infancia, las calles en las que jugaba, a sus hermanos a los que su madre logró sacar adelante: “This place I once called home/Where my mom raised three boys on her own”. La canción es de una gran delicadeza, interpretada por Tramp solo con guitarra acústica.
Más animada es “Caught in the storm”, con acompañamiento de batería y piano y unas melodías muy acertadas, que cuenta una triste historia sobre un marinero. Otro acierto. Sin darse cuenta, uno está metido en la canción.
Aunque “New day”, el single, es también más vitalista y animado, tengo querencia por las canciones de tendencia más triste. “Ain’t the life I asked for” es una conmovedora canción poco optimista pero aguda y sensible. Del mismo estilo y aún más estremecedora me resulta “We’ll be alright” en la que Mike se dirige a un niño (podría ser él mismo) con una ternura emocionante: “The childhood wounds you can’t disguise/If only I could heal them all”. Y siguiendo la línea encontramos “Find it in your heart”, a piano y sostenida únicamente en la mágica melodía de los versos. La verdad, no hace falta más.
En el otro lado, aunque siguiendo el tono del disco, “Revolution” tiene un estribillo muy pegadizo y es más rítmica. Más aún lo es “Angel or devil” que tiene el ritmo más marcado.
Tras “What are you gonna do”, una canción con elementos sociales aunque igualmente intimista, el disco se cierra con “Once”, introspectiva reflexión en la que hace un juego entre un payaso y un circo cerrado (¿el Rock & Roll Circus?) y en la que acaba diciendo “Don’t know what I’ll find/I just need to feel once more/I just need to know once more/ That I was once alive”. En ella la melodía del piano sugiere esa música circense que contrasta con el dramatismo de la interpretación de Tramp y la letra. Difícil hacerlo así de bien.
He citado las letras sin ánimo de dar la impresión de que es un disco de cantautor, a pesar de que se acerque bastante a este concepto. No creo que el álbum me interesara si no estuviese sustentado por unas acertadísimas melodías y por la autenticidad que Mike Tramp confiere a cada canción. A veces, las canciones funcionan en su versión más elemental. Quizás no motive demasiado a los aficionados al rock, aunque después de dejarlo de fondo unas pocas veces, los oyentes se pueden sorprender tarareando los temas y enganchados, casi sin querer, a este disco tan íntimo como auténtico.
El disco está interpretado por Tramp y Soren Andersen, muchas canciones con guitarra acústica únicamente, otras con acompañamiento de piano, y alguna con batería y bajo, sin apenas adornos, muy pocos coros (dos voces) y poco más, alguna guitarra eléctrica que se desliza brevemente como en “New day”. El dramatismo característico de Mike en la interpretación de las canciones hace el resto.
Algunos que no hayan escuchado el álbum pueden estar pensando que Cobblestone Street huele a aburrimiento, y es posible que no se equivoquen, pero aquellos que se dejen querer por las melodías de las canciones que componen el disco, las historias que “cuenta” y la sensibilidad de las mismas se encontrarán sorprendidos por una sensación de satisfacción profundamente agradable. Y el disco se pasa en un suspiro.
El paseo comienzo por “Cobblestone street”, por la que Mike recuerda su infancia, las calles en las que jugaba, a sus hermanos a los que su madre logró sacar adelante: “This place I once called home/Where my mom raised three boys on her own”. La canción es de una gran delicadeza, interpretada por Tramp solo con guitarra acústica.
Más animada es “Caught in the storm”, con acompañamiento de batería y piano y unas melodías muy acertadas, que cuenta una triste historia sobre un marinero. Otro acierto. Sin darse cuenta, uno está metido en la canción.
Aunque “New day”, el single, es también más vitalista y animado, tengo querencia por las canciones de tendencia más triste. “Ain’t the life I asked for” es una conmovedora canción poco optimista pero aguda y sensible. Del mismo estilo y aún más estremecedora me resulta “We’ll be alright” en la que Mike se dirige a un niño (podría ser él mismo) con una ternura emocionante: “The childhood wounds you can’t disguise/If only I could heal them all”. Y siguiendo la línea encontramos “Find it in your heart”, a piano y sostenida únicamente en la mágica melodía de los versos. La verdad, no hace falta más.
En el otro lado, aunque siguiendo el tono del disco, “Revolution” tiene un estribillo muy pegadizo y es más rítmica. Más aún lo es “Angel or devil” que tiene el ritmo más marcado.
Tras “What are you gonna do”, una canción con elementos sociales aunque igualmente intimista, el disco se cierra con “Once”, introspectiva reflexión en la que hace un juego entre un payaso y un circo cerrado (¿el Rock & Roll Circus?) y en la que acaba diciendo “Don’t know what I’ll find/I just need to feel once more/I just need to know once more/ That I was once alive”. En ella la melodía del piano sugiere esa música circense que contrasta con el dramatismo de la interpretación de Tramp y la letra. Difícil hacerlo así de bien.
He citado las letras sin ánimo de dar la impresión de que es un disco de cantautor, a pesar de que se acerque bastante a este concepto. No creo que el álbum me interesara si no estuviese sustentado por unas acertadísimas melodías y por la autenticidad que Mike Tramp confiere a cada canción. A veces, las canciones funcionan en su versión más elemental. Quizás no motive demasiado a los aficionados al rock, aunque después de dejarlo de fondo unas pocas veces, los oyentes se pueden sorprender tarareando los temas y enganchados, casi sin querer, a este disco tan íntimo como auténtico.
AUTOR: Joserra
