He recuperado hoy uno de mis discos favoritos. No sé si es el mejor disco de Livgren en solitario, pero sí es al menos el que más he escuchado y el que más me gusta, teniendo en cuenta que me gustan todos.
Es un disco de música con mayúsculas, en el que mezcla sus mayores virtudes renunciando a los pasajes instrumentales a los que es tan aficionado en favor de la composición de canciones, muchas de ellas espléndidas (casi todas) y con una instrumentación portentosa. Acompaña a todo esto el trabajo vocal de dos cantantes asombrosos: Darren Rogers y Jason Beddoe.
Destacan asimismo los coros, acertadísimos a lo largo del álbum, asombrosamente inspirados, como cada una de las canciones: cálidas, sugerentes, brillantes, inspiradas, valientes o alentadoras, hay de todo.
Es difícil de calificar dentro de un estilo, ya que la carrera de Livgren es tan rica y ha pasado por tantas experiencias musicales que el resultado no puede ser otro que una combinación luminosa de todas.
Muchos artistas, tras años de experimentación, encuentran en la sencillez la forma más adecuada para expresarse, lo cual lejos de ser fácil es todo lo contrario. Ser brillante en la sencillez es a lo que muchos aspiran pero pocos consiguen.
"Turn on the lights"
"Throw me down"
