BEGGARS & THIEVES – WE ARE THE BROKENHEARTED
77/100
GÉNERO: HARD ROCK MELÓDICO
DISCOGRÁFICA: FRONTIERS
PRODUCTOR: R. BERNARD MANN
MÚSICOS
CANTANTE: LOUIE MERLINO
GUITARRA: RONNIE MANCUSO
BAJISTA: ENZO PENIZZOTO
BATERÍA: TOMMY PRICE
TRACKLIST
WE COME UNDONE
OIL & WATER
INNOCENCE
NEVER GONNA SEE YOU AGAIN
BEAUTIFUL LOSERS
SEVEN SECONDS
STRANDED
WASH AWAY
MIDNIGHT BLUE
WE ARE THE BROKENHEARTACHE
Resulta profundamente agradable poner un disco como We are the brokenhearted de Beggars & Thieves. Lo es porque no suena a eso que llamamos “lo de siempre” y porque tiene un sonido lo suficientemente personal como para que podamos distinguirlos de muchos otros grupos. Al mismo tiempo no es difícil que su propuesta resulte atractiva para los seguidores del rock melódico tanto como para los que buscan algo que se salga de lo normal.
Uno de los ingredientes que los hace diferentes es la inclusión de un sonido heredero de los 70, especialmente en las guitarras de Ronnie Mancuso que hace un excelente trabajo combinando guitarras acústicas y eléctricas constantemente que me recuerdan en muchos aspectos a Led Zeppelin (“Beautiful losers” o “Oil & water” podrían ser dos ejemplos). Pero que eso no lleve a pensar que éste es un disco de rock setentero, sino como dije anteriormente de hard rock melódico con un sonido bastante particular.
Sin duda la voz de Louie Merlino es la otra baza importante del álbum: una voz muy reconocible por su timbre poco habitual y porque también se aleja de los parámetros habituales del género.
¿Y qué hay de las canciones? Muchas de ellas son verdaderos aciertos por las que merece la pena adquirir un disco: disfrutar de “Beautiful losers” o “Stranded” es como obtener algo más de zumo de una naranja aparentemente ya exprimida. Aunque en realidad no es la canción, es la forma en la que está interpretada: buen gusto, arreglos, gran trabajo de guitarras… Y eso que parece quedar la sensación de lo bien hecho pero sin llegar a satisfacer plenamente. Quizás éste sea un disco de los que no se pueda decir que sea adictivo pero al que se puede recurrir con frecuencia sin que decepcione.
Las baladas y medio tiempos juegan un papel imprescindible en el conjunto del álbum y son las que se llevan al oyente al agua. “Never gonna see you again” o “Wash away” resultan pegadizas y auténticas pero no especialmente comerciales. Por otro lado también ofrecen canciones más complejas y con mayor profundidad como “Oil & water” al tiempo que son capaces de crear casi himnos como “We are the brokenheartache”.
La base rítmica hace un fantástico trabajo; me ha gustado especialmente el sonido de batería tan natural y limpio que han conseguido.
Alguien podría decir que es un disco tan agradable como inofensivo, pero no todos los artistas tiene por qué ir buscando el número uno y, la verdad, a veces se echa de menos a los secundarios de lujo.
Uno de los ingredientes que los hace diferentes es la inclusión de un sonido heredero de los 70, especialmente en las guitarras de Ronnie Mancuso que hace un excelente trabajo combinando guitarras acústicas y eléctricas constantemente que me recuerdan en muchos aspectos a Led Zeppelin (“Beautiful losers” o “Oil & water” podrían ser dos ejemplos). Pero que eso no lleve a pensar que éste es un disco de rock setentero, sino como dije anteriormente de hard rock melódico con un sonido bastante particular.
Sin duda la voz de Louie Merlino es la otra baza importante del álbum: una voz muy reconocible por su timbre poco habitual y porque también se aleja de los parámetros habituales del género.
¿Y qué hay de las canciones? Muchas de ellas son verdaderos aciertos por las que merece la pena adquirir un disco: disfrutar de “Beautiful losers” o “Stranded” es como obtener algo más de zumo de una naranja aparentemente ya exprimida. Aunque en realidad no es la canción, es la forma en la que está interpretada: buen gusto, arreglos, gran trabajo de guitarras… Y eso que parece quedar la sensación de lo bien hecho pero sin llegar a satisfacer plenamente. Quizás éste sea un disco de los que no se pueda decir que sea adictivo pero al que se puede recurrir con frecuencia sin que decepcione.
Las baladas y medio tiempos juegan un papel imprescindible en el conjunto del álbum y son las que se llevan al oyente al agua. “Never gonna see you again” o “Wash away” resultan pegadizas y auténticas pero no especialmente comerciales. Por otro lado también ofrecen canciones más complejas y con mayor profundidad como “Oil & water” al tiempo que son capaces de crear casi himnos como “We are the brokenheartache”.
La base rítmica hace un fantástico trabajo; me ha gustado especialmente el sonido de batería tan natural y limpio que han conseguido.
Alguien podría decir que es un disco tan agradable como inofensivo, pero no todos los artistas tiene por qué ir buscando el número uno y, la verdad, a veces se echa de menos a los secundarios de lujo.
Autor: Joserra
